Cuando la gente ve el Gohonzon por primera vez, ¿Qué es lo que ven? ¿Qué es lo que hacen de el? Es un pergamino con inscripciones desconocidas, pero ¿es in icono religioso o una formula sagrada?
Cualquiera sea su reacción, es difícil no notar los caracteres caligráficos orientales acomodados en un patrón especifico, aunque la mayoría no tiene ni idea de lo que significan esos caracteres y por que están inscritos de esa manera.
Uno de los temas mas debatidos respecto a cualquier objeto religioso es si es sagrado o representa lo sagrado. Dicho de otra manera, ¿es una corporificación real o un símbolo de lo que debe ser venerado en oración? Estas preguntas acerca de la naturaleza de los objetos religiosos han desempeñado un papel importante en la historia de las regiones.
La controversia Iconoclasta en el que los cristianos debatieron los meritos cristianos, debatieron los meritos de los iconos religiosos, es considerado como el ultimo paso hacia el gran cisma entre la iglesia Católica Romana y la Iglesia Ortodoxa Griega en 1054 (1).
La interpretación de la Eucaristía - el pan y vino consagrados utilizados en la Comunión Sagrada - ha sido otra fuente de disputas doctrinales en la iglesia Cristiana desde comienzo de la Edad Media, especialmente durante la época de la Reforma. En la Decimotercera sesión del Concilio de Trento realizado en 1551, la iglesia Católica Romana realizo su doctrina de Transubstanciación, afirmando la conversión de toda la sustancia del pan y el vino en toda la sustancia del Cuerpo y la Sangre de Cristo, solo la apariencia del pan el vino permanecen después de la consagración (2).
Los protestantes se opongan a esta visión. Por ejemplo, Martín Lutero afirmaba que después de la consagración, las sustancias tanto del Cuerpo y la Sangre de Cristo y del Pan y el Vino coexistían en unión mutua (3).
Ulrich Zwingli, de otro lado, afirmaba que la Cena del Señor era primariamente un rito morativo, y que no había cambio alguno en los elementos (4).
Como es evidente en la historia de la Cristiandad, los objetos religiosos con frecuencia provocaron tensión y ansiedad en aquellos que pensaban que lo divino estaba más allá de la expresión material.
¿Es el Gohonzon un símbolo o la corporificación?
En el caso del Budismo de Nichiren Daishonin, su objeto de devoción funciona tanto como símbolo y como corporificación.
Cuando la gente ve el Gohonzon (5) por primera vez, ¿Qué es lo que ven? ¿Qué es lo que hacen de el? es un pergamino con inscripciones desconocidas, pero ¿es un icono religioso o una formula sagrada? Cualquier sea su reacción, es difícil no notar los caracteres caligráficos orientales acomodados en un patrón especifico, aunque la mayoría no tiene ni idea de que significan esos caracteres y por que están inscritos de esa manera.
Como nuestras primeras impresiones de las cosas con frecuencia revelan algún discernimiento importante en su naturaleza, lo que la mayoría de nosotros nota primeramente en el aspecto del Gohonzon, es decir sus caracteres escritos y su disposición grafica, nos brindan algunos indicios de la intención de Nichiren Daishonin al crear este objeto de devoción.
En un sentido, el Gohonzon, representa la iluminación del Daishonin y, por consiguiente, nuestra naturaleza de Buda innato.
El Gohonzon es un símbolo del potencial de Budeidad de todas las personas; significa algo diferente de si mismo. Por esto el Daishonin explica a su anciano discípulo Abutsu-bo el significado de sus ofrecimientos al Gohonzon, que es referido como “La torre de los tesoros”, como sigue: “Usted podrá pensar que hizo esas ofrendas a la torre de los tesoros del Buda Taho (6), pero no es así. En realidad se las hizo a usted mismo.
Abutsu-bo es un Buda verdadero, dotado de las tres propiedades iluminadas (7). Debe invocar Nam Miojo Rengue Kio con esta convicción”. (PE 1.30). Aquí el Daishonin explica que, cuando oramos al Gohonzon, el Gohonzon esta dirigiendo nuestra atención a nuestra propia naturaleza de Buda innata. El Gohonzon refleja nuestra reverencia hacia nuestro supremo potencial interior. En este sentido, el Gohonzon funciona como un indicador de nuestra propia Budeidad; es una representación simbólica. En el pasaje anterior, por tanto, el Daishonin nos advierte que no debemos confundir el signo por el significado que Externaliza y objetiva la Budeidad que en realidad mora dentro de nosotros.
“Usted podrá pensar que hizo esas ofrendas a la torre de los Tesoros del buda Taho (6), pero no es así en realidad se las hizo a usted mismo. Abutsu-bo es un buda verdadero, dotado de las tres propiedades iluminadas”.
Desde otra perspectiva, sin embargo, el Gohonzon funciona como una corporificación de la iluminación del Daishonin.
El Gohonzon no es, intrínsecamente, una entidad viviente autoconsciente que corporifica la iluminación del Daishonin, sino que funciona en nuestra práctica como si lo fuera.
El Daishonin explica: “Yo, Nichiren, diluí mi vida y en ella impregne la tinta Sumi con la cual escribí este Gohonzon. Por eso, crea en el con todo su corazón. La voluntad del Buda es el Sutra del Loto, pero el alma de Nichiren no es otra cosa que Nam myoho rengue kyo” (PE-1, 120).
Cuando ponemos nuestra fe en el Gohonzon y oramos con el espíritu de este pasaje, el Gohonzon se transforma de un simple papel y tinta en una manifestación concreta de la iluminación del Daishonin en la realidad de nuestra consciencia. El Gohonzon funciona así, como un estimulo externo que hace emerger nuestro potencial interior la Budeidad. Por un lado, sabemos que el Gohonzon es una representación simbólica de nuestra naturaleza de Buda.
En nuestra práctica, por otro lado, le oramos como si fuese la real corporificación de la vida iluminada del Daishonin de modo que podamos obtener la convicción de que exactamente la naturaleza existe dentro de nuestra vida, también. Ver al Gohonzon como la corporificación de la iluminación del Daishonin no es simple ficción, aun que el Gohonzon físicamente sigue siendo papel y tinta; es la afirmación de nuestra fe en la iluminación del Daishonin y en nuestro propio potencial iluminado.
El Gohonzon, en un sentido, sirve en representación del ausente Daishonin como ejemplo concreto del logro de la iluminación.
De esta manera, ayuda en nuestra practica como símbolo y como corporificación de la Budeidad. Debe notarse, no obstante, que el Gohonzon como corporificación de la iluminación no debe ser considerado como la presencia misteriosa de lo divino en un objeto inanimado. El Gohonzon se convierte en una corporificación de la Budeidad a través de la fe y de la práctica.
En otras palabras, la importancia del Gohonzon como corporificación de la iluminación del Daishonin es significativa y real solo hasta el punto en que los practicantes le oren con fe y lo vean como un ejemplo a seguir, no como una fuerza externa salvadora.
El significado del Gohonzon tal como lo pensaba el Daishonin, en este sentido, se crea a través de la dinámica interacción entre el objeto de devoción y su devoto. El significado del Gohonzon, por consiguiente, estaría incompleto sin la fe y la práctica del creyente.
En nuestra práctica, por otro lado, le oramos como si fuese la real corporificación de la vida iluminada del Daishonin de modo que podamos obtener la convicción de que exactamente la misma naturaleza existe dentro de nuestra vida, también. Ver al Gohonzon como la corporificación de la iluminación el Daishonin no es simple ficción, aunque el Gohonzon físicamente sigue siendo papel y tinta; es la afirmación de nuestra fe en la iluminación del Daishonin y en nuestro propio potencial iluminado.
LA IMAGEN DEL GOHONZON
El diseño del Gohonzon remonta sus orígenes al Budismo Mahayana, que tomo forma alrededor del siglo I en la India. En reacción al Budismo monástico, que enfatizaba la salvación personal a través de las austeridades, los budistas Mahayana enfatizaban la importancia del altruismo y el papel de los practicantes laicos (es decir, los bodhisattvas) para propagar la enseñanza.
Los Mahayanistas llamaron a su doctrina “Mahayana” o “Gran Vehiculo” para transportar las masas hacia la orilla de la iluminación, en tanto que se referían al Budismo Monástico como”Hinayana” o “Pequeño Vehiculo.
El movimiento popular Mahayana se desarrollo en torno a la veneración de estupas montículos o torres originalmente construidos para consagrar las reliquias de Shakyamuni.
Después de la muerte de Shakyamuni, que muchos estudiosos consideraban alrededor del siglo IV o V antes de la era cristiana, sus creyentes laicos comenzaron a construir estas estupas, especialmente durante el reinado de Ashoka (268-
La popularidad de la veneración de los estupas es evidente en el importante papel de la torre enjoyada del Sutra del Loto, uno de los primeros sutras Mahayanas que, se cree, fue compilado alrededor del siglo I (8).
El Daishonin utilizo el estupa o “torre de los tesoros” del Sutra del Loto como el principal tema grafico para escribir el Gohonzon. En el centro, de arriba hacia abajo, en el Gohonzon esta escrito “Nam Miojo Rengue Kio, Nichiren”, que significa su despertar a la ley universal. de Nam-myoho-enge-kio o Budeidad.
Como el lo explica, “la torre de los tesoros en Nam-myoho-renge-kio” (PE-1.30), el Daishonin ve la Torre de los Tesoros, retratada en el Sutra del Loto como un símbolo de la naturaleza de Buda inherente a la vida de todas las personas. De esta manera, el se dirige a uno de sus discípulos como sigue: “Por ende, Abutsu-bo es la Torre de los Tesoros y la torre de los Tesoros es Abutsu-bo”. (PE- 1.30).
Las inscripciones a ambos lados de “Nam-myoho-renge-kio, Nichiren” en el Gohonzon retrata la asamblea de diversos seres viviente que se reúnen en torno de la Torre de los Tesoros para escuchar la predica de Shakyamuni tal como esta descrito en el Sutra del Loto. Algunos de ellos ni siquiera son himnos, tales como la hija del dragón que demuestra su iluminación.
La diversidad de esta llamada asamblea en el Aire del Sutra del Loto refleja la naturaleza de la primera veneración de estupa que no esta limitada a la elite de la clase clerical sino abierta a personas de todos los estilos de vida.
Estas inscripciones del Gohonzon. Representan los diez estados de existencia (es decir, los Diez mundos): intenso sufrimiento y desesperación (infierno); deseos insaciables (Hambre); estupidez egoísta (animalidad); arrogancia y beligerancia (Ira); calma transitoria (humanidad) éxtasis intenso pero transitorio (Cielo); automejoramiento ( Aprendizaje); auto despertar a verdaderas parciales de la naturaleza y la humanidad (Autorrealización); altruismo (Bodhisattva); y el indestructible estado de felicidad enraizado en la compasión y la sabiduría (Budeidad).
El Gohonzon muestra gráficamente que cada uno d estos diez estados de existencia, si están firmemente enraizados en la ley de Nam-myoho-renge-kyo, exhiben sus funciones mas positivas para nutrir la vida y la felicidad.
Por ejemplo, aunque podamos encontrarnos en estado de infierno, a través de nuestra oración al Gohonzon, podemos transformar nuestro intenso sufrimiento y desesperación por una fuente de poder y esperanza para superar nuestras dificultades.
Incidentalmente, algunos aspectos rituales involucrados en nuestra práctica al Gohonzon pueden recordar la veneración de la estupa de los primeros budistas Mahayana. Por ejemplo, el tañido de la campaña puede derivar de los ofrecimientos de música que con frecuencia se hacían frente a una estupa. Otros ofrecimientos al Gohonzon también pueden remontarse a la primera veneración de estupa, como la ofrenda de flores e incienso representados en el Sutra del Loto.
UNIVERSALIDAD SUBJECTIVA
El modo de expresión que eligió el Daishonin para la imagen de la Torre de los Tesoros es peculiar. Él retrato la Torre de los Tesoros y la asamblea circundante de diversos seres en caracteres escritos. En tanto existen ejemplos de representación grafica de la Torre de los Tesoros u objetos religiosos caligráficos que preceden al Gohonzon (9), la imagen de la Torre de los Tesoros representada solo en caracteres escritos del Daishonin, no era nada frecuente si es que tenía precedentes.
Su uso de caracteres caligráficos adopta el énfasis puesto que las escrituras de la tradición budista.
Después de la muerte de Shakyamuni, las estupas conteniendo reliquias de Shakyamuni se convirtieron en objetos de veneración entre los creyentes laico. Pronto, las imágenes graficas y esculpidas de Shakyamuni y de otros budas imaginados, así como de bodhisattvas y deidades budistas, fueron producidos como iconos religiosos.
Además, especialmente en la tradición Mahayana, se puso un mayor énfasis en las escritura, hasta el punto que la gente literalmente veneraba los rollos de textos budistas. Por ejemplo, en la india medieval, los sutras de la Sabiduría (prajnaparamita, en sanscrito) se convirtieron en los objetos de veneración entre muchos budista Mahayana (10).
Considerando la importancia religiosa de las escrituras en la tradición Mahayana, Jacob N. Kinnard, comenta: “Las reliquias y las estupas son ciertamente dignas de ser veneradas pero la escritura es mucho mas valiosa y mas valorada, por que la escritura es la fuente de la sabiduría del Tathagatay, consecuentemente, la fuente del logro de su iluminación y, así, la fuente del valor de las reliquias”. (11)
El Daishonin también enfatiza con frecuencia el importante papel de los materiales escritos, particularmente del Sutra del Loto. Por ejemplo, el dice: “El Sutra del Loto es tanto la enseñanza del Buda como la corporificación de la sabiduría del Buda. Se tiene una sincera fe en cada uno de los caracteres y trazos del pincel que contiene, uno se convertirá en un Buda en esa forma presente” (WND, 969).
Refutando el Budismo Zen medieval, que rechazaba el papel de las escrituras budista, el Daishonin dice:”Si se menosprecian los caracteres escrito, ¿Qué mas se podría considerar como obra del Buda?” (GZ, 153). El también escribe: “Los caracteres son la forma que manifiestan las mentes de los seres vivientes”. (GZ, 380).
El Uso de los caracteres escritos por parte de Nichiren Daishonin como un medio para el Gohonzon refleja su firme creencia en el papel de los materiales escritos para comunicar no solo la realidad material de las cosas, sino también la realidad espiritual de la humanidad.
El uso del Daishonin de la imagen de la Torre de los Tesoros como motivo grafico para el Gohonzon y su utilización de los caracteres escritos como un medio de expresión nuestra su profundo discernimiento en la naturaleza de la veneración religiosa. Pareciera que el entendió que una imagen y un texto escrito le hablan de manera diferente a nuestra mente.
Inscribiendo el Gohonzon como una imagen expresad en caracteres, el Daishonin unifica la especialidad de una imagen grafica con la universalidad de los caracteres escritos para transmitir la realidad de la naturaleza de Buda que es peculiar a cada persona y simultáneamente universal para todas las personas. Este aspecto subjetivo pero universal de la naturaleza de Buda esta en la esencia de la enseñanza del Daishonin, que promueve nuestra consciencia del supremo potencial no solo en nuestra vida sino también en la vida de todos los demás.
El Gohonzon es concreto en el sentido que retrata una imagen específica que no es una imagen grafica de la Torre de los Tesoros, de Shakyamuni o del propio Nichiren Daishonin. Si el Gohonzon tomo esa forma, seria fácil verlo como una representación de la vida de alguien o de un acontecimiento muy alejado de nuestra vida. Si el Gohonzon representara la imagen del Daishonin, por ejemplo, podríamos respetarlo, pero nos identificaríamos con el.
Simplemente, ¡Por que nos parecemos un monje japonés del siglo XIII! Mas bien, el Daishonin creó el Gohonzon en caracteres para representar la imagen especifica de la Torre de los Tesoros del Sutra del Loto que simboliza nuestra budeidad innata.
Los caracteres escritos son adecuados para expresar conceptos universales. Pero con frecuencia son abstractos y carecen de un sentido de inmediatez. Las imágenes, de otro lado, son más adecuadas para obtener respuestas personales de quienes las observan por que son más inmediatas para nuestros sentidos. El Gohonzon, en los términos de su motivo gráfico, es un hibrido de comunicación escrita y visual.
Juzgando de la manera en que el Daishonin eligió escribir el Gohonzon, probablemente el pretendió comunicar a nuestra mente, tanto conceptual como sensorialmente, la universalidad de la naturaleza de Buda y su cercanía a nuestra vida.
Jean Paúl Friedrich Richter, un critico literario alemán, explica la naturaleza subjetiva y universal de la poesía, de la siguiente manera: “La poesía debe llegara a ser como la luna que, por la noche, sigue al viajero errante en los bosques de pico en pico y, al mismo tiempo, a otro de ola en ola y así ayuda a cada uno, simplemente describiendo su gran arco a través del cielo, pero al final lo traza alrededor de la tierra y alrededor de los viajeros también.”(12)
La analogía de Richter de la Luna es adecuada para describir las funciones del Gohonzon. El Gohonzon ilumina la existencia de la budeidad en cada practicante. Al mismo tiempo, que la vena todos. El Gohonzon, como la luna que sigue individualmente a todos los viajeros sobre la tierra, vierte luz sobre la budeidad innata en cada uno de nosotros.
La intención del Daishonin de hacer universal el significado del Gohonzon para todas las personas también es evidente en los aspectos lingüísticos y culturales del Gohonzon. El utilizo las palabras y personajes de la India, la China y el Japón para representar el Gohonzon. (13)
Dos deidades budistas están escritas en ortografía sáncrita; el gran Bodhisattva Hachiman proviene de la mitología japonesa, y allí esta el gran maestro T´ien-t´ai, quien estableció la supremacía del Sutra del Loto en la China medieval.
En el Japón medieval, estos tres países eran vistos como la totalidad del mundo civilizado en otras palabras, el Daishonin probablemente deseaba ser universal el Gohonzon en su lenguaje y contenido.
Algunas de las características físicas del Gohonzon sugieren las minuciosas consideraciones del Daishonin para hacer del objeto de devoción adecuado para el mensaje que lleva a cada uno de los practicantes: la personal pero universal realidad de la naturaleza del Buda. Por su puesto, lo que es mas importante en nuestra practica es el acto de la invocación del Nam-Myoho-Renge-Kyo al Gohonzon.
Los detalles aparentemente menores del Gohonzon, sin embargo a veces revelan muchos acerca de la sabiduría y misericordia del Daishonin. El objetivo de este articulo es que el conocer estos detalles puede ayudarnos a ser mas conscientes del la intención del Daishonin al escribir el Gohonzon, y de esa manera, orar mas firmemente y con mayor convicción.
EL BUDISMO EN LA VIDA DIARIA. OBSERVAR LA MENTE.
Para la mayoría de las personas, la palabra “buda” evoca la imagen de una estatua de un hombre asiático sentado en actitud de meditación. El darle un lugar central a imágenes de este tipo puede aparecer contradictorio para una religión que, por lo demás, es considerado relativamente abstracto.
Estas imágenes, sin embargo, por lo general no son veneradas por los budistas en el mismo sentido que, según se dice, los “paganos” bíblicos veneraban a su ídolo. Más bien, son descripciones simbólicas de cualidades sublimes que poseen los budas y bodhisattvas y a las que aspiran los practicantes. Idealmente, funcionan como una especie de espejo para ayudar a los practicantes a percibir la profunda dignidad de su propia vida y a manifestar esa dignidad en sus acciones.
Para los practicantes budistas, este es el desafío esencial: percibir la condición de vida de la Budeidad en su propia vida. En el Budismo de Nichiren (1222-1282) y la tradición de la cual se extiende, esto es conocido como la práctica de “observar la mente”. La dificultad de alcanzar esto es tal que, tradicionalmente, los practicantes han dedicado su vida exclusivamente a la práctica de la meditación.
La contribución de Nichiren estuvo en establecer un claro espejo, el Gohonzon, que refleja perfectamente el estado de la Budeidad inherente en la vida, el cual puede permitirle a todas las personas, independientemente de sus circunstancias o capacidades, extraer y manifestar esta naturaleza de Buda.
El Gohonzon (literalmente, “objeto de devoción”) es un pergamino que contiene caracteres chinos y sánscritos. El uso de caracteres por parte de Nichiren, en lugar de imágenes, refleja su compromiso de que este “espejo” sea universal, y no tenga las connotaciones de raza y genero inherentes en las descripciones de personajes específicos. En el centro, de arriba hacia abajo, esta inscrito “Nam-myoho-renge-kyo Nichiren”, en enérgicos caracteres chinos.
Myoho-renge-kyo es la versión japonesa del titulo del Sutra del Loto de Shakyamuni (Sutra saddharma-pundrika en sanscrito). Por la tradición dentro de la cual esta situado Nichiren, este sutra es considerado como la enseñanza mas esencial de Shakyamuni. Nichiren considero el Myojo-renge-kyo mismo como la ley o el principio fundamental del universo, de la vida, a la cual estaba iluminado Shakyamuni, la “esencia” de la Budeidad.
El escribe, “Todas las practicas de Shakyamuni y las virtudes que alcanzo consecuentemente están contenidas en los cinco caracteres de Myoho-renge-kyo”.
Nichiren inscribió el Gohonzon para sus seguidores individuales, y los creyentes actuales consagran una transcripción impresa del Gohonzon en sus hogares. La practica del Budismo de Nichiren consiste en la invocación de Nam-myioho-renge-kyo, frente al Gohonzon, con el objeto de armonizar su vida con o haciendo emerger la naturaleza de Buda que refleja.
La visión budista de la vida es tan profundamente holística que no ve separación esencial entre nuestra vida y la vida del universo. Cuando extraemos el poder de la sabiduría y la misericordia a través de la oración., estamos extrayendo y dirigiendo la misma sabiduría y misericordia creativa universal que se manifiestan en todo, desde el inteligente vinculo de las moléculas hasta la simbiótica evolución de las especies e incluso hasta la decadencia y la formación de las galaxias.
Fundamentalmente, significa creer en el potencial propio que capacita a los seres humanos a desarrollar y avanzar frente a las dificultades. El Gohonzon es la corporificación de una creencia en el ilimitado potencial de la vida. La practica asociada con el es una expresión y realización de esta creencia.
Se puede decir que, como un “espejo”, el Gohonzon cumple una función dual. Mientras nos refleja y despierta a la ilimitada riqueza y potencial de nuestra vida interior, provocando una introspección, también nos ayuda a confrontar la descarnada de nuestra vida en ese momento.
Independientemente de nuestra creencia religiosas, el éxito de cualquier esfuerzo por guiar nuestra vida hacia la realización y el valor depende en mucho de nuestra capacidad para ver nuestro interior honesta y valientemente, tanto para confrontar los demonios de nuestra sombra y buscar dentro de nuestra propia vida las cualidades con las que están investidos nuestros santos e ídolos. Parece que ahora, más que nunca, nuestra supervivencia colectiva depende de nuestra capacidad por llevar a cabo esto.
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