¿QUÉ ES LA FE? LA FE ABARCA LA VERDAD, EL CORAJE, LA SABIDURÍA Y LA BUENA FORTUNA. INCLUYE LA COMPASIÓN Y LA HUMANIDAD, ASÍ COMO LA PAZ, LA CULTURA Y LA FELICIDAD. LA FE ES ESPERANZA ETERNA; ES EL SECRETO PARA EL AUTO-DESARROLLO SIN LÍMITES. LA FE ES EL PRINCIPIO BÁSICO DE CRECIMIENTO. (LAS DISCUSIONES SOBRE LA JUVENTUD, VOLUMEN 2, PÁGINAS 163/64).

¿QUÉ ES EL BUDISMO? ES EL NOMBRE DADO A LAS ENSEÑANZAS DE UN BUDA. "BUDA" SIGNIFICA "EL ILUMINADO”; ALGUIEN QUE PERCIBE LA ESENCIA O REALIDAD DE LA VIDA EN SU INTERIOR, ES UN SER ILUMINADO A LA VERDAD DE LA VIDA Y DEL UNIVERSO. A DIFERENCIA DE OTRAS RELIGIONES, EL BUDISMO NO ALEGA UNA REVELACIÓN DIVINA. COMIENZA CON UN HOMBRE, QUE A TRAVÉS DE SUS PROPIOS ESFUERZOS Y PERSEVERANCIA, DESCUBRIÓ LA REALIDAD DENTRO DE SÍ Y ENSEÑÓ QUE TODOS PODÍAN HACER LO MISMO. EL BUDA NO PUEDE SER DEFINIDO, COMO UN SER TRASCENDENTAL O SUPREMO. EN ESTE SENTIDO, EL BUDISMO, NO SOLO ES LA ENSEÑANZA DE UN BUDA, SINO LA ENSEÑANZA QUE POSIBILITA A TODAS LAS PERSONAS REVELAR SU NATURALEZA DE BUDA. EL BUDISMO ES UN SISTEMA PRÁCTICO DE ENSEÑANZA QUE NOS PERMITE CONCRETAR EL ESTADO IDEAL DE LA BUDEIDAD… LA PROPIA PERFECCIÓN.

¿QUE ES EL KOSEN-RUFU? “ES LA LUCHA PARA TRANSFORMAR LA VIDA DE LOS SERES HUMANOS, REVIRTIENDO LA OSCURIDAD QUE RESIDE EN EL INTERIOR DE SU VIDA, HACIENDOLO TOMAR CONCIENCIA DE SU NATURALEZA DE BUDA INHERENTE". LA ESENCIA DE “ESTABLECER LA ENSEÑANZA CORRECTA PARA ASEGURAR LA PAZ EN LA TIERRA” ESCRITO POR NICHIREN DAISHONIN, RADICA EN CONSTRUIR UNA RED DE PERSONAS DEDICADAS AL BIEN. PERO COMO ESTA CONTIENDA IMPLICA TRANSFORMAR DE RAÍZ LA VIDA DE LAS PERSONAS PROVOCARA RESISTENCIA EN CIERTOS SECTORES… ESTA GRAN BATALLA ES LA CLAVE PARA CREAR UN MUNDO DE PAZ Y DE FELICIDAD VERDADERAS, UNA TIERRA DE BUDAS.

YIGUIO Y KETA. PRÁCTICA PARA UNO MISMO Y PRÁCTICA PARA LOS DEMÁS. ESTOS ASPECTOS DEL BUDISMO VERDADERO SON: YIGUIO (PRÁCTICA PARA UNO MISMO) Y KETA (PRÁCTICA POR EL BIEN DE OTROS). AMBOS CONSTITUYEN UNA PRÁCTICA COMPLETA. SON COMO DOS RUEDAS QUE FUNCIONAN AL UNÍSONO PARA ADELANTAR NUESTRAS VIDAS, PARA MANIFESTAR NUESTRA ILUMINACIÓN INHERENTE.

¿QUE ES LA SOKA GAKKAI INTERNACIONAL (SGI)?...ES UNA ORGANIZACIÓN BASADA EN EL BUDISMO DE NICHIREN DAISHONIN, INSPIRADA EN EL RESPETO A LA VIDA, LA CONCIENCIA DE LOS DERECHOS HUMANOS, BUSCANDO DESPERTAR EN LAS PERSONAS EL ESPÍRITU DE RECONOCER, RESPETAR Y APRECIAR LAS SEMEJANZAS Y LAS DIFERENCIAS, PERMITIENDOLES FORTALECERSE Y TRANSFORMAR SU INTERIOR PARA DESARROLLAR SU MÁXIMO POTENCIAL, ASUMIENDO LA RESPONSABILIDAD DE SU PROPIA VIDA Y COMPROMETIENDOSE CON LA SOCIEDAD, EMPRENDER ACTIVIDADES EN SU VIDA COTIDIANA, PARA DESPLEGAR LA CAPACIDAD DE VIVIR CON CONFIANZA, CREANDO VALOR EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIA Y CONTRIBUYENDO AL BIENESTAR DE AMIGOS, FAMILIARES Y SU COMUNIDAD…

…UNA DE LAS DIFICULTADES QUE LOS LATINOS TIENEN PARA COMPRENDER EL BUDISMO, radica en lo que el término "religión" significa en su ámbito social… Las religiones occidentales tienen sistemas jerárquicos en los que las reglas y los dogmas se establecen desde arriba hacia abajo… Ellas están basadas en la creencia de una deidad sobrenatural… La relación entre el maestro y el discípulo es interpretada como la de una persona que ciegamente, sigue a otra… VER MAS…

EL ESFUERZO DE NO RENDIRSE JAMAS. Vivimos una vida fragmentada y llena de conflictos. Estamos divididos en centenas de grupos de seres humanos, limitados por el miedo, la vergüenza, la culpa, la ira, las obsesiones y las emociones… esta lucha interna hace que no nos podamos entender… ¿Por que pasa esto...? VER MAS…

LA RECITACION DE LOS CAPITULOS “MEDIOS HABILES” Y “DURACION DE LA VIDA”. Carta a la esposa de Hiki Daigaku Saburo Yoshimoto. Este Ghoso, nos acerca a un precepto conocido como “seguir las costumbres de la región”. El significa que, mientras no esté en juego ninguna trasgresión grave, no se debe ir contra las tradiciones y costumbres de un país, región o comunidad, aunque debamos apartarnos ligeramente de las enseñanzas. Este criterio fue establecido por el Buda... VER MAS…

LAS REUNIONES DE DIALOGO O ZADANKAI, SON UN OASIS…En la actualidad, el egoísmo desmedido, provoca profundos trastornos en el corazón humano y estamos perdiendo la coexistencia con la naturaleza; por ello estos mini cónclaves de miembros de todas las edades, razas, intereses y antecedentes, son un foro de intercambio rico y refrescante. En un mundo afectado por la "DESERTIFICACION SOCIAL", estas reuniones son un oasis, en el que los seres humanos en forma individual, se esfuerzan en concretar la paz mundial y la prosperidad de la sociedad humana. ...Como budistas, al establecer una condición de paz interior en la vida cotidiana, contribuimos con la paz del mundo, posibilitando a cada uno, desarrollar su potencial inherente... VER MAS…

LA CREACIÓN DE VALOR COMO UNA META DE LA EDUCACIÓN: TSUNESABURO MAKIGUCHI Y LA EDUCACIÓN SOKA. Por Andrew Gebert y Monte Joffee

Temas desarrollados: Conceptos. La vida de Makiguchi. La búsqueda de valores. Contribuciones de Makiguchi al pensamiento educativo. la educación Soka en la práctica. Conclusiones. Notas. Bibliografía.

Los conceptos del educador y filósofo Tsunesaburo Makiguchi (1871-1944) han tenido un impacto duradero en Japón y en otras partes del mundo. Su influencia, que podía no haber parecido probable al momento de su muerte, tuvo lugar a través de dos desarrollos relacionados.


Uno fue la revitalización y crecimiento en la post guerra del movimiento establecido en 1930, la Soka Kyoiku Gakkai (La Sociedad Educacional para la Creación de Valores (Value Creation Educational Society). La que se convirtió hoy en la Soka Gakkai (Sociedad para la Creación de Valores (Value Creation Society), y la organización budista laica que es el movimiento más grande de su clase en Japón, y la Soka Gakkai Internacional (SGI), que ostenta membresías en 190 países y territorios.


El segundo desarrollo fue el crecimiento de un movimiento global conocido como educación Soka (creadora de valores). Éstas son de las más notables porque durante su vida las ideas de Makiguchi no pudieron ganar amplia aceptación.


Sus convicciones educativas y religiosas, una crítica fundamental al período del nacionalismo militar japonés anterior a la II Guerra Mundial (1931-1945)(1) e incluyéndola, hizo que lo arrestaran como un criminal del pensamiento y murió en prisión. Sin embargo, las tensiones entre las ideas de Makiguchi y las ideologías dominantes en Japón precedieron esta confrontación final. Así, la vida de Makiguchi sirve como un ejemplo fuerte de como una reglamentación social impuesta puede transformarse en un crisol para el desarrollo de individuos capaces de dar nacimiento a ideas poderosas.


Fundamental en el enfoque educativo de Makiguchi se encuentra su filosofía del valor, la que enfatiza la importancia de la acción humana en la creación de valores de "belleza, ganancia, y bien" para realzar las vidas personales y colectivas de la gente. Makiguchi posiciona la creación de valor como el propósito máximo de la existencia humana, definiendo una vida feliz como una en la que la capacidad de descubrir y crear valor ha sido totalmente desplegada. Considerando que la felicidad para toda la vida de los estudiantes debe ser la meta auténtica de la educación, estructuró su filosofía educativa y esfuerzos para desarrollar las potencialidades de creación de valores de los estudiantes.


Los sucesores de Makiguchi, Josei Toda (1900-1958) y Daisaku Ikeda (1928-a la actualidad) refinaron y le dieron forma institucional a la educación Soka. Hoy en su práctica la educación Soka es un enfoque secular que contiene elementos de planes de estudio, pedagogía, desarrollo profesional y estándares para las relaciones interpersonales dentro de las escuelas; y comprende aspectos tanto de las ideologías educativas progresista como tradicional. La educación Soka está fundada en una creencia común a la mayoría de las filosofías y religiones humanísticas.


Entre ellas el Budismo de Nichiren, la que abrazara Makiguchi, sostiene que un determinado individuo tiene la habilidad inherente para influenciar de manera significativa la red de vida interconectada. El Budismo de Nichiren descansa sobre cualidades tales como la esperanza, el coraje y la compasión, cualidades que cruzan las líneas filosóficas y religiosas. La educación Soka enfatiza y nutre la idea de que los estudiantes deben vivir sus vidas como los protagonistas tanto de la transformación personal como de la sociedad.


Hoy se pueden encontrar ejemplos de la educación Soka en una red de escuelas que se extienden a través de tres continentes y que cubren un rango desde el jardín de infantes hasta la universidad. He inspirado a escuelas privadas independientes tales como la Universidad Soka Ikeda de Artes y Ciencia para Mujeres (Soka Ikeda College of Arts and Science for Women), adjunta a la Universidad Madras en Chennai, India, y a iniciativas educativas tales como Proyecto en acción Makiguchi en Brasil (Makiguchi Project in Action) de Melo Silva,  


Lo más significativo es que la educación Soka informa sobre los esfuerzos profesionales de miles de "educadores Soka" que se inspiran con sus teorías y buscan aplicarlas en una variedad de encuadres educacionales.


LA VIDA DE MAKIGUCHI: LA BÚSQUEDA DE VALORES.
Dayle M. Bethel ha sido ampliamente responsable por la introducción de la vida e ideas de Makiguchi en el mundo de habla inglesa.


Su intensiva investigación sobre Makiguchi comenzó en 1969 culminando con la publicación de su obra biográfica: Makiguchi el Creador de Valores (Makiguchi the Value Creator) (Bethel 1973) y en ediciones posteriores y traducciones de las obras principales de Makiguchi (Bethel, 1930/1989, 1903/2002).


El descriptor "el creador de valor" atribuido a Makiguchi por Bethel, es apropiado por refleja la centralidad de la creación de valores en el trabajo pedagógico de Makiguchi. Fue de interés aparente en sus primeras experiencias e investigaciones y ha continuado provocando interés a través de sus actividades en la última década de su vida.


Quizás la necesidad de Makiguchi de crear valor se vio moldeada por el encuadre histórico en el que vivió, y las circunstancias particulares de su juventud.


Makiguchi nació durante los primeros días del periodo Meiji (1868-1912), que marcaron el fin del Japón feudal y de las políticas aislacionistas y su rápida transformación de una sociedad agraria a una industrial. La población del pequeño pueblo costero donde se criara Makiguchi experimentó una dislocación significativa durante ese tiempo de transición. La presión gubernamental para incrementar el rendimiento de las granjas provocó una rebelión en los granjeros que fuera suprimida con fuerza por las autoridades y condujo a la ejecución de 7 de ellos

(Ikeda, citado en Bethel, 1994). Criado por un tío luego de que su padre abandonara a la familia y su madre se sintiera incapaz de cuidarlo, la joven vida inestable de Makiguchi se igualó a la turbulencia de su época.


También la propia educación de Makiguchi tuvo lugar en medio de las corrientes cruzadas de la histórica transformación de Japón. El primer sistema de educación obligatoria de Japón fue instituido en 1870, evento al que le siguiera la Ley de Educación de 1872, que declaraba que el propósito de la educación era permitirle a los estudiantes vivir vidas gratificantes (Kumagai, 2000, página 33). En las décadas que siguieron, la política educativa oficial japonesa sufrió giros rápidos en su dirección, culminando en el Rescripto Imperial sobre Educación de 1890, que llegara tan lejos como codificar el propósito de la educación como la producción de sujetos leales al emperador y al estado (Kumagai, 2000, páginas 33-34). Si bien siempre hay una brecha entre un plan de estudios programado y lo que en realidad se enseña en el aula (Cuban, 1992), la educación inicial de Makiguchi tuvo lugar durante una época cuando dominaban las políticas educativas que subrayaban el desarrollo de las facultades racionales y críticas de los niños; el plan de estudio en la prefectura donde atendía Makiguchi la escuela primaria contenía elementos de un enfoque educativo muy abierto e iluminado (Saito, 1981, páginas 302-303).


Makiguchi recibió sólo la corta educación primaria formal que era tipo en la época, y trabajó en la empresa de transporte de su tío ("Tsunesaburo Makiguchi," 1996). Es posible conjeturar que la educación informal que recibiera de este trabajo concreto basado en la comunidad moldeó más tarde su visión sobre la necesidad de fundir la experiencia práctica en la vida con procesos estructurados de aprendizaje.

En años posteriores con frecuencia Makiguchi se encontró a sí mismo en etapas precarias (geográfica, educativa, y espiritual) desde donde se vio forzado a "crear valor".


A los 14 años, emigró solo a través de Estrecho de Tsugaru hacia la región fronteriza de Hokkaido, la isla más septentrional de Japón. Entonces a los 30 años, con una joven familia a cuestas, se mudó de Hokkaido a Tokio con la ambición de publicar sus estudios sobre geografía, como se comenta más abajo. Luego, como director de escuela primaria asumió grandes riesgos personales y profesionales al desafiar las injusticias y deshumanización de la educación primaria japonesa. Finalmente, durante los años que condujeron a la II Guerra Mundial, confrontó la reglamentación espiritual de Japón en la que el gobierno militar forzaba la religión Estatal Shinto y la adoración al emperador para toda la población a través de actos en los que se inyectaba este dogma oficial en las esferas más íntimas de la vida del pueblo.


Crear valor a partir de circunstancias difíciles es un proceso arduo. Desde temprana edad Makiguchi enfrentó desafió con coraje e integridad. Por ejemplo, al mudarse a Hokkaido, trabajó como recadero en el departamento de policía de la ciudad de Otaru, donde su arduo trabajo rápidamente le hizo ganarse el respeto de sus superiores. Saito documenta (1989, página 760) que el servicio civil de Otaru estaba lleno de nepotismo y patrocinio, y los lazos de Makiguchi con gente influyente local podían haberlo hecho progresar con seguridad en los rangos de la administración, los negocios o la política de Hokkaido. Sin embargo, en vez de elegir esto Makiguchi se inscribió en la Escuela Normal Sapporo, una escuela de entrenamiento para maestros.


Luego de graduarse, Makiguchi enseñó durante 4 años en un "aula multigrado" un experimento japonés equivalente a la escuela rural norteamericana de un sólo aula (Kumagai, 1978, página 35; Sharma, 1998, página 11) (2). Más allá de su trabajo en clase, se comprometió en llegar a otros maestros, comunicando frecuentemente en una publicación local: El Diario de la Asociación para la Educación en la región de Hokkaido (The Journal of the Association for Education in the Region of Hokkaido). En 1898, como editor del diario, se lo llegó a considerar como una figura líder entre sus colegas (Kumagai, 1978, página 33; Sharma, 1998, páginas 11-12).


Durante este tiempo también enseñó en la escuela normal de la que se había graduado, y en este trabajo demostró un gran sentido de justicia. Saito (1989, página 765) se remonta a lo registros escolares y de los alumnos alrededor de un incidente en el que Makiguchi apoyó a un gran número de estudiantes que atacaron las diversas políticas escolares excesivamente opresivas. Como consecuencia de sus acciones, 43 estudiantes, de una clase de 50, fueron sacados del programa y Makiguchi renunció en aparente protesta.


En tanto estuvo en Hokkaido Makiguchi también realizó un intensivo estudio de geografía, lo que le llevara a su concepto de "la geografía de la vida humana" (jinsei chirigaku). En vez de meramente examinar la geografía física, Makiguchi sondeó la relación dinámica entre la geografía y los aspectos psicológicos de la vida humana. Bethel describe en lenguaje poético la imagen de vida que cree Makiguchi imaginó: "La tierra, para Makiguchi, era un milagro. La vida era un milagro, y veía vida vibrando a través de todos los fenómenos" (1903/2002, página xiv). Makiguchi sostenía que la educación basada en una concientización de las conexiones entre la vida humana y el ambiente natural y social podía ayudar a desarrollar el carácter moral de los estudiantes. Esperaba que la gente educada de esta forma construyera un mundo interdependiente y armonioso en el que la competencia militar y económica entre las naciones fuese suplantada por la "competencia humanitaria" basada en el reconocimiento de los intereses y beneficios mutuos.


Su investigación dio como resultado en 1903 la publicación de Una geografía de la Vida Humana (A Geography of Human Life), que se iba a transformar en un texto tipo en la educación japonesa para maestros. En 1910 Makiguchi se volvió un investigador de campo para el Ministerio de Educación, y en 1912 publicó investigación de los Estudios Comunitarios como el Foco Integrador de la Instrucción (Research into Community Studies as the Integrating Focus of Instruction). Conforme a Saito (1989, páginas 771-772), los conocimientos de Makiguchi le hizo ganarse el respeto de varios eruditos prominentes, funcionarios gubernamentales, intelectuales independientes, y periodistas que se reunían regularmente como el Grupo para el Estudio de las Comunidades Locales (Group for the Study of Local Communities) (Kyodokai)). Con su reputación y antecedentes de erudición, fue capaz de obtener una entrevista en Tokio para director de una escuela primaria. No obstante, en vez de usar sus conexiones para conseguir una designación ostentosa, eligió un cargo en una escuela primaria de un barrio pobre que también incluía la obligación de dirigir la escuela nocturna.


Makiguchi continuó desarrollando su filosofía de valor a través de su práctica educacional. S. Ikeda (1969), Bethel (1994), y Saito (1981, 1989) desarrollaron un retrato de él como un educador uniendo sus registros escolares e impresiones de antiguos estudiantes y colegas. Lo que emergió fue el perfil de una persona severa y digna que era también extremadamente amable y estaba profundamente consciente de las circunstancias difíciles de sus estudiantes (Bethel, 1994, página 39). Como maestro en Hokkaido, saludaba a sus estudiantes en la mañana con agua caliente en sus frías manos y los escoltaba a sus casa cuando nevaba (D. Ikeda, 2006, página 13). Makiguchi preparaba comidas de pan y sopa para lo niños a quienes sus padres no podían proveerles el almuerzo y discretamente colocaba la comida en la habitación del conserje para que los estudiantes necesitados no se sintieses avergonzados (D. Ikeda, 2006, página 14). Se dice que había comprado papelería a precio reducido de un mayorista para que usaran sus estudiantes (Kumagai, 1978, página 60; Sharma, 1998, páginas 14-15). Tenía también una fuerte consideración por la participación de los padres y hacía muchas visitas a los hogares (Kumagai, 1978, página 60; Sharma, 1998, página 15). Se ha documentado que en las escuelas bajo su liderazgo había considerable disminución de los casos de delincuencia juvenil y dermatosis (Kumagai, 1978, página 66; Sharma, 1998, página 15).


Sin embargo, el estilo de liderazgo escolar de Makiguchi era controversial porque se rehusaba a honrar el favoritismo y privilegios que típicamente se les daba a los niños de familias ricas e influyentes.


De esta manera, visto a través de su carrera como director de escuela primaria, aparece el rasgo principal de la personalidad de Makiguchi: una fuerza apasionada para estudiar y crear el cambio, una profunda empatía por los estudiantes, una voluntad a asumir riesgos, y un deseo para construir teorías pioneras para explicar los fenómenos sociológicos.


Saito (1989) usa el `termino "radicalista" para describir el encuadre mental independiente y crítico de Makiguchi. Como lo usa Saito este término sugiere un claro deslinde de la palabra radical, que frecuentemente se la atribuye a orientaciones políticas osificadas en Japón en dogma rígido. Aunque en sus primeros años en Tokio Makiguchi condujo diálogos con un grupo de socialistas comprometidos en la democracia y el pacifismo (Miyata, 2000, página 23), no estaba de acuerdo con su vocación de romper los sistemas existentes (Makiguchi, 1983-1988, volumen 6, páginas 22-24)(3). En vez de ello, Makiguchi continuó eligiendo ser un agente de cambio trabajando dentro de las estructuras establecidas. Por temperamento y como director de primaria por profesión, prohibido por ley de participar en actividades políticas (Gluck, 1985, página 52), Makiguchi tuvo siempre en mente lo que podía ser implementado de forma realista. Su visión "radicalista" de la forma que el mundo debía ser siempre se balanceó con una consciencia penetrante y pragmática de como era en realidad. La tensión dinámica entre estos dos aspectos de su pensamiento (radicalista y pragmático) dio lugar a un acercamiento hacia la reforma educativa que fuera ahora visionaria, gradual y obstinadamente determinada.


Comenzando en 1913 y por casi 20 años, Makiguchi sirvió a la cabeza de cinco escuelas diferentes y se lo llegó a conocer como un educador dotado y dedicado; en realidad, su trabajo atrajo la atención de varios pensadores liberales prominentes de la época (Bethel, 1994, páginas 95-96)(4). Bajo su liderazgo, en particular la escuela primaria Shiroganery ascendió a un nivel de prominencia (Kumagai, 1978, páginas 66-67). Muchos padres viviendo fuera del distrito escolar deseaban aparentemente que sus hijos fueran transferidos a la escuela y deseaban pagar aranceles extra con este propósito (Makiguchi, 1983-1988, volumen 6, página 92) . Durante este tiempo continuó desarrollando sus teorías educativas acerca de la creación de valor, las que formaron la base de su obra más importante: El Sistema de la pedagogía de Creación de Valores (The System of Value-Creating Pedagogy (Soka kyoikugaku taikei), publicada en 1930. Makiguchi entendía a la felicidad como la meta tanto de la vida como de la educación que comenzaba con el reconocimiento de que aunque los humanos no pueden crear la materia:


Sin embargo lo que podemos crear es valor y sólo valor. Cuando alabamos a las personas por su "fortaleza de carácter" en realidad estamos reconociendo su capacidad superior de crear valor. (1983-1988, volumen 5, página 13; en Bethel, 1989, página 6).


Desafortunadamente al momento de la publicación el libro de Makiguchi no obtuvo la atención o el impacto que él había esperado. En 1931, luego de repetidos enfrentamientos con las autoridades educativas, se lo obligó a Makiguchi a retirarse de su cargo como director.


Unos pocos años antes de esto, en 1928, a los 57 años, Makiguchi había abrazado el Budismo de Nichiren. La conversión no fue el resultado de una epifanía solitaria sino un proceso gradual que sucedió en el transcurso de intensas y sostenidas discusiones con un compañero director, Sokei Mitani. Mitani convenció a Makiguchi que la espiritualidad de las enseñanzas de Nichiren pasaban por encima del simple sentimiento personal; se alineó con las leyes racionales, científicas y universales; y estaba destinada a estar completamente comprometida e integrada con las realidades de la vida en sociedad (Sato, 2000, páginas 53-54). Makiguchi vio una conexión fuerte y natural entre su nuevo interés espiritual en el Budismo y su anterior trabajo de desarrollar su filosofía de valor:


Sin embargo cuando llegué al punto de encontrar el Sutra del Loto, asombrado descubrí que de ninguna forma contradecía los principios científicos y filosóficos que conforman la base de nuestras vidas diarias… Con un gozo que está más allá de lo que se puede expresar con palabras, he renovado completamente la forma de vida que había perseguido durante casi sesenta años. (1983-1988, volumen 7, páginas 405-406)


Es claro que para Makiguchi esta fe budista recién encontrada le proveyó de un poderoso cimiento espiritual para la implementación de sus teorías educacionales y filosóficas. Al rechazar ya sea a una práctica espiritual solitaria o centrada en un templo hizo que Makiguchi fundara una organización laica independiente, la Sociedad Educativa de Creación de Valores (Soka Kyoiku Gakkai) para promover la práctica del Budismo de Nichiren entre los educadores y otros con la meta de realzar las capacidades de la gente para crear valor. Al incrementar el número de personas con capacidad para crear valor haría realidad las metas educativas manifestadas por Makiguchi como así también su visión para una sociedad.

Una década antes Makiguchi había desarrollado una estrecha relación con un joven maestro, Josei Toda (1900-1958), transformándose en el mentor del joven. Los dos colaboraron en una relación mentor-discípulo a fin de desarrollar las teorías pedagógicas de Makiguchi.


Por ejemplo, luego de enseñar en dos de las escuelas de Makiguchi, en 1923 Toda estableció una escuela privada, la Jisshu Gakkan, mayormente para implementar las teorías pedagógicas de Makiguchi, libres de la interferencia en las escuelas públicas siempre presente del gobierno (D. Ikeda, 1968). Makiguchi, a su vez, se refería a la Jisshu Gakkan como la realización de su propia visión de las escuelas primarias y como la más grande realización de su trabajo (D. Ikeda, 2001, página 86). Toda también ayudó a editar los escritos de Makiguchi, una tarea casi imposible para este hombre ya mayor debido a sus compromisos como director a tiempo completo. Las expectativas de Makiguchi para el papel futuro de Toda están claras en este comentario registrado que compartiera con miembros de la familia:


En el futuro, habrá un sistema escolar que pondrá en práctica los métodos de una educación creadora de valor. Abarcará desde jardín de infantes hasta el nivel universitario. El joven Toda será quien vea que mi trabajo se lleve a cabo. (D. Ikeda, 2006, página 86)


Luego de su retiro Makiguchi concentró sus esfuerzos en desarrollar la Soka Kyoiku Gakkai, que crecería hasta una cantidad de alrededor de 3.000 miembros para principios de la guerra en 1941. Su mensaje para la gente y el crecimiento de los sucesores atrajo el interés de la policía Superior Especial japonesa (Tokko) y sus movimientos estuvieron sujetos a vigilancia constante (Japanese Special, 1943a, página 127).


Esto condujo a una directa intimidación comenzando a principio de los 40, dado que oficiales Tokko conspicuamente asistían a muchos de sus charlas interrumpiéndolo cada vez que se desviaba de las posiciones sancionadas por el gobierno. Makiguchi sin dejarse intimidar mantuvo un programa de viajes y charlas intenso.


Makiguchi era obstinado en su posición en contra de la conspiración de la autoridad japonesa política, militar y religiosa que conectaba las políticas nacionales al culto de adoración al emperador personificado en los ritos del Estado Shinto. Makiguchi se oponía a tales políticas y creencias oficiales aún cuando virtualmente toda la organización religiosa e intelectual de Japón, incluyendo al sacerdocio de la Nichiren Shoshu, con el que él compartía una afiliación nominal, capituló ante la presión del gobierno.


Unos pocos días después del ataque japonés a Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941, en un artículo en el periódico mensual de la Soka Kyoiku Gakkai, Creación de Valor (Kachi sozo), Makiguchi se puso demasiado cerca de una sedición abierta al escribir: Debemos evitar estrictamente seguir ideologías de origen incierto que no pueden ser substanciadas por prueba real, aun cuando sean la tradición más consagrada y, por lo tanto, sacrificando las vidas preciosas de otros y la propia.

En este sentido, la cuestión de [obligatoriamente adorar] los templos Shinto debe volverse a pensar como tema de gran urgencia. (1983-1988, volumen 10, página 26)


En mayo de 1943 el gobierno prohibió la publicación de Creación de Valor y en julio Makiguchi y su discípulo Josei Toda, fueron encarcelados bajo cargos de no poder demostrar el apropiado respeto hacia el emperador (fukeizai) y violación de la Ley de Preservación de la Paz, el instrumento legal base para la supresión del disenso. De los registros de prisión se ve claramente que la resistencia de Makiguchi continuó a través de su ordalía; durante los interrogatorios se refería al Emperador Hirohito como a un "mortal común" (bompu) describiendo a la guerra como un desastre nacional en contraste con la descripción sancionada como una "guerra santa" (seisen) (Makiguchi, 1983-1988, volumen 10, páginas 201-203; Japanese Special, 1943b, páginas 151-152). El 18 de noviembre de 1944, a los 73 años, muere Makiguchi en prisión debido a desnutrición, pero dejó detrás las semillas de un sistema de educación humanista que sería aún más cultivado por su sucesor Josei Toda, y luego por Daisaku Ikeda. Permanece hoy el legado de Makiguchi de la filosofía de creación de valor y su creencia de que esto era el centro de la enseñanza y el aprendizaje.


CONTRIBUCIONES DE MAKIGUCHI AL PENSAMIENTO EDUCATIVO.
La filosofía de valor de Makiguchi busca clarificar el concepto de felicidad en términos de valor (5). El valor, de acuerdo con la filosofía tradicional occidental tiene tres elementos constitutivos: Verdad, Belleza y Bien y desde los primeros años de la modernización y occidentalización en Japón, esta tríada fue aceptada en los círculos intelectuales como auto evidente. Miyata, en su análisis de la teoría de valor de Makiguchi, observa que ésta representa una crítica aguda de las teorías educativas neo-Kantianas predominantes entonces en Japón (Miyata, 1997, página 31). Estos sistemas de pensamiento y sus teorías pedagógicas relacionadas altamente abstractas son comparadas por Makiguchi a "los vientos que violentamente enturbian la estratosfera, pero dejan las capas más bajas de la atmósfera inmutables" (1983-1988, volumen 5, página 16) o a "colocarse gotas en los ojos desde una ventana del segundo piso" (1983-1988, volumen 5, página 38). Particularmente a Makiguchi le perturbaba ver a los maestros luchando para absorber e implementar las últimas teorías de Europa y Estado Unidos de Norteamérica —introducidas por los teóricos profesionales salvaguardadas en las universidades de Japón— en tanto las lecciones de real práctica educativa en Japón quedaban sin profundizar. Así, Makiguchi urge a los maestros a empeñarse en recoger, analizar y destilar sus propias experiencias a fin de “establecer principios inductivamente" (1983-1988, volumen 5, página 17) que pudieran retroalimentarse en su praxis diaria.


Un reflejo de su autonomía intelectual es que Makiguchi mantiene un ojo crítico hacia la autoridad de las ideas de los teóricos educativos japoneses, una autoridad que descansaba en la capacidad de ellos de leer en el original las ideas aún más autoritarias de los filósofos occidentales. Su posición principal es siempre una de elegir escrupulosamente cuáles ideas aceptará y en qué términos; así que, mientras abraza entusiastamente las herramientas de la racionalidad analítica de Occidente, permanece en muchas formas enraizado en la visión oriental del mundo. La aparentemente fácil comprensión de interdependencia de Makiguchi, entre los humanos y la naturaleza y entre humanos en sus relaciones sociales, puede ser entendida como un reflejo de esta visión oriental del mundo (Matsuoka, 2005, página 202).

El eje de la teoría de Makiguchi se centra en su cuestionamiento de la "Verdad" como un valor. Para Makiguchi la verdad se encuentra en la correspondencia entre una realidad objetiva y las palabras y conceptos aplicados por los humanos a esa realidad. Como educador Makiguchi estaba absolutamente comprometido en la búsqueda del conocimiento y la verdad como fuera personificada en la interacción de los estudiantes con la experiencia. Aún así discute que la "Verdad" no debe ser concebida como un elemento constitutivo del valor.


Para ilustrar esta distinción ofrece un ejemplo de gente escuchando el informe de un terremoto o incendio desastroso. El informe en sí mismo puede ser verdad (es decir, corresponde a la realidad objetiva) o falso. Pero la verdad o falsedad del informe es independiente de la cuestión de valor, su impacto positivo o negativo en las vidas de las personas (1983-1988, volumen 5, páginas 222-223). Así, al desarrollar su crítica de la concepción de valor de los teóricos neo-Kantianos de Japón, Makiguchi primero buscó traer la “Verdad” abstracta e incorpórea que estaba ampliamente antes que y fuera de una experiencia externa vivida firmemente de regreso a la tierra.


En tanto Makiguchi considera la verdad como un tema de "equivalencia cualitativa" el valor para Makiguchi debe ser visto como el "poder relacional del objeto mensurado por la respuesta cuantitativa del sujeto” (1983-1988, volumen 5, página 219). Así el valor nace de la interacción entre humanos y sus ambientes y es sólo en este sentido que el valor puede crearse; entonces la verdad no puede ser un componente central de valor. Por lo tanto, Makiguchi propone un cambio y reordenamiento de los tres elementos del valor. "Belleza" (y su opuesto) es una medida de respuesta parcial y sensorial dentro de un individuo. "Ganancia" es la medida de una relación que se extiende y expande la experiencia vital total del individuo ("pérdida" es aquellos que encoje y limita esto). "Bien" es a la vida del colectivo social lo que ganancia es a la vida del individuo ("mal" es el componente social de la pérdida individual). Basado en estas definiciones, el reordenamiento de Makiguchi de "belleza", "ganancia" y "bien", que tomado todo junto constituye su entendimiento de "valor", representa círculos concéntricos de expansión dentro de la vida del individuo a la vida de la comunidad.


En función de su noción de "bien" relacionado con el colectivo social, se hace notar que en tanto Makiguchi reconocía la importancia de sociedades y culturas particulares como el lugar y el contexto de la vida, nunca consideró a éstas como absolutas. En su obra de 1903 sobre geografía, propuso un esquema de identidad de tres niveles, impulsando a que estuviéramos conscientes de nosotros mismos como ciudadanos simultáneos de una comunidad local, la comunidad nacional, y el mundo. De esta forma el postulado de "sociedad" de Makiguchi como el árbitro de juicios morales no asume universos morales separados inconmensurables para las diferentes culturas, sino que está implícitamente abierto a la idea de la negociación intercultural hacia la formación de un consenso moral más grande.


Por lo tanto, la filosofía de valor de Makiguchi es un llamado a los individuos para que creen "belleza", "ganancia" y "bien"; representa una invitación para un compromiso abierto con un mundo complejo y difícil. A través de esto los individuos pueden crear potencialmente ilimitados valores.


Es también importante observar que Makiguchi niega la idea de "lo sagrado" como un campo independiente de valor (como fuera propuesto por algunos neo-Kantianos). Afirma que aún los reclamos de la religión deben evaluarse por la medida de la creación de valor:


¿Qué sentido podría tener la existencia de la religión en la sociedad fuera del de liberar a la gente y al mundo del sufrimiento? ¿No es la liberación de la gente del sufrimiento el valor de la ganancia? ¿No es la liberación de la gente del sufrimiento el valor moral [del  bien]? (1983-1988, volumen 5, página 356).


De igual forma, Makiguchi rechaza cualquier concepción de "felicidad" que sea únicamente personal. "El bienestar individual supone una existencia dentro de la sociedad que sea cooperativa y contributiva", argumenta (1983-1988, volumen 5, página 129):


Así, la felicidad genuina requiere compartir los sufrimientos y las alegrías del público más vasto como miembro de la sociedad; y puede fácilmente comprenderse que una vida completa y armoniosa dentro de la sociedad sea un elemento indispensable para cualquier concepto de autentica felicidad. (1983-1988, volumen 5, página 131)


Makiguchi cree profundamente en que es posible, hasta vital, armonizar la "ganancia" personal y el "bien” social. También está fuertemente consciente de que no puede lograrse sin un enorme esfuerzo. Esta interacción corresponde ligeramente a la tensión dinámica entre sus perspectivas radicalista y pragmática. De esta forma, su filosofía de la creación de valor tiene el potencial de proveer un encuadre práctico y conceptual para llevar al diálogo lo que, en lenguaje de hoy, son los puntos de vista con frecuencia opuestos de la educación tradicional y progresista. Makiguchi critica a ambas como enfoques incompletos. Condena la proclividad de la educación tradicional a transmitir exclusivamente conocimiento:


La meta de la educación no es transferir conocimiento; es guiar el proceso de aprendizaje para permitir la adquisición de [los métodos de] investigación. No es la comercialización fragmentada de la información; es permitir que uno mismo adquiera los métodos de aprendizaje; es proveer de llaves para abrir la bóveda del conocimiento. (1983-1988, volumen 6, página 285; en Bethel, 1989, página 168).


Al mismo tiempo, Makiguchi rechaza las concepciones del aprendizaje imprudentemente individualizadas. Para él, las pedagogías contemporáneas fieles a metas abstractas tales como "auto-realización" esencialmente “carecen de método" (1983-1988, volumen 6, página 272).


Para Makiguchi, el tira y afloja entre las perspectivas radicalista y pragmática puede resolverse a través de los esfuerzos de los maestros para buscar las verdaderas raíces de la individualidad. En otras palabras, la responsabilidad de un educador yace en despertar y alentar los intereses individuales que conectan al estudiante con intereses humanos más amplios, en vez de aceptar sin cuestionar cualquier cosa que se les ocurra a los estudiantes que desean o quieren hacer. De igual forma, Makiguchi enfatiza la importancia de que los educadores claramente piensen formulaciones sobre el propósito de la educación (1983-1988, volumen 5, página 110). Sostiene que "el propósito de la educación debe derivar del propósito de la propia vida" (página 111).


La idea de Makiguchi les presenta a los maestros una imagen rica pero desafiante de sus trabajos y requiere de maestros auténticos y valientes que ya ellos mismos sean individuos creadores de valor viviendo y contribuyendo a la sociedad. En este sentido, la filosofía de Makiguchi le habla al arte de enseñar como también al proceso de aprendizaje:


Al igual que un artista plasma su ideal sobre un lienzo o mármol, los educadores deben ofrecerle a las mentes influenciables de los niños un ideal de vida como así también las capacidades necesarias para hacerla realidad. . . . Los educadores, independiente de su verdadero éxito o fracaso, deben ser capaces de imaginarse a sí mismos siendo una personalidad paradigmática de primer orden en la sociedad. (1983-1988, volumen 6, página 32).


Los maestros deben ser capaces de catalizar el sentido en las vidas de los estudiantes y "guiar un vivir inconsciente hacia una consciencia, un vivir sin valor hacia el valor, y un vivir irracional hacia la racionalidad” (1983-1988, volumen 5, página 405; cf. Bethel, 1989, página 90).


Tal como dijo Makiguchi: "Cuando nos damos cuenta de esto, un maestro llega a una humilde apreciación de su verdadera posición, que nunca debemos olvidar debe ser la de un ayudante, de una guía y de una partera, potenciando y asistiendo las actividades de los propios estudiantes" (volumen 6, página 54). Primero, los maestros deben "practicar y experimentar en sus propias vidas los principios y técnicas de aprendiza que están buscando que sus estudiantes comprendan y adquieran " (página 330; en Bethel, 1989, página 179).


Pero los maestros no son los únicos guías en la aventura del aprendizaje.


Makiguchi sostiene que los papeles activos del hogar y la comunidad también son necesarios para nutrir a una juventud feliz, fuerte y colaboradora. Lamenta el grado al cual el hogar y la comunidad han abdicado sus importantes responsabilidades educativas dejándoselas a la escuela, con el efecto de "transformar toda la infancia de los jóvenes y adolescentes en una sala de estudio a expensas de todo lo demás" (1983-1988, volumen 6, páginas 195-196; en Bethel, 1989, página 151).


En opinión de Makiguchi la apatía resultante conduce a una pérdida de bienestar físico y emocional. Para contrarrestar esto, Makiguchi convoca con fuerza a la unificación de la vida y el aprendizaje, como así también de la escuela y la comunidad. Desde su obra de 1903 sobre geografía humana, Makiguchi mantiene que “las elevadas percepciones, comprensiones y principios del universo se revelan en cada pequeña villa o aldea" (1983-1988, volumen 1, página 23; en Bethel, 2002, página 21).


En su obra de 1912 sobre estudios comunitarios propone que los estudiantes directamente observen las complejas relaciones entre la gente y su mundo físico y social como fundamento para una asignatura académica. Por ejemplo, sugiere que se les haga conocer a los niños los costos por el funcionamiento de la escuela como así también las fuentes del apoyo financiero en impuestos y donaciones, como lección en economía (1983-1988, volumen 3, página 276).


Con esta importante conexión con la comunidad en mente, Makiguchi recomienda un programa de escolaridad de medio día (que no pudo implementar en sus propias escuelas). Arguye que una escolaridad de medio día va a resultar más efectiva académicamente y más económica también. El tiempo que los estudiantes pasan fuera de la escuela con sus familias, en la comunidad o en alguna búsqueda vocacional inculcaría una “apreciación por el trabajo” (1983-1988, volumen 6, página 213; en Bethel, 1989, página 156) y, él cree que revitalizaría y redefiniría el propósito del estudio.


Al estudio no se lo considera como una preparación para la vida, sino más bien que el estudio es algo que sucede en tanto vivimos, y la vida nos sucede en el medio del estudio. El estudio y la verdadera vida son consideradas como algo más que paralelas; mutuamente se informan entre contextos, el estudio en la vida y la vida en el estudio, a lo largo de toda la vida de uno. (1983-1988, volumen 6, página 212; en Bethel, 1989, página 156).


De esta forma la filosofía de valor de Makiguchi, forjada a partir de las tensiones dinámicas de su propio trabajo y experiencia provee de un fundamento para un enfoque de la enseñanza que guía a los procesos de aprendizaje inherente en la vida y el vivir, y a través de ello, Makiguchi busca desarrollar la capacidad humana central para generar sentido.


LA EDUCACIÒN SOKA EN LA PRÁCTICA.
El legado de Makiguchi ha permanecido a través de los esfuerzos de su discípulo más cercano, Josei Toda, quien sobrevivió a las tribulaciones del encarcelamiento, y, en los caóticos años de ocupación y posguerra de Japón, reconstruyó la organización que su mentor había fundado. Una parte crucial del genio de Toda, de acuerdo con Richard Seager (2006), un historiador de la religión, fue su capacidad de reencuadrar la abstracta teoría budista en formas prácticas. Concebía al Buda como las más altas potencialidades inherentes en la vida humana y a la "iluminación" como un proceso motivado interiormente de auto-transformación o de "revolución humana". Impulsado por la determinación apasionada de Toda para potenciar a la gente común, que habían soportado el devastador impacto de la guerra y la derrota, la organización creció rápidamente, llegando a una membresía de más de 750.000 familias al momento de la muerte de Toda en 1958.


En 1960 apenas asume la presidencia de la Soka Gakkai a los 32 años de edad, Daisaku Ikeda comenzó a darle una dimensión internacional a lo que hasta entonces había sido un movimiento basado en el Japón. Al mismo tiempo, lanzó un esfuerzo concertado para actualizar la visión sobre la educación tal como la estipularon sus dos mentores, Makiguchi y Toda. En un ensayo del estilo memoria registra palabras de Toda en tanto compartía con él la "llama" de la educación Soka: Daisaku, fundemos una universidad, la Universidad Soka. Espero lograr esto en tanto viva, pero puede no ser posible. De ser éste el caso, Daisaku, cuento contigo para hacerlo…¡Qué sea la mejor universidad del mundo! (D. Ikeda, 2006, páginas 10-11).


Inspirado por la visión de Toda, en 1968 Ikeda abrió el ciclo básico secundario Soka (Junior High School) y la escuela secundaria Soka, seguidas por la Universidad Soka de Japón en 1971. Actualmente, hay 12 escuelas Soka adicionales: cinco jardines de infantes Soka en Japón, Hong Kong, Singapur, Malasia, y Brasil; tres escuelas primarias Soka en Tokio y Kansai, Japón, y en Brasil; un ciclo básico secundario y escuela secundaria Soka en Kansai; una Universidad Soka para Mujeres en Tokio; y la Universidad Soka de América en California, EE.UU., que recibiera acreditación de la Asociación Occidental de Escuelas y Universidades (Western Association of Schools and Colleges (WASC)) en 2005.


Al fundar la red escolar Soka, Ikeda proveyó sólo pautas amplias acerca de los principios y metas centrales de cada escuela y subrayó que capturar el espíritu de Makiguchi era más importante que seguir con la especificidad de sus propuestas. Más allá de esto se le daba al personal de las escuelas suficiente discreción para planificar los detalles de sus programas.


El erudito en estudios asiáticos, Daniel Metraux (1994), señala que el personal de las escuelas Soka era consciente del impacto potencial de cada escuela en la percepción pública de la Soka Gakkai (página 104). Quizás como un resultado de la presión cultural de ajustarse a las expectativas sociales, la estructura académica y departamental de la Universidad Soka de Japón, por ejemplo, ha evolucionado hacia una bastante similar a aquella de otras universidades japonesas. En Japón las escuelas privadas K-12(3) están altamente reguladas por el Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia, y Tecnología (Ministry of Education, Culture, Sports, Science, and Technology (MEXT)) y el grado de supervisión también limita las capacidades de los educadores para experimentar con cambios sustanciales el programa educativo. Las escuelas Soka por lo tanto han buscado demostrar su unicidad de otras formas. T. Miller (comunicación personal, 9 de febrero de 2003), maestro y observador de varias escuelas dentro del red escolar Soka, nota la cualidad humanística de las relaciones estudiante-maestro en las escuelas; ubica esta tradición en el ejemplo del fundador Daisaku Ikeda, quien a través de sus muchas visitas, regalos y mensajes a los estudiantes ha moldeado las interacciones educacionales humanísticas para los docentes (Gebert entrevista con I. Katagiri & Y. Ushiyama, Tokio, Noviembre de 2005).


Carl Gross (1970) del Instituto para Estudios Internacionales de la Universidad Estatal de Michigan, Facultad de Educación (Institute for International Studies at Michigan State University College of Education) que estuvo entre los primeros observadores occidentales que visitara y estudiara las escuelas Soka, informó acerca de "una relación definitiva entre la filosofía de la educación subyacente en las escuelas y las prácticas que habían sido establecidas" (página 56). En un despegue de la apariencia de muchas escuelas urbanas japonesas de la época, las escuelas Soka tenían un paisaje hermoso y artístico, edificios y facilidades verdaderamente impresionante, y una proporción estudiante-maestro que era—un poco más de 20 a 1, considerablemente más pequeña que el promedio nacional de entonces de 31 a 1 (primaria) y 40 a 1 (secundaria) (página 59). Aunque estén inspirados en la orientación budista de la Soka Gakkai, las escuelas Soka tienen un plan de estudios completamente secular (página 59).


Sobre la base de los documentos de planificación de 1967 que él estudiara, Gross indica que los líderes del Ciclo Básico Secundario Soka y la Escuela Secundaria Soka se interesaron desde un principio en la equidad de la oportunidad educativa. Gross alaba los procedimientos de admisión, que incorporaban un proceso de entrevistas con el estudiante para "seleccionar individuos de carácter, que tuvieran capacidad de liderazgo, y evidente creatividad e iniciativa" (1970, página 58); tales prácticas contrastaron con aquella de otras diversas escuelas privadas en Japón en la época de su informe que se respaldan fuertemente en el examen académico y los puntajes de CI (Coeficiente Intelectual) y, por lo tanto, ignoran muchas cualidades personales únicas de los estudiantes potenciales. Informa Gross que los planificadores están por cierto buscando estudiantes “dotados”, pero su concepción sobre los “dotados” parecía altamente compatible con las interpretaciones que han aparecido más recientemente. En otras palabras, las primeras escuelas Soka parecían intentar atraer a un cuerpo estudiantil formado por gente joven activa con una amplia variedad de fuerzas personales e intelectuales.


Richard Seager (2006) registra su visita reciente a las escuelas Kansai Soka en Japón. Resume de un folleto en inglés para las escuelas que hace una lista de los principios formulados por Ikeda: (1) Mantenga la dignidad de la vida; (2) Respete la individualidad; (3) Construya lazos de amistad duradera; (4) Opóngase a la violencia; y (5) Lleve una vida basada tanto en el conocimiento como en la sabiduría. También observa algo que ve como una influencia budista en los aspectos de las escuelas —en su oposición al militarismo, en sus campañas en toda la escuela contra la intimidación {bullying}, y "en la forma en que la armonía y la ayuda impregnan los ideales de la escuela" (página 108). Más adelante relata un encuentro que personaliza la filosofía educativa de la escuela:


La línea idealista en la educación Soka me toma desprevenido cuando, en medio de un almuerzo con fideos, vegetales frescos y sopa de miso, un muchacho de unos diez años me pregunta con una voz aguda y en un sorprendente buen inglés: "Profesor Seager, ¿Cuál es su sueño?" (Página 109)


G. D. Miller (2002) analiza la evolución de la teoría de la educación Soka diferenciada de sus aplicaciones. Por cierto, la implementación de la educación Soka se extiende más allá de la red de escuelas Soka. Entre los miembros de la Soka Gakkai Internacional hay varios miles de educadores alrededor del mundo que están intentando aplicar los principios de la educación Soka dentro de sus propios contextos culturales. Como un medio para compartir la práctica pedagógica con este vasto mundo de educadores Soka, se han recopilado más de 20.000 informes de campo en Japón de los educadores que trabajan en las escuelas pre-K-12 (tanto privadas como públicas), universidades, y de encuadres más independientes tales como centros después de la escuela o de formación (División de Educadores de la Soka Gakkai 2000).

En tanto los periodistas hacen franca referencia a su práctica budista, los encuadres de los enfoques de los maestros son esencialmente seculares en naturaleza y replicables por la gente de todas las creencias. Por ejemplo, hay frecuentes referencias a "orar por la felicidad de los alumnos", pero esto debe interpretarse como enfocar la energía psíquica en el cuidado de los estudiantes y sus problemas más que como una petición a un poder externo superior (5).


Varios temas comunes emergen de los registros que proveen importantes miradas fugaces a la naturaleza de la educación Soka:

Un compromiso con la felicidad individual de los niños se refleja a través de frases con frecuencia repetidas tales como: "abrir el corazón del niño problema", "llegarle al niño", "aprendiendo a enfatizar y conectarse con el niño", "nunca rendirse con los alumnos" y "continuar creyendo en los alumnos hasta el final".


La creencia en la eficacia del diálogo es penetrante e incluye un énfasis en conversaciones mano a mano; visitar a los niños en sus hogares, llegar a las familias; y usar formas creativas de comunicación tales como escribir comentarios en los diarios y revistas estudiantiles, cartas a los estudiantes y boletines del aula.


Se considera un componente clave dentro del papel del maestro la aceptación de completa responsabilidad como educadores para resolver los problemas en el aula. Con frecuencia se cita la aserción de Ikeda de que el maestro es la fuerza decisiva en el ambiente educativo.


Hay reconocimiento de que el desarrollo personal es crucial para el proceso de aprendizaje. En casi todos los informes los maestros describen sus conflictos internos, sus esfuerzos para desafiar la urgencia de escapar y finalmente el aprendizaje para apreciar a los niños problemáticos como espuelas que los incitan a su crecimiento profesional.


Hay frecuentes esfuerzos para atraer e involucrar a la comunidad en todos los aspectos de la enseñanza.


Varios ejemplos extractados de la colección japonesa publicada sobre las experiencias de los educadores (División Educadores de la Soka Gakkai 2000) también ilustran el vasto papel que pueden jugar los maestros:


Un maestro de primaria se ganó la admiración de la comunidad al trabajar con sus estudiantes para limpiar los arroyos cercanos a la escuela en un esfuerzo para incrementar la población local de luciérnagas, un símbolo tradicional de la naturaleza natural de Japón.


Un maestro de primaria fue capaz de restaurar el orden, la moral y un ambiente positivo para el aprendizaje entre sus alumnos de tercer grado que se habían involucrado en una serie de robos. El punto de inflexión fue el éxito del maestro al lograr un avance con el cabecilla del grupo.


El director de un jardín de infantes rural forjó valiosos lazos intergeneracionales al alentar a las jóvenes familias de los alumnos a participar en las ceremonias tradicionales de plantación y cosecha de arroz que llevaban a cabo los miembros de la generación más vieja.


Después de ser transferido a una escuela difícil en Osaka, un maestro de secundaria hizo que sus alumnos escribieran su propio guión para una obra de teatro acerca de los peligros de inhalar thinner para pintura, que luego lo actuaron en toda la comunidad. Las acciones del maestro tuvieron un efecto más amplio al inspirar a un plantel docente desmoralizado.


Un maestro de secundaria desafió la apatía estudiantil desarrollando una cultura de activismo voluntario. Como resultado los estudiantes llevaron a cabo un bazar de caridad y recolectaron bienes para una escuela en las Islas Salomón.


De estos breves relatos podemos ver que la educación Soka realza el poder del maestro individual para desafiar las dificultades educativas a través de sus esfuerzos personales. En cada uno de estos casos, tanto como lo expuesto en el ejemplo de Makiguchi, los maestros personalmente emprendían desafíos difíciles y creaban un sendero hacia el aprendizaje y la felicidad a fuerza de acciones personales valientes. Cada uno de estos esfuerzos constituyó una "microsolución" más que una "macrosolución". Uno puede sólo conjeturar sobre qué impacto podrían tener esfuerzos de esta naturaleza practicados ampliamente sobre un sistema educativo desmoralizado.


Los educadores Soka están haciendo esfuerzos similares en países fuera de Japón. En 1995 educadores Soka en Brasil lanzaron el Proyecto Makiguchi en Acción (de Melo Silva, 2000). Desde 2005, miembros de la Soka Gakkai Internacional de Brasil, con frecuencia ciudadanos retirados, han servido como voluntarios en más de 221 escuelas asociadas {partnership schools. Durante un periodo de 3 meses en cada escuela se organizaron actividades de interés estudiantil tales como artesanías, arte, horticultura y jardinería, arte culinario, y educación ambiental y se planificaron sesiones de desarrollo profesional para maestros y actividades para padres. Estas intervenciones ayudan a romper patrones destructivos conducentes a la desesperación en las relaciones maestro-alumno ya que los maestros comienzan a observar y favorecer las características positivas, la creatividad y las interacciones saludables de sus estudiantes. Las respuestas al cuestionario recibidas de los maestros participantes a lo largo de los 6 años de la investigación de De Melo Silva documentan que las intervenciones causaron ganancias significativas entre los estudiantes respecto del aprendizaje, la creatividad, la motivación y la calidad de relaciones interpersonales. Este modelo está actualmente replicado en Panamá ("Proyecto Makiguchi en Panamá" 2001).


Se han fundado diversas escuelas privadas alrededor del mundo (al menos parcialmente) sobre los principios educativos Soka, incluyendo la Nueva Escuela de Aprendizaje Colaborativo (New School of Collaborative Learning) en Beijing, el Centro de orientación Infantil in Panamá, y los Centros de Aprendizaje de la Universidad Internacional Asia Pacífico (International University Asia Pacific).


En los Estados Unidos de Norteamérica, la escuela Renaissance Charter en Nueva York se fundó parcialmente sobre las teorías de Makiguchi (Joffee, 2006). El moto de esta escuela es "Desarrollando líderes para el Renacimiento de Nueva York” es un llamado para nutrir estudiantes que sean capaces de crear valor en sus comunidades. Los visitantes de esta escuela han comentado acerca del sentido general de felicidad y compromiso entre los estudiantes, y esto está apoyado por datos de la Encuesta sobre Compromiso de los Estudiantes Secundarios de la Universidad de Indiana (Indiana University's High School Survey of Student Engagement) (Joffee, 2004). La satisfacción parental es un ejemplar 93.7% como se lo ha medido por una reciente encuesta escolar (Kadamus, 2005).


Por cierto, está comenzando a emerger una investigación y documentación erudita del trabajo de educadores en varios países que están aplicando los conceptos de la educación Soka. En su disertación doctoral Iris Pagan (2001) narra sus esfuerzos para emplear los principios de la “pedagogía Makiguchiana" en un aula de ciencia de una escuela secundaria de una escuela privada de Nueva York, EE.UU. Los descubrimientos de ella que mucho tienen para ofrecer a los maestros de escuela secundaria, sugieren que un enfoque Magiguchiano del aprendizaje puede mejorar el aprendizaje ubicado socialmente y también sosteniendo una adecuada maestría del contenido de ciencia. La directora Marita Bombardieri fue capaz de transformar una escuela secundaria vocacional plagada de problemas en Como, Italia, en un centro de paz y diálogo en una comunidad asediada por la tarea de integrar un largo influjo de inmigrantes (Marrazzi, 2001). Los proyectos como éste prueban los principios de los pensamientos de Makiguchi en varios encuadres globales. Un boletín trimestral en-línea, boletín de los Educadores Soka Internacionales (Newsletter of International Soka Educators) (www.eddiv.homestead.com/newsletter.htm), subraya el trabajo de practicantes a través del mundo en tanto intentan aplicar los principios de la educación Soka. En realidad, el esfuerzo hecho por los educadores Soka de compartir sus prácticas a través de sitios Web, conferencias, y correspondencia es una de sus características más prometedoras.


CONCLUSIÓN
En un mundo manejado por el conflicto, lleno de luchas filosóficas y políticas, la noción de Makiguchi de la creación de valor es un llamado a los educadores e individuos para que persigan tanto la acción pragmática como la radical a través de una teoría unificada de la educación. En vez de sucumbir a la confusión y la parálisis del sistema educativo de hoy, Makiguchi anima a los educadores a encontrar maneras para crear valores para mejorar más que para desmantelar el sistema. Como ciudadano común viviendo en una época peligrosa, Makiguchi proveyó de un ejemplo de una vida contributiva en tanto caminaba valientemente a lo largo de senderos traicioneros, buscando siempre encontrar un camino dentro del caos a través de la creación de valor. El legado de su lucha se ve en el gran número de gente que están hoy trabajando con entusiasmo y pasión alrededor del mundo para hacer verdad su enfoque. Al insistir en que la creación de valor es un camino para la realización humana a pesar de las fuerzas opresivas, sean internas o externas, Makiguchi define las metas de la educación y habla a nuestra época con voz clara y convincente.


NOTAS:
1) El Incidente de Manchuria (septiembre de 1931) es considerado el momento decisivo en la vuelta al nacionalismo militarista en Japón.

2) En 1891, el Ministerio de Educación emitió una directiva,  que las escuelas con 70 o menos estudiantes matriculados, deben organizarse en escuelas de una sola habitación. Al mismo tiempo, la Escuela normal Hokkaido comenzó a realizar investigaciones sobre los mejores métodos y prácticas de este tipo de educación en su escuela primaria adjunta. Aquí es donde Makiguchi  había enseñado durante 4 años.

3) Citas expresadas de forma similar se refieren al volumen y página de Makiguchi, 1983-1985. Donde fuere apropiado, se hace también referencia a Education for Creative Living: Ideas and Proposals of Tsunesaburo Makiguchi, una interpretación condensada en inglés de los escritos pedagógicos de Makiguchi traducido por A. Birnbaum e impreso por D. M. Bethel, o A Geography of Human Life, también editada por D. M. Bethel.

4) Entre los firmantes de una carta de apoyo a las teorías de Makiguchi fueron la Liga de las Naciones, Subsecretario General Inazo Niitobe Inukai Tsuyoshi y, que se convirtió en primer ministro en 1931. Inukai asesinado en 1932, quien marcó otro punto de inflexión en el silenciamiento de las voces liberales ascendencia japonesa en el fascismo y es a menudo visto como el momento en que la estatura de los educadores y políticos liberales disminuido considerablemente.

5) Makiguchi no estaba completamente satisfecho con el término felicidad y escribe que luchó por más de una década para encontrar una palabra más adecuada que ésa para expresar la meta de la vida y del aprendizaje, pero que, al final, no pudo (1983-1988, vol. 5, p. 120).

6) Ver concepción de Gardner de las inteligencias múltiples (1983) y Renzulli noción de Explotar las vegas cualidades de talento en todos los estudiantes (Renzulli y Reis, 1985).

7) El budismo de Nichiren aclara que el "Buda" no debe entenderse como un Dios externo, salvador, o fuerza externa, sino como una potencialidad inherente a cada individuo.

8) Las escuelas chárter son aquellas que firman un contrato con el estado o el distrito, por el cual obtienen dispensas con respecto a ciertas normas escolares generales y fondos del gobierno, para poder cumplir con los objetivos establecidos en dicho contrato.


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