¿EN QUÉ DEBEMOS PENSAR CUANDO INVOCAMOS?
En el Budismo de Nichiren, lo más importante
es la acción. Solamente actuando y aplicando nuestra práctica del budismo a
nuestros problemas cotidianos podremos mostrar la verdadera fuerza de Nam-myoho-renge-kyo.
Esta fuerza se torna
evidente
en nuestra personalidad, nuestros beneficios y nuestras victorias en la vida.
Nichiren Daishonin dice
que al invocar, lo importante es la fe, o «el corazón», es decir, nuestra
intención y determinación («La estrategia del Sutra del loto», END,
pág. 1045).
Cuando invocamos
Nam-myoho-renge-kyo con convicción firme en nuestro
potencial ilimitado y el potencial ilimitado de los demás, con la
determinación de hacer surgir nuestra propia felicidad y la felicidad de los demás,
tal como enseñó Nichiren, veremos la clara prueba de su fuerza.
Daisaku Ikeda, tras
hablar de la dificultad de distinguir el límite entre el éxito y el fracaso, el
sufrimiento y la alegría, dice:
«Nam-myoho-renge-kyo, no obstante, nos lleva por el camino a la
victoria absoluta. El Budismo de Nichiren nos ayuda a generar un estado de vida
sereno de abundancia interior impregnado de las cuatro virtudes nobles:
eternidad, felicidad, verdadero yo y pureza. Los que abrazan la fe en
Nam-myoho-renge-kyo poseen muchísima más riqueza que quienes tienen las mayores
fortunas o las mansiones más grandiosas.
Nam-myoho-renge-kyo es
la vida y la Ley fundamental del universo. Cuando invocamos
Nam-myoho-renge-kyo, no tenemos nada de qué preocuparnos. Las
palabras del Daishonin nunca mienten.
El propósito de nuestra
fe y práctica es alcanzar la felicidad y la victoria en la
vida. Esta es la realidad del Budismo de Nichiren Daishonin, el
único Buda eterno
del Último Día de la Ley» (5 de marzo de 2010, World Tribune, pág.
4).
Bajo la dirección de
Ikeda, solamente los miembros de la SGI se han dedicado sinceramente al
kosen-rufu, la propagación mundial de Nam-myoho-renge-kyo, tal como enseñó
Nichiren Daishonin. Como consecuencia, han estado mostrando a nivel mundial la
prueba de su fuerza benéfica para bien de toda la humanidad.