
4. EL EXILIO A IZU. ENVIADA A FUNAMORI YASABURO. (Los escritos de Nichiren Daishonin, Soka Gakkai, Pag 36, 37, 38 y 39).

Cuando fui exiliado, en el duodécimo día del quinto mes, llegué a un
puerto del que nunca antes había oído hablar; no bien baje del bote, presa del
malestar, usted tuvo la gentileza de atenderme y de tomarme su cuidado. ¿Qué
karma ha hecho posible que nos conociéramos? ¿Podría ser que usted por haber
sido devoto del Sutra del Loto en el pasado, hoy haya renacido en el Ultimo Día
de la Ley como Funamori no Yasaburo (1) para apiadarse de mí? Tal vez esto sea
de esperar en un hombre, pero a su esposa, (una mujer casada) me haya
alimentado, haya traído agua para que pudiera lavarme las manos y los pies, y
me haya tratado con tanta bondad es algo que solo puedo describir como
prodigioso.
¿Qué lo llevó a creer profundamente en el Sutra del loto y a hacerme
ofrendas durante los más de treinta días que permanecí en ese lugar? El
administrador y la gente del distrito me han odiado y me han tratado con más
hostilidad aun que el pueblo de Kamakura. Los que me veían fruncían el ceño con
disgusto; otros, con solo oír mi nombre, daban rienda suelta al desprecio. Y
sin embargo mi estadía coincidió con el quinto mes, cuando el arroz escasea,
usted me alimentó en secreto. ¿Acaso mis padres han renacido en un sitio
llamado Kawana, en Ito, provincia de Izu?
En
el cuarto volumen del Sutra del loto se lee: “[Enviaré] hombres y mujeres de fe
pura, que darán ofrendas a los maestros de la Ley (2)”. El significado de esta
frase del sutra es que las deidades celestiales benevolentes adoptarán diversas
formas, entre ellas, las de hombre y mujer, y darán ofrendas para ayudar a las
personas que practican el Sutra del loto. No puede haber dudas de que esto se
refiere a usted y su esposa, que han nacido como hombre y mujer, y están
haciendo ofrendas a Nichiren, el maestro de la Ley.
Dado que ya le escribí extensamente en otra oportunidad (3), esta vez
voy a ser breve. Pero hay algo en especial que quisiera mencionar. Cuando el
administrador del distrito me envió la solicitud de que orara por la curación
de su enfermedad, me pregunté si debía aceptar. Pero como manifestó cierta
disposición acreer en mi, decidí que apelaría al sutra del loto. Esta vez, no
vi motivos para que los diez demonios no sumaran sus fuerzas y acudieran en mi
ayuda. Por lo tanto me dirigí al Sutra del Loto, a Shakyamuni, a Muchos tesoros
y a los budas de las diez direcciones, y también a la Diosa del Sol, a Hachiman
y a otras deidades mayores y menores. Estaba seguro de que tendría en cuenta mi
petición y mostrarían alguna señal. Estaba claro que no me abandonarían, y que
su respuesta sería tan oportuna y reconfortante como apoyar la mano justo donde
duele o rascarse allí donde atormenta la comezón. En efecto, el administrador
terminó recuperándose. En agradecimiento, me obsequió una estatua del Buda que
habían sacado del mar junto con una redada de peces. Lo hizo porque finalmente
había cesado su dolencia, que, estoy seguro, tiene que haber sido infligida por
los diez demonios. Este beneficio también se extenderá seguramente a usted y su
esposa.
Los
seres vivos como nosotros han morado en el mar de los sufrimientos de la vida y
la muerte desde el tiempo sin comienzo. Pero cuando deciden ser devotos del
Sutra del Loto, comprenden que su cuerpo y su mente, que han existido desde el
pasado sin comienzo, están dotados en forma intrínseca de una naturaleza
eternamente invariable; toman conciencia de su realidad mística gracias a su
sabiduría mística, y adquieren el cuerpo de un buda, indestructible como el
diamante. ¿Cómo podrían ser entonces, distintos del Buda? El buda Shakyamuni,
señor de las enseñanzas, se estaban refiriendo a seres vivos como nosotros,
cuando dijo, hace Kalpas numerosos como las partículas de polvo de incontables
grandes sistemas planetarios: “Soy la única persona [que puede rescatar y
proteger a los demás] (4)”. Esta es la enseñanza del Sutra del Loto sobre los
tres mil aspectos contenidos en cada instante vital, y es la acción expresada
en la frase “Siempre estoy aquí, predicando la Ley (5)”. Aunque haya una
enseñanza admirable como el Sutra del Loto y aunque exista el buda Shakyamuni,
la gente común no se percata de ello. A esto alude el pasaje del capítulo
“Duración de la vida” que dice: “Lo hago para que los seres vivos, en su
confusión, no me vean ni siquiera cuando estoy cerca de ellos”. La diferencia
entre la ilusión y la iluminación es como la que distingue los cuatro puntos de
vista en el bosquecillo de árboles sal
(6). La expresión “Buda de los tres mil aspectos contenidos en cada instante
vital” significa que la totalidad del mundo fenoménico manifiesta la Budeidad.
El
demonio que se le apareció al niño Montañas Nevadas era Sakra disfrazado. La
paloma que buscó la protección del rey Shibí era la deidad Vishvakarman. El rey
brillo universal, quien regresó al palacio del rey Pies Moteados [para ser
ejecutado] era el buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas. Aunque la gente es
ciega a este tipo de cosas, el ojo del Buda es capaz de percibirlas. Un pasaje
del sutra afirma que hay caminos en el cielo y en el mar, por donde se
desplazan las aves y los peces. Una estatua de madera [del Buda] es, en sí
misma, un buda de oro, y un buda de oro es, en sí, una estatua de madera. El
oro de Aniruddha (7) se convirtió en una liebre y, luego, en un cadáver. En la
palma de la mano de Mahanama, hasta la arena se convertía en oro (8). Estas
cosas superan la comprensión habitual. Una persona común es un buda, y un buda
es un ser humano común. A esto se refieren los tres mil aspectos contenidos en
cada instante vital y la frase “Yo, en verdad, logré la Budeidad” (9).
En ese caso, tal vez el Gran Iluminado Honrado por el Mundo, señor de
las enseñanzas, haya renacido y me haya auxiliado en la persona de usted y de
su esposa. Aunque el trecho entre Ito y Kawana es corto, la distancia se impone
a nuestros corazones. Le escribo esta carta en bien del futuro. No hable deesto
con otras personas; es para su propia reflexión personal. Si la gente llegara a
saber de esta carta, las cosas se pondrían realmente difíciles para usted.
Atesórela en lo en lo profundo de su corazón y jamás la mencione a los demás.
Con mi profundo respeto, Nam-myoho-renge-kyo.
Nichiren.
En
el vigésimo séptimo día del sexto mes, primer año de Kocho (1261).
ANTECEDENTES
El octavo mes de 1260 un grupo de seguidores del Nembutsu atacaron la
morada del Daishonin en Matsubagayatsu, Kamakura, furiosos porque este había
refutado la escuela Tierra Pura en su tesis “Sobre el establecimiento de la
enseñanza correcta para asegurar la paz de la tierra”. El Daishonin a duras
penas logró salvarse, tras lo cual fue a vivir a la residencia de su discípulo
Toki Jonin en la provincia de Shimosa. Con todo, en la primavera de 1261,
regresó a Kamakura y retomó sus actividades de propagación.
El
duodécimo día del quinto mes de 1261, sin que mediara ninguna investigación
oficial, el gobierno condenó a Nichiren Daishonin al exilio en la península de
Izu, bastión de la escuela Tierra Pura. Fue llevado a Kawana, pequeña aldea
pesquera sobre la costa noreste de la península de Izu, donde un pescador
llamado Yasaburo y su esposa le brindaron refugio y alimento. Ambos abrazaron
fielmente las enseñanzas del Daishonin.
Un
mes después, al enterarse de la presencia del Daishonin en el lugar, Ito
Sukemitsu, administrador del distrito de Ito, en Izu, lo citó para pedirle que
orara por su recuperación, ya que padecía una grave enfermedad. Sukemitsu
recuperó la salud y se dice que también se convirtió a las enseñanzas de
Nichiren Daishonin.
Preocupados
por la seguridad de su maestro cuando este viajó a Ito para orar por la salud
del administrador, Yasaburo y su esposa enviaron un mensajero con diversas
ofrendas. El exilio a Izu es la respuesta del Daishonin. El destierro llegó a
su fin el vigésimo segundo día del segundo mes, en 1263, y el Daishonin regresó
a Kamakura.
NOTAS.
1. Funamori significa “pescador”; el apelativo podría traducirse como
Yasaburo el pescador.
2. Sutra del Loto, cap. 10.
3. Poco se sabe sobre la carta a la que se hace referencia; hoy solo se
conserva la que lleva por título “El exilio a Izu”.
4. Sutra del Loto, cap. 3.
5. Ib., cap 16.
6. Shakyamuni falleció después de exponer su última enseñanza. El “Sutra
de Nirvana” en un bosque de árboles llamados “sal”. “El Sutra de la resolución de las dudas acerca del Día medio
de la Ley” describe de cuatro maneras distintas ese bosque:
1) Como un bosque compuesto de tierra,
árboles, plantas y muros de piedras.
2) Como un lugar adornado con asl siete
clases de tesoros, incluídos el oro y la plata.
3) como un lugar donde todos los budas
practican el budismo.
4) Como la eterna tierra iluminada del
Buda.
La diferencia de conceptos tiene que ver
con la capacidad y el estado de vida de la gente.
7. Aniruddha fue uno de los diez discípulos principales de Shakyamuni,
conocido por haber desarrollado mas que nadie el don de la visión divina. La
historia figura en “Palabras y frases del Sutra del loto”. Tiempo atrás, un
pratyekabuddha llamado Rida trataba de llevar a cabo la practica de pedir
limosna sin obtener ningún resultado. Al ver esta situación un menesteroso le
ofreció mijo. Luego, cuando el pobre hombre fue a buscar mas, una liebre trepó
a sus espaldas y se convirtió en un cadáver. Atemorizado intentó desembarazarse
del cuerpo en vano. Pero no bien llegó a su hogar, el cadáver cayó al suelo y
se convirtió en oro. Al enterarse de ello, un grupo de individuos malvados, fue
a robarle el metal, pero sus ojos solo vieron , un cuerpo muerto. Sin embargo,
lo que veía el buen hombre era oro auténtico, que le proporcionó riqueza.
Noventa y un palpas después, renació como Aniruddha.
8. Mahanama fue uno de los cinco monjes a quienes el Rey, padre de
Shakyamuni, había ordenado que acompañasen a su hijo cuando este abandonó la
vida secular e ingresó en la vida religiosa. Lo siguieron y practicaron el
ascetismo a su lado, pero lo abandonaron cuando Shakyamuni desechó este medio
de práctica. Poco después, el buda logró la iluminación, y cuando predicó su
primer sermón ante sus cinco viejos compañeros, en el Parque de los Ciervos,
estos pasaron a ser sus primeros discípulos. De acuerdo con el “Sutra agama
sobre el crecimiento de a uno”, Mahanama poseía poderes ocultos. La historia de
la “arena que se convertía en oro sobre la palma de su mano” aparece en una
obra de Ts’ung titulada “Suplemento de las tres obras principales de
T’ien-t’ai.
9. Sutra del loto, cap. 16. Acerca de esta frase, Nichiren Daishonin
señala en su “Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente” que “yo” se
refiere a todas las personas que viven en los diez estados, y eso significa que
las personas de los diez estados son budas eternamente dotados de los tres
cuerpos.