
23. LA PERSECUCIÓN DE TATSUNOKUCHI. Carta escrita a Shijo Kingo. (Los escritos de Nichiren Daishonin, Soka Gakkai, Páginas 205/207).

¡En cuántos lugares habré dado
la vida en existencias pasadas por mi esposa e hijos, por mis tierras, mi clan
y mis vasallos! He entregado la vida en montañas y mares, en ríos y costas, y a
la vera de los caminos. Pero ni una sola vez lo hice por el Sutra del loto ni
sufrí persecuciones por el daimoku. Por eso, ninguna de las muertes que tuve me
ha permitido manifestar la Budeidad. Y como no pude hacerlo, los mares y ríos
donde di la vida tampoco han sido tierras de Buda.
Sin embargo, en esta
existencia, como devoto del Sutra del loto fui exiliado y condenado a morir, en
el destierro a Ito y en la ejecución de Tatsunokuchi. Tatsunokuchi, en la
provincia de Sagami, es el lugar donde Nichiren dio la vida. Como murió allí
por el Sutra del loto, ¿podría este sitio no ser una tierra de Buda? El sutra
explica: «En las tierras de Buda de Las diez direcciones sólo existe la Ley del
vehículo único».(2) ¿Acaso esto no respalda mi afirmación? La «Ley del vehículo
único» es el Sutra del loto. En ninguna de las tierras de
Buda de las diez direcciones existe otra enseñanza verdadera más que el
Sutra del loto. El sutra sigue diciendo: «No hay dos, no hay tres, salvo cuando
el Buda predica de este modo como medio conducente».(3) Si esto es así,
entonces cada sitio donde Nichiren ha sufrido persecuciones es una tierra de
Buda.
De todos los lugares de este mundo
saha, Tatsunokuchi, situado en Katase, provincia de Sagami, país del Japón, es
donde habita la vida de Nichiren. Como en ese lugar él dio la vida por el Sutra
del loto, Tatsunokuchi merece ser llamado la Tierra de la Luz Tranquila. A esto
se refiere el capítulo «Poderes Sobrenaturales» cuando señala: «Ya sea en un
bosque, en un jardín [...] en valles de montaña o en extensos yermos [...] en
tales lugares, los budas han entrado en el nirvana».
Usted acompañó a Nichiren y
juró dar su vida como devoto del Sutra del loto. Su proceder es cien, mil, diez
mil veces superior al de Hung Yen, (4) quien se abrió el vientre e introdujo
allí el hígado del duque de Yi, su amo fallecido [para salvarlo de la deshonra
y del escarnio]. Cuando llegue al Pico del Aguila, lo primero que diré es que
Shijo Kingo, al igual que yo, decidió dar la vida por el Sutra del loto.
He sabido, extraoficialmente,
que por órdenes del señor feudal de Kamakura (5) seré exiliado a la provincia
de Sado. De los tres hijos celestiales de la luz, la deidad de la Luna fue la
que salvó mi vida en Tatsunokuchi al mostrarse como un objeto incandescente; y
hace cuatro o cinco días, la deidad de las estrellas descendió para saludarme.(6)
Ahora, sólo resta la deidad del Sol, y sé que, sin falta, me protegerá. ¡Qué
reconfortante! ¡Qué alentador! El capítulo «Maestro de la Ley» señala: «Enviaré
personas mediante conjuros mágicos para que los protejan y resguarden». Este
pasaje no deja lugar a dudas. En el capítulo «Prácticas pacíficas» se lee: «No
será tocado por palos ni espadas». En el capítulo «El pórtico universal» se
anuncia: «¡La espada del verdugo se partirá en pedazos!». En estas citas del
sutra no hay nada falso. El poder firme y constante de la fe es, en verdad,
invalorable.
Con mi profundo respeto,
Nichiren
En el vigésimo primer día del noveno mes, octavo año de Bunei (1271).
A Shijo Kingo
ANTECEDENTES
Nichiren Daishonin escribió
esta carta a su leal seguidor y samurái Shijo Kingo en 1271, el vigésimo primer
día del noveno mes, es decir, cuando sólo habían pasado nueve días desde la
persecución de Tatsunokuchi. El Daishonin había sido sentenciado al exilio en
la isla de Sado bajo supervisión de Hojo Nobutoki, condestable de la isla. En
principio, la idea era que el Daishonin fuese escoltado a Echi, a la residencia
del delegado de Hojo Nobutoki, que era Hom-ma Shígetsura. De allí, debía ser
llevado directamente a Sado. Pero Hei no Saemon, un alto funcionario militar
del gobierno y enemigo declarado del Daishonin, en forma arbitraria decidió
ejecutarlo mientras lo custodiaban camino a la residencia de Homma. Intentó
decapitarlo en Tatsunokuchi, pero no tuvo éxito. Luego, el exilio a Sado se
llevó a cabo tal como estaba previsto desde el principio.
El Daishonin aquí revela algo
acerca de su verdadera identidad que, luego, describirá con más detalles en La
apertura de los ojos, también dirigido a Shijo Kingo. Aquí dice: «Tatsunokuchi,
en la provincia de Sagami, es el lugar donde Nichiren dio la vida. Como murió
allí por el Sutra del loto, ¿podría este sitio no ser una tierra de Buda?».
¿Por qué motivo el Daishonin refiere que «murió», cuando en realidad sobrevivió
al intento de ejecución? En La apertura de los ojos lo explica así: «El
duodécimo día del noveno mes del año pasado, entre las horas de la rata y del
buey (es decir, entre las once de la noche y las tres de la mañana), esta
persona llamada Nichiren fue decapitada. Es su alma la que ha llegado hasta la
isla de Sado» (Véase “30. La apertura de los ojos (II)”). El Daishonin está
dando a entender que, aunque una persona común y corriente llamada Nichiren
murió en Tatsunokuchi, Nichiren Daishonin, el Buda del Ultimo Día de la Ley,
llegó a salvo a la isla de Sado para cumplir su misión.
NOTAS
1. Sitio cercano a Kamakura que se empleaba como lugar de ejecución.
2. Sutra del loto, cap. 2.
3. Ib.
4. Hung Yen (f. 660 a.C.)
fue un leal vasallo de la antigua China cuyo amo, el duque de Yi, cayó muerto
en combate. Hung Yen sacrificó su vida para impedir que profanaran los restos
de su señor. Se creía que el hígado era la morada del espíritu.
5. «Señor feudal de Kamakura» es otra de las denominaciones que se le
daba a HojoTokimune (1251-1284), octavo regente del gobierno de Kamakura.
6. La referencia a la deidad de la Luna alude al objeto brillante que
cruzó el cielo ese día, justo cuando el verdugo se disponía a decapitar al Daishonin.
El episodio atemorizó tanto a los soldados que decidieron no llevar a cabo la
ejecución. En general, se piensa que fue un meteorito. Con respecto a la
mención a la deidad de las estrellas, en “El comportamiento del devoto del Sutra
del loto” el Daishonin afirma que mientras estuvo confinado en la residencia de
Homma, en Echi, un objeto luminoso descendió del cielo y cayó sobre las ramas
de un ciruelo que había frente a él. No se sabe con claridad de qué se trató,
aunque es posible que haya sido una descarga eléctrica provocada por algún
rayo, ya que el Daishonin menciona haber escuchado un estruendo como el de un
trueno y dice que ese día había fuertes vientos.