28. LA ASPIRACIÓN A LA TIERRA DE BUDA. Enviada a Toki Jonin. (Los escritos de Nichiren Daishonin, Soka Gakkai, Páginas 223/225).
Estamos a fines del
undécimo mes. Cuando vivía en Kamakura, Sagami, pensaba que los cambios de
estación debían ser iguales en todas las provincias, pero en los dos meses
transcurridos desde que llegué a esta provincia septentrional de Sado, los
vientos helados han soplado sin descanso, y aunque ha habido épocas en que la
escarcha y la nieve cesaron, todavía no he podido ver la luz del sol. Lo que
siento en mi cuerpo, en este momento, son los ocho infiernos helados. [Aquí]
las personas parecen tener corazón de aves rapaces o de bestias: no reconocen
al soberano, ni al maestro o al padre. Y menos aún distinguen entre lo correcto
e incorrecto en materia de budismo, ni ponderan lo bueno o lo malo de sus
maestros. Pero no diré nada más sobre este asunto.
Cuando hice regresar de
Teradomari al sacerdote laico que usted me envió el décimo día del décimo mes
para que me acompañara, le encomendé que le entregara ciertas enseñanzas que
escribí para usted.(1) Como habrá podido inferir al leerlas, [el advenimiento
de la gran Ley] ya se encuentra frente a nuestros ojos. En los dos mil
doscientos años y más transcurridos desde la muerte del Buda, en la India, la
China y el Japón, y en todo Jambudvipa, [el gran maestro T’ien-t’ai dijo]:
«Vasubandhu y Nagarjuna claramente percibieron la verdad en su fuero interno,
pero no la enseñaron. En cambio, utilizaron las enseñanzas del Mahayana
provisional, adecuadas a la época».(2) T’ien-t’ai y Dengyo efectuaron
comentarios generales sobre ella, pero dejaron su propagación para el futuro.
La Ley secreta, que es la única gran razón por la cual los budas hacen su
advenimiento, se propagará por primera vez en este país. ¿Quién, sino Nichiren,
podría llevar esto a cabo?
Los presagios de su
aparición ya comienzan a verse. El gran terremoto de la era Shoka fue un
augurio de una envergadura jamás vista en épocas anteriores, un vaticinio sin
precedentes en los doce reinados de las deidades, (3) en los noventa reinados
de los monarcas humanos (4) y en los más de dos mil doscientos años
transcurridos desde la muerte del Buda. En el capítulo «Poderes sobrenaturales»
del Sutra del loto se lee: «Ya que, una vez que el Buda haya pasado a la
extinción, habrá personas que podrán mantener este sutra, los budas se colman
de deleite y manifiestan ilimitados poderes sobrenaturales». También se refiere
a «todas las doctrinas que posee El Que Así Llega». Una vez que esta gran Ley
haya sido propagada, estoy seguro de que ni las enseñanzas anteriores al Sutra
del loto ni la enseñanza teórica de este sutra brindarán siquiera el menor
beneficio. El gran maestro Dengyo señaló que cuando sale el sol, las estrellas
se ocultan. (5) Y el prefacio escrito por Tsun-shih (6) explica que, a
comienzos del Ultimo Día de la Ley, [el budismo asomará por el Este] e
iluminará el Oeste. La Ley ya ha aparecido. Las señales que anuncian su
advenimiento superan holgadamente las de épocas anteriores. Cuando me puse a
meditar sobre este fenómeno, comprendí que ello ocurre porque así lo establece
la época. El Sutra afirma: «[Entre estos bodhisattvas], había cuatro adalides.
El primero se llamaba Prácticas Superiores.» (7) También señala: «En la época
perversa del Ultimo Día de la Ley, si alguien es capaz de mantener este Sutra...»
(8) y «Tampoco sería difícil tomar el monte Sumeru y arrojarlo a lo lejos...».
(9)
Deseo pedirle que reúna
y guarde en un solo lugar los cinco cuadernos plegables que le mencioné, con
pasajes esenciales de la compilación completa de las escrituras y del Tratado
sobre la gran perfección de la sabiduría. Por favor, asegúrese de que los
párrafos fundamentales de los tratados y comentarios no se dispersen ni se
pierdan. Y, por favor, dígales a los sacerdotes jóvenes que no descuiden sus
estudios. Bajo ninguna circunstancia lamente mi destierro. Los capítulos
«Aliento a la devoción» y «Jamás Despreciar» afirman [que el devoto del Sutra
del loto enfrentará persecuciones]. La vida es limitada y no debemos
escatimarla. A lo que debemos aspirar, en última instancia, es a la tierra de
Buda.
Nichiren
En el vigésimo tercer día del undécimo mes, octavo año de Bun ei
(1271).
Respuesta al sacerdote laico Toki
Envío de regreso a algunos de los sacerdotes jóvenes. Puede
preguntarles a ellos cómo es esta provincia y en qué condiciones estoy
viviendo. Es imposible referir tales cosas por escrito.
ANTECEDENTES
El vigésimo octavo día
del décimo mes de 1271, Nichiren Daishonin llegó a la isla de Sado. El primer
día del undécimo mes fue llevado a Tsukahara, un paraje desolado que se
utilizaba como cementerio y que sería su morada en Sado. Por todo albergue, le
adjudicaron un templete abandonado llamado Sammai-do. El viento y la nieve se
colaban por enormes agujeros abiertos en las paredes y el techo. Quizá debido a
la grave escasez de comida y de abrigo, el Daishonin pronto envió de regreso a
la isla principal del Japón a los sacerdotes que lo acompañaban. Poco antes de
que estos partieran, redactó este escrito y lo envió por intermedio de ellos a
su leal seguidor Toki Jonin. Se cree que esta fue la primera carta que escribió
en la isla de Sado.
Mientras el Daishonin
sobrellevaba el destierro en Sado, confió en Toki para transmitir mensajes de
aliento a los creyentes del área de Shimosa. Según se deduce de esta carta en
particular, también le había pedido a Toki que cuidara de sus libros y
documentos en su ausencia.
En este escrito expresa
su decisión de enfrentar la muerte, si fuese necesario, en bien del Sutra del
loto, así como su alegría de saber que él es el devoto del sutra. También
declara que la Ley suprema, nunca antes revelada por ninguno de los grandes
maestros budistas del pasado, ha hecho su aparición en el mundo. Interpreta el gran
terremoto de la era Shoka, acaecido en 1257, como augurio del surgimiento de la
Ley y cita diversos pasajes del Sutra del loto y de otras fuentes para fundamentar
que el comienzo del Ultimo Día es la época en que se propagará esta gran Ley.
En las últimas líneas de
la carta, explica que debemos dedicarnos a esta Ley ya que la vida en este
mundo es transitoria. En vez de la satisfacción efímera, nuestra meta esencial debe
ser aspirar a la tierra de Buda» o a la ¡iluminación, ese estado de alegría ilimitada
en el cual comprendemos la verdad eterna que yace dentro de maestra vida.
NOTAS.
1. referencia a carta a Teradomari, que El Daishonin escribió a
Toji Jonin El vigésimo segundo día del décimo mes, en 1271.
2. Gran concentración e introspección.
3. El término “doce reinados de las deidades” se refiere a los siete reinados de las
deidades celestiales y los cinco reinados de las deidades terrenales que, según
se creía, habían gobernado el Japón desde antes del legendario emperador Jimmu,
el primer emperador humano.
4 La expresión “noventa reinados de los monarcas humanos” alude a
los sucesivos emperadores que hubo desde el primer soberano, el legendario
emperador Jimmu (660-585 a.C.,
según Crónicas del Japón), hasta el nonagésimo emperador Kameyama (1259-1274).
5. En el Registro en verso del linaje de la escuela Tendai del
Loto, el gran maestro Dengyo utiliza la imagen del sol para representar el Sutra
del loto, y la de las estrellas para referirse a las enseñanzas provisionales.
Aquí, el Daishonin usa el sol para representar la Ley de Nam-myoho-renge-kyo, y
las estrellas, para representar tanto las enseñanzas provisionales como la
enseñanza teórica del Sutra del loto.
6. Tsun-shih fue un sacerdote de la escuela T‘ien-t'ai que vivió
durante la dinastía china Sung El «prefacio» de Tsun-shih es su introducción a
la obra Método de concentración e introspección del Mahayana, escrito por
Nan-yüeh, maestro de T'»en-t'ai. La obra de Nan-yüeh se Había perdido desde
hacía siglos en la China, peto Jakusho, un sacerdote de la escuela Tendai
japonesa, llevó consigo un ejemplar desde el Japón cuando viajó a la China a
comienzos del siglo XI. Por eso. Tsun-shih afirmó que el budismo «asomará por
el Este».
7. Sutra del loto, cap. 15.
8. Ib., cap. 17.
9. Ib., cap. 11. Este pasaje enseña cuán difícil «era abrazar y
propagar el Sutra en el Ultimo Día de la Ley.