EL SUTRA DE LA VERDADERA RETRIBUCIÓN. LOS ESCRITOS DE NICHIREN DAISHONIN. (Fragmentos).
Este sutra es superior
todos los demás. Es como el rey león, monarca de todas las bestias que pisan
este suelo, y como el águila, rey de todas las criaturas que vuelan por el
firmamento.
Las enseñanzas como el
Sutra de la devoción al buda Amida son como faisanes o conejos, que lloran
cuando caen en las garras del águila o se retuercen de pavor cuando el león los
persigue. Y lo mismo se aplica a personas como los seguidores del Nembutsu, los
sacerdotes de la escuela Preceptos, los monjes del Zen y los maestros de la
escuela Palabra Verdadera. Cuando enfrentan cara a cara al devoto del Sutra del
Loto, empalidecen y su espíritu flaquea.
[...]
Para todos aquellos que,
deseando hacerlo, no pudieron creer en el Sutra del Loto con certeza absoluta,
el quinto volumen expone el corazón y la esencia de todo el sutra: la doctrina
sobre el logro de la Budeidad con la forma que cada uno posee. Esto es, por
ejemplo, como si un objeto negro se volviera blanco, como si la laca negra
adquiriera el color de la nieve, como si algo sucio se tornara limpio y puro,
como si pusieran una joya de los deseos en agua lodosa [para que esta se
volviese transparente].
En dicho volumen, leemos
que la hija del Rey Dragón se convirtió en un buda conservando su forma
original de reptil. Y en ese momento, ya no hubo nadie que dudara de que todos
los hombres podían alcanzar la Budeidad. Por eso digo que la iluminación de las
mujeres ha sido expuesta como ejemplo.
Yo, Nichiren, he nacido
como ser humano —algo difícil de lograr— y he conocido las enseñanzas del Buda,
tan difíciles de hallar. Pero además, de las muchas enseñanzas del Buda, pude
dar con el Sutra del Loto. Cuando me detengo a pensar en mi buena fortuna, veo
que es mucho lo que debo a mis padres, al soberano y a todos los seres vivos.
Con respecto a la deuda
de gratitud que uno ha contraído con sus progenitores, el padre es como el
cielo, y la madre, como la tierra; costaría decidir a cuál de los dos uno le debe
mayores favores. Pero, de ambas cosas, la más difícil de retribuir es la
inmensa bondad de nuestra madre.
[... ]
Desde que comprendí que sólo el Sutra del
Loto expone la iluminación de las mujeres, y que este es el único sutra de la
verdadera retribución que nos permite saldar la deuda de gratitud con nuestras
madres, he jurado hacer que todas las mujeres entonen el daimoku de este sutra
[Nam Miojo Rengue Kio] para retribuir lo mucho que yo le debo a mi propia madre.
Así, exactamente, es el
budismo en el Japón actual: todo conspirar y tramar rebeliones, aunque de
manera distinta. El Sutra del Loto representa al supremo soberano; en tanto que
las escuelas Palabra Verdadera, Tierra Pura y Zen, y los sacerdotes de la
escuela Preceptos, se han convertido en enemigos mortales del Sutra del Loto
por venerar enseñanzas inferiores como el Sutra Majavairochana y el Sutra de la
meditación sobre el buda Vida Infinita. Y sin embargo, las mujeres de todo el Japón,
sin advertir la ignorancia de su propia mente, piensan que su adversario es
Nichiren, quien puede salvarlas, y consideran buenos amigos y maestros a los
sacerdotes del Nembutsu, Zen, Preceptos y Palabra Verdadera, que en realidad
son sus enemigos mortales. Y como creen que Nichiren es su enemigo mortal,
siendo que él sólo intenta salvarlas, esas mujeres se han unido para
calumniarlo ante el soberano del país; fue así como, después de haber sido
exiliado a la provincia de Izu, debí marchar al destierro en la provincia de
Sado.
No obstante, cuando fui
desterrado a la provincia de Sado, el condestable del lugar y otros
funcionarios me trataron de manera hostil, acatando el mandato del gobierno
nacional. [...] mi choza era vigilada estrictamente, día y noche, por cada
administrador y creyente del Nembutsu que se preciara de tal para impedir que
alguien se comunicara conmigo.
Jamás, en ninguna de mis
existencias, olvidaré que en horas como estas, usted, trayendo a su lado a
Abutsu-bo cargado de provisiones a las espaldas, se aventuró una y otra vez al
amparo de la noche para prestarme su ayuda. ¡Fue como si, de pronto, hubiera
renacido en la provincia de Sado mi madre fallecida!