SHAKYAMUNI Y DEVADATTA, BIEN Y MAL. LA ÉPOCA DEL BUDISMO DEL PUEBLO, UNA ERA DE VICTORIA HUMANA.
Esta porción de las disertaciones del
Presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, sobre “La selección del tiempo” explica los
tres periodos posteriores a la muerte del Buda Shakyamuni, y se refiere a la
importancia del Último Día de la Ley.
RECONOCER CORRECTAMENTE EL SIGNIFICADO DEL
ÚLTIMO DÍA DE LA LEY.
Ya han pasado más de
doscientos años desde que comenzó el Último Día de la Ley, la época en que,
según el Sutra de La Gran Compilación (1), el Buda predijo que surgirían «peleas
y disputas entre los seguidores de mis enseñanzas, y la Ley pura se oscurecerá
y se perderá». Si estas palabras del Buda son ciertas, en este período,
todo el territorio de Jambudvipa [el mundo entero] se verá indudablemente
envuelto en reyertas y enfrentamientos. [...]
La predicción del Buda
con respecto al surgimiento de disputas y de peleas ha resultado ser más que
acertada. Es como las mareas del océano, que nunca dejan de subir a la hora
debida.
En vista de la exactitud
de tales profecías, ¿puede haber dudas de que la gran Ley pura del Sutra del
Loto se propagará ampliamente en todas partes del Japón y en los demás países
de Jambudvipa, cuando pase este período en que, según el Sutra de La Gran
Compilación, «la Ley pura se oscurecerá y se perderá»?(2)
UN TEMA IMPORTANTE EN EL BUDISMO DE NICHIREN
ES COMO CONSIDERAR EL ULTIMO DIA DE LA LEY.
El Último Día es uno de
tres períodos o etapas consecutivas —junto con los días Primero y Medio de la
Ley—, en los cuales se divide el tiempo tras la muerte del Buda. Se refiere a
una época en que el budismo declina y se expone a perecer.
Estos tres períodos
aparecen mencionados en muchos sutras, pero sus características se comprenden
mejor si los examinamos desde el punto de vista de la enseñanza, la práctica y
la prueba; en otras palabras, la enseñanza de un buda, la práctica de dicha
enseñanza y la prueba real o beneficios que derivan de la práctica de esas
doctrinas.
Primero viene el Primer Día de la Ley,
cuando la enseñanza, la práctica y la prueba del budismo están firmes y
sólidas. Después viene el Día Medio de la Ley, época en la cual la enseñanza y
la práctica del Budismo prosiguen, pero ya no se producen pruebas concretas. En
este período, el budismo se reduce a formalidades sin contenido. Y finalmente
llegamos al Último Día de la Ley, época en la cual la enseñanza se conserva,
pero no hay práctica ni prueba. Señala un período en el cual el budismo declina
gravemente. Estas son las características de los días Primero, Medio y Último
de la Ley.
En dos ocasiones
separadas, en “La selección del tiempo”, el Daishonin analiza la historia de la
propagación del Sutra del loto a lo largo de estos tres períodos. Lo hace para
clarificar quién y qué enseñanza guiarán al pueblo a la iluminación en el
Último Día.
Basada en una síntesis
del primer análisis,(3) esta historia del budismo a través de los días Primero,
Medio y Último describe la pérdida y la consiguiente recuperación del propósito
del Buda, que es guiar a todas las personas al logro de la iluminación.
Para sintetizar, primero
hay una propagación gradual de diversos maestros y escuelas que han perdido de
vista la esencia de las enseñanzas del Buda. En la confusión resultante y en el
desorden producido en el mundo de las doctrinas budistas, aparece una persona
de sabiduría que reconoce la verdadera intención del Buda y proclama la
enseñanza correcta. Pero antes de que transcurra mucho tiempo, la gente vuelve
a perder de vista el propósito esencial del Buda, tras lo cual aparece otra
persona de sabiduría que se dedica a exponerlo aún más clara y explícitamente.
Reiteradamente en el
transcurso de la historia del budismo, los genuinos discípulos del Buda se han
puesto audazmente en acción para deshacer la obra de los falsos discípulos
budistas responsables de sumir al pueblo en el sufrimiento con enseñanzas
erróneas. Ellos se ponen de pie por propia decisión, para izar el estandarte de
la enseñanza correcta y liberar a las personas del sufrimiento, cada cual
esforzándose más que el anterior.
Por lo tanto, si vemos
las cosas desde esta perspectiva, lo más importante en el Último Día —una época
malvada en que la Ley declina— es exponer la enseñanza más elevada y la más
crucial que revela directamente la verdadera intención del Buda.
Sin embargo, a las distintas escuelas
budistas de la época de Nichiren lo que les interesaba era la pobre capacidad
de la gente para entender diversos sutras. La creencia general era que aquellos
de capacidad adversa o inferior, las personas incapaces de entender aun las
budistas sencillas —categoría en la cual caían los habitantes del Último Día—
no podían practicar las difíciles enseñanzas contenidas en el Sutra del Loto.
Por ejemplo, Honen, (4)
fundador de la escuela Tierra Pura en el Japón (escuela Jodo), dando desmedida
importancia a la capacidad de la gente, había establecido como práctica la
devoción exclusiva al Nembutsu —recitar el nombre del buda Amida— considerando
que esta invocación era el único medio para que la gente, y obtuviera la
salvación. Sostenía que la población del Último Día, de capacidad adversa e
inferior, no era afín con un tipo de práctica que los invitara a confiar en su
propio esfuerzo para lograr la iluminación. Insistía en que la única vía hacia
la salvación yacía en renacer en el paraíso de la Tierra Pura de la Perfecta
Felicidad, en el sector occidental del universo, confiando en el poder o en la
benevolencia del buda Amida.
Este enfoque para salvar
del sufrimiento a la gente del Último Día, basado en la capacidad subjetiva de
las personas, a primera vista parece muy humanista y centrado en el ser humano.
Pero un examen más serio revela que es exactamente lo opuesto. Primero,
arbitrariamente condena la capacidad del ser humano como inferior y adversa, y
luego señala que su única esperanza de felicidad es a través de un salvador
omnisciente y fuera de este mundo, que adopta la forma de un gran Buda o
bodhisattva. Este enfoque separa y traza una distinción infranqueable entre el
buda y los seres humanos, entre el maestro y los discípulos.
Los sacerdotes y clérigos que proponían
tales doctrinas se ubicaban como intermediarios entre el buda y el pueblo,
usaban su autoridad religiosa y espiritual para controlar a los creyentes y, a
la vez, con actitud astuta y arrogante, promovían sus intereses personales.
En cambio, Nichiren
Daishonin otorga gran importancia a la verdadera intención del buda Shakyamuni,
señor de las enseñanzas. Así pues, privilegia el Sutra del loto, que fue
expuesto «de acuerdo con la intención del Buda» (es decir, que revela el
propósito y la visión primordiales de Shakyamuni), frente a las demás
enseñanzas provisionales anteriores al Sutra del loto, que fueron expuestas
considerando «la subjetividad de los demás» (es decir, la capacidad de los
interlocutores del Buda). Declara que la enseñanza que se debe impartir a las
personas que viven en el Último Día es la Ley esencial o fundamental, la Ley
vital desde la perspectiva iluminada del Buda, y no las diversas doctrinas que
este expuso como medios conducentes o introductorios, y que son practicadas por
aquellos cuya vida está envuelta en la ilusión.
Cuando consideramos la
cuestión crucial del «tiempo» del Último Día de la Ley, Nichiren, en vez de
enfocarse en ponderar la «capacidad» de la gente, se dedicó a investigar cual
«enseñanza» tenía realmente el poder de ayudar a los seres humanos a resolver
sus problemas y a superar sus sufrimientos. Y concluyó que esa enseñanza no era
otra que Nam-myoho-renge-kyo, corazón del Sutra del Loto.
Por lo tanto, el
Daishonin considera el Último Día como la época exacta para la propagación
universal del Sutra del loto o del kosen-rufu mundial, que Shakyamuni vislumbró
y predijo en dicha escritura.
Porque el Sutra del loto enseña que todas
las personas originalmente son bodhisattvas y tienen el potencial de lograr la
Budeidad, dicho sutra tiene el poder de guiar a la iluminación incluso a los
habitantes del Último Día, de capacidad adversa o inferior. Cuando vemos el
Último Día desde la perspectiva de la enseñanza correcta de la Ley Mística,
vemos que es una época de triunfo humano, una verdadera época de victoria para
el pueblo. En consecuencia, el Último Día expuesto por el Sutra del loto no es
una época depravada de oscuridad y de desesperanza, sino un período positivo,
de cambio y de esperanza.
EL ÚLTIMO DÍA ES LA ÉPOCA DEL KOSEN-RUFU
MUNDIAL.
En el pasaje que estamos
estudiando de La selección del tiempo, el Daishonin declara que el Último Día
es la época en que se propagará a lo ancho y a lo largo, en el mundo entero, la
gran Ley pura del Sutra del loto.
El Sutra de la gran
compilación se refiere a los cinco períodos de quinientos años5 posteriores a
la muerte del Buda. El Último Día, que comenzó en el quinto período de
quinientos años, se describe en dicho sutra como una épca de conflicto en que
«surgirán peleas y disputas [...] y la Ley pura se oscurecerá y se perderá».
Esta descripción apunta
a una rivalidad y una confrontación incesante entre las escuelas budistas, cada
una de las cuales recalca la supremacía de la enseñanza específica de
Shakyamuni a la cual adhieren. Como resultado de ello, la Ley pura o correcta
del Buda se oscurece gradualmente y se expone al riesgo de desaparecer por
completo. Este desorden en el mundo del budismo se refleja en la sociedad, ya que
en el mundo secular también se producen conflictos y confrontaciones
incesantes.
Una lectura literal del
Sutra de la gran compilación nos deja la impresión de que el Último Día es una
época vacía de toda esperanza. Pero cuando vemos este concepto desde el punto
de vista del Sutra del loto, se advierte claramente la verdadera intención con
que el Buda expresó esas palabras del Sutra de la gran compilación.
Por ejemplo, en el
capítulo “Rey de la Medicina” (23°) del Sutra del Loto, Shakyamuni señala: «Cuando
yo haya pasado a la extinción, en el último período de quinientos años, debéis
propagar [el Sutra del loto] en todas partes ampliamente, en todo Jam-budvipa
[el mundo entero], y jamás dejar que se extinga [ni debéis dejar que saquen
ventaja los demonios malignos, la gente del demonio, los seres celestiales,
dragones, yakshas, demonios kumbhandas y otras funciones]».
El quinto período de
quinientos años, o sea la época de conflicto en que la Ley corre peligro de
desaparecer y caer en el olvido, es la época en que justamente el Sutra del
loto se deberá propagar en todas partes. En otras palabras, es la época del
kosen-rufu mundial.
El capítulo “Rey de la
Medicina” señala que jamás debemos permitir que la corriente de la propagación
de la enseñanza correcta sea obstruida por «demonios malignos, gente del
demonio» y otra clase de seres. Aquí, el Buda nos enseña a plantarnos firmes y
a vencer completamente a las diversas funciones destructivas que, en forma
inevitable, tratarán de perturbar nuestra tarea en el momento del kosen-rufu
mundial, en el Último Día.
En este esfuerzo que
hagan los practicantes del Sutra del loto por derrotar las funciones
destructivas es donde se encuentra el poder de transformar el Último Día para
que su significado primordial ya no sea la decadencia de la Ley, sino la era de
la iluminación universal y del kosen-rufu mundial. El Daishonin en persona se ocupó
de esta tarea con dedicación altruista, como devoto del Sutra del loto,
venciendo toda suerte de funciones destructivas y abriendo la corriente que, en
el futuro, desembocaría en la era de la propagación amplia y universal. Lo
proclama con vigor y elocuencia en La selección del tiempo.
Mientras el concepto de
la iluminación universal quede confinado al mundo de las teorías y de los
principios abstractos, nunca avanzará el kosen-rufu hacia su concreción. Las
palabras por sí solas no hacen que una sola persona logre la Budeidad, para no
hablar de toda la humanidad.
Sin embargo, un gran
visionario que comprenda esencialmente los ideales y los principios del Sutra
del loto hará todos los esfuerzos necesarios, de a uno por vez, para superar
los diversos obstáculos que se interpongan en el camino hacia el logro de tales
ideales y principios. Sólo entonces se dará el primer paso hacia el avance real
del kosen-rufu. Ese primer paso podría denominarse un «salto de valentía» para
cruzar el abismo infinito que hay entre los ideales y la realidad. El que logra
acometer con éxito ese «salto de valentía» es una persona de acción, capaz de
hacer realidad los ideales del Sutra del loto; en otras palabras, un devoto del
sutra.
En La selección del
tiempo, el Daishonin se describe a sí mismo como «el supremo devoto del Sutra
del Loto en todo el territorio de Jambudvipa».
Claramente afirma que
mediante su esfuerzo abnegado por esclarecer la enseñanza correcta, ha
establecido las bases para la iluminación de todas las personas y para el
kosen-rufu mundial.
La lucha inmortal de
Nichiren Daishonin puso en marcha un proceso de profunda transformación para
que el Último Día deje de ser una época malvada, caracterizada por las
aflicciones y el engaño, y se convierta en la época del kosen-rufu mundial, en
la cual se abre el camino para la iluminación de todas las personas y se puede
establecer la enseñanza correcta para la paz de la tierra.
Publicado en La Tribuna
del Mundo. 25 de febrero de 2011.
NOTAS:
1. Los escritos deNichirenDaishonin (END), Tokio: Soka Gakkai,
2008, págs, 663-68.
2. Ib., págs. 575-576.
3. Acerca de este primer análisis, véase END, págs. 569-577. El
segundo análisis de este tema aparece en este mismo escrito, entre las páginas
579 y 586.
4. Honen (1133-1212): También conocido como Genku. Fundador de la
escuela japonesa budista Tierra Pura. Proponía la práctica exclusiva del
Nembutsu —es decir, dedicarse a invocar el nombre del buda Amida para merecer
el renacimiento en la Tierra Pura después de la muerte. En su obra Escoger el
Nembutsu sobre todas las cosas, Honen exhorta a las personas a descartar todos
los sutras, incluido el Sutra del loto, y a abrazar en cambio la fe en la
Tierra Pura. En Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar
la paz en la tierra, el Daishonin repudia el Nembutsu como «el gran mal» que
está causando los muchos males que en esa época se abatían sobre el país.
5. Cinco períodos de quinientos años: Cinco períodos consecutivos
posteriores al fallecimiento de Shakyamuni, en los cuales se dice que el
budismo se propagará, prosperará y luego declinará. Ellos son:
1) la época de lograr la emancipación, en la cual muchas personas
se emancipan del sufrimiento mediante la práctica de las enseñanzas del Buda.
2) la época de meditar, en la cual la meditación pasa a ser la
práctica predominante.
3) la época de estudiar y recitar los sutras, y escuchar
disertaciones sobre ellas como práctica central.
4) la época de construir templos y stupas, en la cual se erigen muchas
construcciones religiosas, pero declina el espíritu de búsqueda hacia las
enseñanzas budistas.
5) la época de enfrentamientos y disputas, también conocida como
época de conflicto entre las diversas escuelas budistas rivales, y en que las
enseñanzas de Shakyamuni se oscurecerán y se perderán. Desde el punto de vista
de los tres períodos, los primeros mil años constituyen el Primer Día de la
Ley; los mil años siguientes, el Día Medio de la Ley, y el quinto período de
quinientos años marca el inicio del Último Día de la Ley.