35. LOS DESEOS MUNDANOS SON LA ILUMINACIÓN.
Le agradezco profundamente la
visita que me ha hecho y su continua preocupación por las numerosas
persecuciones que me han acaecido. No lamento tener que enfrentar
hostigamientos tan severos como devoto del Sutra del loto; aunque debiese
repetir muchas veces el ciclo de nacimiento y muerte, ninguna existencia sería
tan afortunada como esta. [Si no fuera por estas tribulaciones,] podría haber
seguido viviendo en los tres o cuatro malos caminos. Pero ahora, para mi
inmenso gozo, sé que cortaré el ciclo de las aflicciones del nacimiento y la
muerte, y obtendré el fruto de la Budeidad.
Por haber difundido incluso la
enseñanza teórica de los «tres mil aspectos contenidos en cada instante vital»,
expuesta en la primera mitad del Sutra del ¡oto, T’ien-t’ai y Dengyo se vieron
expuestos al odio y a la envidia. En el Japón, Dengyo transmitió esta doctrina
a Gishin, Encho, Jikaku y otros que, a su vez, la propagaron. El decimoctavo
prior de la escuela Tendai fue el gran maestro Jie, quien tuvo muchos
discípulos; entre ellos, cuatro llamados Danna, Eshin, Soga y Zen’yu. En ese
momento, la enseñanza se dividió en dos: el administrador sacerdotal Danna
transmitió los estudios doctrinales, mientras que el supervisor sacerdotal
Eshin estudió las prácticas referidas a la meditación. Pero los primeros y las
segundas son tan distintos entre sí como el sol y la luna; los estudios
doctrinales son superficiales, mientras que las prácticas meditativas son
profundas. De esta manera, la enseñanza expuesta por Danna es amplia pero
superficial, mientras que la doctrina de Eshin es limitada pero profunda.
Aunque la enseñanza que hoy
estoy transmitiendo parezca limitada, en realidad es profunda en extremo,
porque va mucho más allá de todo lo expuesto por T’ien-t’ai, Dengyo y otros
maestros. Se refiere a las tres cuestiones importantes (1) contenidas en el
capítulo «Duración de la vida» de la enseñanza esencial. Practicar sólo los
siete caracteres de Nam-myoho-renge-kyo parecerá limitado, pero como son el
maestro de todos los budas del pasado, presente y futuro, el mentor de todos
los bodhisattvas de las diez direcciones y el guía que permite a todos los
seres vivos transitar el Camino del Buda, en realidad se trata de una práctica
profunda.
El sutra señala: «La sabiduría
de los budas es infinitamente profunda e inmensurable». (2) Aquí, cuando habla
de los «budas» está aludiendo a todos los budas de las diez direcciones y del
pasado, presente y futuro, desde Mahavairochana El Que Así Llega, de la escuela
Palabra Verdadera, y Amida, de la escuela Tierra Pura, hasta los budas y
bodhisattvas de todas las escuelas y todos los sufras, a todos los budas del
pasado, presente y futuro, y a Shakyamuni El Que Así Llega actual. Y el sufra
habla de la sabiduría de todos estos budas.
¿Qué significa esta
«sabiduría»? Es la entidad del verdadero aspecto de todos los fenómenos y de
los diez factores de la vida que conducen a todos los seres a la Budeidad. Pero
¿qué es, entonces, dicha entidad? Es Nam-myoho-renge-kyo. Un comentario dice
que el profundo principio del verdadero aspecto es el Myoho-renge-kyo inherente
desde el origen. (3) Se nos dice que el verdadero aspecto de todos los
fenómenos también son los dos budas Shakyamuni y Muchos Tesoros [sentados
juntos, lado a lado, en la Torre de los Tesoros]. «Todos los fenómenos»
corresponde a Muchos Tesoros, y «verdadero aspecto», a Shakyamuni. Estos son,
además, los dos elementos de realidad y sabiduría. Muchos Tesoros es la
realidad, y Shakyamuni, la sabiduría. Y es, también, la iluminación de
comprender que la realidad y la sabiduría son dos cosas, pero sin ser dos.
Todas estas son enseñanzas
primordiales. También corresponden a lo que se conoce como «los deseos mundanos
son la iluminación» y «los sufrimientos del nacimiento y la muerte son el
nirvana». Entonar Nam-myoho-renge-kyo durante la unión física del hombre y la
mujer es, sin duda, lo que se conoce como «los deseos mundanos son la
iluminación» y «los sufrimientos del nacimiento y la muerte son el nirvana».
Este último principio sólo existe en la comprensión de que la entidad de la
vida, a través de su ciclo de nacimiento y muerte, no nace ni es destruida. El
Sufra Sabio Universal señala: «Sin tener que erradicar los deseos mundanos ni
separarse de los cinco deseos, ellos pueden purificar todos sus sentidos y
erradicar sus faltas». En Gran concentración e introspección se dice: «La
ignorancia y el polvo de los deseos son la iluminación, y los sufrimientos del
nacimiento y la muerte son el nirvana». El capítulo «Duración de la vida» del
Sufra del loto afirma: «Mi pensamiento constante es cómo hacer para que los
seres vivos accedan al Camino supremo y rápidamente adquieran el cuerpo de un
buda». En el capítulo «Medios hábiles» se lee: «Las características del mundo
operan en forma continua». Con seguridad, estas declaraciones se refieren a
tales principios. Por eso, lo que llamamos «entidad» no es otra cosa que
Nam-myoho-renge-kyo.
Fue este Sutra del loto tan
augusto y preciado lo que, en existencias pasadas, puse bajo mis rodillas,
desprecié y desdeñé con repugnancia, y en lo cual me negué a creer. De una u
otra forma, me burlé maliciosamente de aquellos que, habiendo estudiado las
enseñanzas del Sutra del loto, las transmitían aunque fuera a una sola persona,
y mantenían viva la Ley. Además, hice cuanto me fue posible para impedir que
las personas abrazaran ese sutra, afirmando que les sería mejor descartarlo por
un tiempo, porque aunque podría ser una práctica apropiada para su próxima
existencia, en esa les resultaría demasiado difícil. Este tipo de actos contra
la Ley son la causa de las muchas persecuciones severas que he tenido que
sufrir a lo largo de mi vida. Por haber despreciado antes el Sutra del loto, de
todos los sutras la enseñanza suprema, hoy soy objeto de desprecio y mis
palabras no son debidamente escuchadas. El capítulo «Parábolas y semejanzas»
dice que aunque uno intente con sinceridad ganarse la amistad de los demás, la
gente no se preocupará por uno ni lo tratará con amabilidad.
No obstante, usted decidió ser un devoto del
Sutra del loto y, a raíz de ello, ha tenido que sufrir graves persecuciones. Y,
además, ha acudido en mi ayuda. En el capítulo «Maestro de la Ley», el Buda afirma
que él se valdrá de conjuros y enviará cuatro clases de creyentes —sacerdotes,
monjas, laicos y laicas— [para asistir a los maestros de la Ley]. Si los
«laicos» mencionados aquí no se refieren a usted. ¿a qué otra persona podrían
hacer alusión? Usted, además de prestar oídos a la Ley, creyó en ella y, desde
entonces, ha mantenido firme su fe sin desviarse. ¡Qué maravilloso! ¡Qué
extraordinario! En tal caso, ¿podría haber dudas de que soy el maestro de la
Ley del Sutra del loto? Tal vez también me parezca al «enviado de El Que Así
Llega», pues estoy llevando a cabo «su tarea». (4) Ya casi he propagado los
cinco caracteres del daimoku que le fueron encomendados al bodhisattva
Prácticas Superiores, cuando los dos budas se sentaron juntos en la Torre de
los Tesoros. ¿Acaso no significa esto que soy un enviado del bodhisattva
Prácticas Superiores? Es más, usted, como devoto del Sutra del loto y
siguiéndome a mí, les ha hablado a otras personas acerca de esta Ley. ¿Qué otra
cosa podría ser esto sino la transmisión de la Ley?
Mantenga siempre la fe en el
Sutra del loto. Es imposible extraer fuego del pedernal si uno se detiene en
mitad del intento. Haga surgir el inmenso poder de la fe, para que todos los
habitantes de Kamakura, de alta y de baja estirpe, y todo el pueblo del Japón,
cuando hablen de usted lo llamen «¡Shijo Kingo, Shijo Kingo de la escuela del
Loto!». (5) Hasta la mala reputación de las personas echa a correr por todos
lados; así que la buena reputación se extenderá muchísimo más, en especial si
se debe a la fe en el Sutra del loto.
Explíquele todo esto también a
su esposa, y trabajen juntos como el sol y la luna, como los ojos, como las dos
alas de un ave. Iluminados por el sol y la luna, ¿podría su camino estar
envuelto en la oscuridad? Con dos ojos, sin duda usted verá los rostros de Shakyamuni,
Muchos Tesoros y los budas de las diez direcciones. Y con un par de alas, sin
falta podrá remontar vuelo, en un instante, hasta la Tierra de los Tesoros de
la Luz Tranquila. Volveré a escribirle más detalladamente en otra ocasión.
Con mi profundo respeto,
Nichiren
En el segundo día del quinto
mes.
Respuesta a Shijo Kingo.
ANTECEDENTES
En el cuarto mes del noveno año
de Bun’ei (1272), Shijo Kingo viajó desde Kamakura a la isla de Sado para
visitar a Nichiren Daishonin. Kingo era un samurái que prestaba servicio a la
familia Erna, una rama del clan gobernante Hojo. El viaje a Sado era muy largo
y agotador, e implicaba recorrer un tramo en bote por el mar del Japón. Para
hacer una travesía como esa, Kingo debía ausentarse de sus deberes en Kamakura
durante más de treinta días.
En el quinto mes de ese mismo
año, poco después de que Shijo Kingo regresara a su hogar, Nichiren Daishonin
le escribió esta carta en agradecimiento por su visita.
Aquí, el Daishonin le explica
el poder de Nam-myoho-renge-kyo desde la perspectiva de profundos principios
budistas como la fusión de la realidad y la sabiduría, y la inseparabilidad
entre los deseos mundanos y la iluminación. Aunque el budismo Hinayana enseña
que erradicar los deseos mundanos es una condición para poder lograr la
Budeidad, el Mahayana —y, en especial, el Sutra del loto— enseñan que los
deseos mundanos y la iluminación son inseparables. Y la razón estriba en que
ambos son funciones o expresiones de la vida; es decir que tienen la misma
fuente u origen.
Nichiren Daishonin enseña que
cuando uno basa su vida en Mam - myoho- renge-kyo, los deseos mundanos obran
naturalmente en bien de su felicidad y de la dicha ajena. El gran poder de
Mam-myoho-renge-kyo. positivo y creativo por naturaleza, dirige la energía de
nuestros deseos mundanos hacia la felicidad y la creación de valor para todos.
Así pues, cuando uno entona el daimoku, «los deseos mundanos son la
iluminación».
Hasta el noveno mes de 1271,
cuando el gobierno perpetró un intento de ejecución contra Nichiren Daishonin
en Tatsunokuchi, este había adoptado el papel del bodhisattva Prácticas
Superiores, el devoto cuya aparición estaba predicha en el Sutra del loto.
Había dedicado todo su tiempo a enseñar la esencia del sutra y a propagar la
fe. Pero después de Tatsunokuchi reveló su verdadera identidad: la del Buda
inseparable de la Ley suprema de Mam-myoho -renge-kyo. En esta carta, el
Daishonin enseña el significado del daimoku desde el punto de vista del Buda
que abre el Camino de la Budei-dad a todo el género humano.
Primero, señala que enfrentar
persecuciones como devoto del Sutra del loto es una inmensa alegría para él,
porque es la forma segura de manifestar la Budeidad. «Aunque la enseñanza que
hoy estoy transmitiendo parezca limitada, en realidad es profunda en extremo,
porque va mucho más allá de todo lo expuesto por T’ien-t’ai, Dengyo y otros
maestros», afirma. Revela que la Ley suprema de todos los budas no es otra que
Nam-myoho-renge-kyo.
NOTAS
1. Las «tres cuestiones importantes» se refieren a las Tres Grandes
Leyes Secretas: el objeto de devoción, la recitación de Nam-myoho-renge-kyo o
daimoku, y el santuario o lugar donde se entona el daimoku ante el objeto de
devoción.
2. Sutra del loto, cap. 2.
3. Esta declaración se atribuye aT’ien-t’ai, aunque no hay pruebas
documentales que lo aseguren.
4. La mención se basa en el capítulo Maestro de la Ley» del Sutra del
loto. Esta parte en especial dice: «Si uno de estos buenos hombres y estas
buenas mujeres, en la época posterior a mi muerte puede exponer secretamente el
Sutra del loto a una persona, aunque sea una sola frase, debéis comprender que
esa persona es el enviado de El Que Así Llega. Ha sido despachado por El Que
Así Llega para llevar a cabo su labor».
5. A la escuela Tendai, en sus comienzos, también se la conocía como
«escuela del Loto», porque se basaba en el Sutra del loto. Luego, este término
pasó a ser utilizado para definir, en forma exclusiva, el budismo establecido
por Nichiren Daishonin.