37. LA VOZ PURA Y POTENTE.
El soberano conocido
como duque Huan, (1) del estado de Ch'i, tenía predilección por los ropajes de
color púrpura [y a raíz de ello, todos los habitantes de sus dominios se
vestían igual].
Al soberano conocido
como rey Chuang, (2) del estado de Ch’u, le disgustaban las mujeres de cintura
gruesa; por ende, todas las damas de la corte se esforzaban por lucir talles
esbeltos, y muchas de ellas, con este afán, llegaban a morir de hambre.
Así pues, lo que
complacía a un hombre era acatado por toda la población, aunque no coincidiera
con los gustos personales de cada uno. A modo de analogía, un gobernante es
como un vendaval que doblega la hierba y los árboles; o como un inmenso océano
que atrae todos los ríos y arroyos. Si la hierba y los árboles no se inclinaran
con el viento, ¿no terminarían quebrándose o desplomándose? Y si los arroyuelos
no desembocaran en el gran océano, ¿en dónde más podrían confluir?
El gobernante de un país
es alguien que, en su existencia anterior, superó ampliamente a los demás en la
observancia de los grandes preceptos, (3) y a quien, como resultado, el cielo,
la tierra y las numerosas deidades permitieron nacer como soberano. El mérito
que esa persona haya alcanzado en su observancia de los preceptos es lo que
determina qué país irá a gobernar. Para ser soberano no se elige a dos ni a
tres [sino tan sólo a una persona], y las deidades reinas de la tierra y del
cielo, de los océanos y de las montañas, se reúnen a su alrededor y le brindan
protección. Por lo tanto, ¿cómo podrían los habitantes de ese país volverle las
espaldas a su soberano?
El gobernante tal vez
cometa actos viles o perversos, y no sea castigado por las deidades la primera,
segunda o tercera vez que actúe de ese modo. Pero si llevara a cabo acciones
que disgustasen a las funciones celestiales y a otras deidades, estas, en
primer lugar, provocarían desórdenes en los cielos y extraños sucesos en en la
tierra a modo de reprimenda.
Y si el soberano llegara
demasiado lejos con su proceder reprochable, las funciones celestiales y las
deidades benevolentes abandonarían el país. Pero asimismo, si el mérito
adquirido por el gobernante a fuerza de observar los preceptos se agotara por
completo, su tierra perecería sin más, a su debido tiempo. Por otro lado, si
sus delitos y actos viles fueran demasiado reiterados, sus dominios podrían
caer en manos de algún reino vecino. Para bien o para mal, el pueblo del país
compartirá sin falta el mismo destino que su soberano.
Así ocurren las cosas en
este mundo. Y así también ocurren en el budismo. Hace largo tiempo el Buda
encomendó al soberano la protección de sus enseñanzas. Pues aunque surjan
sabios y venerables, no podrán llevar a cabo la propagación del budismo sin
respetar la autoridad del gobernante. Y aunque dicha propagación sea factible
en épocas posteriores, al comienzo estará sujeta a enormes e inevitables
obstáculos.
El rey Kanishka vivió
más de cuatrocientos años después de la muerte del Buda y gobernó el reino de
Gandhara de acuerdo con la voluntad de este último. Se rodeó de quinientos
arhats y los cubrió de honores; además, ordenó compilar en doscientos volúmenes
el Gran comentario sobre el Abhidharma. Empero, todos los habitantes del reino
eran seguidores del Hinayana, y fue muy difícil que las enseñanzas del Mahayana
prosperaran en ese lugar. Por su parte, el rey Pushyamitra mandó eliminar las
enseñanzas del Buda en las cinco regiones de la India y ordenó decapitar a los
monjes budistas; y no hubo sabio que pudiera hacerle frente.
El emperador T’ai-tsung
fue un soberano de gran sabiduría. Reconoció como mentor a Hsüan-tsang, maestro
del Tripitaka, y abrazó las enseñanzas de la escuela “Características del
Dharma”; ninguno de sus súbditos se aventuró a hacer lo contrario. La escuela “Características
del Dharma” es una rama del Mahayana, pero enseña la doctrina de las cinco
naturalezas, lo cual en el budismo equivale a una grave falta. Es una doctrina
perversa, peor que cualquiera de las enseñanzas falaces expuestas por
las religiones no budistas, y nunca debió haber sido aceptada en ninguno de los
tres países de la India, la China y el Japón. Por fin, en el Japón, quien
la desacreditó fue el gran maestro Dengyo. Y sin embargo, aunque la escuela
Características del Dharma estaba completamente errada, como el emperador
T’ai-tsung dio crédito a sus enseñanzas, nadie se atrevió a contrariar su
ejemplo.
La escuela Palabra
Verdadera se basa en el “Sutra Mahavairochana”, el “Sutra de la corona de
diamantes” y el “Sutra del susiddhikara”, conocidos como las tres enseñanzas
fundamentales de la escuela Palabra Verdadera. Durante el reinado del emperador
Hsüan-tsung, los maestros del Tripitaka Shan-wu-wei y Chin-kang-chih llevaron
dichos sutras a la China desde la India. El emperador Hsüan-tsung atesoró estas
enseñanzas más incluso que las de las escuelas T’ien-t’ai y Guirnalda de
Flores. Las consideró superiores a las doctrinas de las escuelas
Características del Dharma y Tres Tratados. Y de ese modo, toda la población de
la China terminó creyendo que el Sutra Mahavairochana era superior al Sutra del
loto. También en el Japón, hasta el día de hoy la gente vino creyendo que la
escuela Tendai era inferior a Palabra Verdadera. ¡Los eminentes monjes del
templo To-ji y del budismo Tendai, que siguen las enseñanzas de la escuela
Palabra Verdadera, son culpables de arrogancia y de tratar lo inferior como
superior!
Si colocáramos el “Sutra
Mahavairochana” al lado del “Sutra del loto” y los examináramos de manera
imparcial y sin prejuicios, veríamos que el primero es como el fulgor de una
luciérnaga, mientras que el Sutra del loto es como el resplandor de la luna
llena; que las enseñanzas de la escuela Palabra Verdadera son como un puñado de
pálidas estrellas, mientras que las de la escuela Tendai son como el sol.
Alguien que juzgue este asunto de manera tendenciosa dirá: «Usted no ha
comprendido cabalmente los profundos principios de la escuela Palabra
Verdadera, y sigue denostándola en forma interminable». Pero ya han pasado más
de seiscientos años desde que la escuela Palabra Verdadera se introdujo en la
China, y más de cuatrocientos años desde que se propagó en el Japón; tengo un
amplio conocimiento de los diversos ataques y refutaciones formulados por los
maestros budistas durante ese período. El gran maestro Dengyo fue la única
persona que comprendió de manera genuina la naturaleza fundamental de las
enseñanzas de esa escuela. Pese a ello, hoy Palabra Verdadera es la escuela que
más denigra la Ley en todo el Japón: considera inferior lo que es superior, y
juzga superior lo inferior. Y por eso, ahora que eleva plegarias para
detener la invasión de los mongoles, sus oraciones no hacen sino atraer al
invasor hacia nosotros.
La escuela Guirnalda de
Flores fue fundada por el maestro del Dharma Fa-tsang. Como la emperatriz Wu
dio crédito a sus enseñanzas, esta escuela llegó a gozar de tantos privilegios
que ninguna podía competir con ella. Esto parecería indicar que la superioridad
relativa de una enseñanza no ha dependido tanto de las doctrinas expuestas por
las diversas escuelas, como de la autoridad y el poder del gobernante.
Ni siquiera los eruditos
y maestros que comprenden el profundo significado del budismo pueden imponerse
a la autoridad del soberano. Aquellos que alguna vez lo han intentado debieron
enfrentar grandes persecuciones. El honorable Aryasimha fue decapitado por el
rey Dammira; el bodhisattva Aryadeva fue asesinado por un creyente no budista;
Chu Tao-sheng fue obligado a retirarse a una montaña en Su-chou, y el maestro del Tripitaka Fa-tao
fue herrado en el rostro y desterrado al sur del río Yangtze.
Yo, Nichiren, no merezco
ser llamado devoto del Sutra del loto, ni ser parte del clero budista. Es más,
en alguna época, junto a otras personas, me dediqué a invocar el nombre del
buda Amida. El reverendo Shan-tao, visto por algunos como la reencarnación del
buda Amida, dijo: «[Si las personas practican el Nembutsu continuamente hasta
el fin de sus días] diez de cada diez, y cien de cada cien renacerán en la
Tierra Pura. [...] Sin embargo, ni una sola persona en mil podrá renacer allí
[mediante ninguna otra enseñanza]». (4) El honorable Ho-nen, venerado como la
reencarnación del bodhisattva Gran Poder, interpretó esa afirmación de este
modo: «En la última época, de aquellos que invocan el Nembutsu pero lo mezclan
con otras prácticas como la devoción al Sutra del loto, ni uno sólo en mil
renacerá [en la Tierra Pura]. Pero, si diez personas invocan únicamente el
nombre del buda Amida, las diez renacerán [allí]». (5)
En los últimos cincuenta
años o más, todas las personas del Japón, sabias o ignorantes, honraron esta
doctrina y creyeron en ella; ni una sola la ha cuestionado. Sólo yo, Nichiren,
me destaco por señalar que el buda Amida, en su juramento original, prometió
salvar a todos «con la sola excepción de aquellos que cometan las cinco faltas
capitales y actúen contra la enseñanza correcta». (6) Y también sostengo que,
según el Sutra del loto, «el que no tiene fe en este sutra y, en cambio, actúa
contra él, inmediatamente destruirá todas las semillas que le permitirán ser un
buda en este mundo. [...] Cuando su vida concluya, entrará en el infierno
Avichi». (7) Estas afirmaciones demuestran que Shan-tao y Honen son personas
que actúan contra la enseñanza correcta; por ende, tienen que haber sido
abandonados por el buda Amida, en quien depositan su confianza. Y, puesto que
han rechazado a todos los demás budas y sutras, ahora no pueden recurrir a
ellos en busca de salvación. Como sostiene el pasaje del Sutra del loto, no
cabe duda de que están destinados a caer en el infierno del sufrimiento
incesante.
Pero dado que todos los
habitantes del Japón son discípulos de Shan-tao y de Honen, es obvio que tendré
que afrontar grandes adversidades [por haber hecho estas afirmaciones]. La
gente me odia y constantemente trama en secreto la manera de perjudicarme.
No voy a mencionar aquí
las numerosas persecuciones que ya he sufrido; sólo diré que el año pasado, el
duodécimo día del noveno mes, recayó sobre mí la cólera de las autoridades, y
que la noche de ese mismo día debí haber sido decapitado.(8) Sea como fuere,
pude llegar con vida al amanecer y, en vez de morir, llegué a esta provincia
insular de Sado, donde resido desde entonces. He sido abandonado por el mundo;
he sido abandonado por la Ley del Buda, y las deidades celestiales no dan
señales de compadecerme. Soy un hombre excluido del mundo secular y del mundo
budista.
Y, aun así, con la mayor
sinceridad, usted ha enviado hasta aquí a su mensajero portando ofrendas para
el tercer servicio anual (9) en memoria de su venerada madre, asunto de extrema
importancia para usted. Durante los últimos dos o tres días, me pareció estar
soñando. Me siento como el administrador del templo Hossho-ji, (10) que
exiliado en la isla de Iogashima, se encontró inesperadamente con un joven que
había estado largo tiempo a su servicio. Cuando Yang Kung, (11) el bárbaro del
norte, cayó cautivo en la China y fue enviado al sur, vio una bandada de gansos
silvestres que cruzaba el cielo y suspiró conmovido [pensando que con toda
seguridad procedían de su patria meridional]. Sin embargo, creo que la emoción
que sintió este hombre no puede compararse con la que hoy me embarga a mí.
El Sutra del loto
establece: «Si uno de estos buenos hombres y estas buenas mujeres, en la época
posterior a mi muerte puede exponer secretamente el Sutra del loto a una
persona, aunque sea una sola frase, debéis comprender que esa persona es el
enviado de El Que Así Llega. Ha sido despachado por El Que Así Llega para
llevar a cabo su labor». (12) Aquel que recite aunque sea una palabra o frase
del Sutra del loto y hable de ella a otros es emisario del buda Shakyamuni,
señor de las enseñanzas. Aun siendo humilde, yo, Nichiren, he recibido el
majestuoso mandato del buda Shakyamuni y he venido a esta tierra del Japón. Por
lo tanto, como revela el Sutra, cualquiera que pronuncie una sola calumnia
contra mi persona estará cometiendo una falta que lo condenará al infierno del
sufrimiento incesante; y todo aquel que profiera una sola palabra o frase en
bien de Nichiren obtendrá beneficios aun mayores que los de haber realizado
ofrendas a incontables budas.
El buda Shakyamuni es el
señor de todas las enseñanzas budistas, adalid y maestro de todos los seres
vivos. Las ochenta mil enseñanzas que expuso son palabras de oro en su
totalidad; las doce divisiones de las escrituras son ciertas por entero. La
prescripción de no mentir, que él había observado durante incontables millones
de kalpas, dio como resultado este gran conjunto de sutras. Por lo tanto, su
veracidad no puede ser puesta en duda.
Esto, no obstante, constituye una visión general. Si indagamos
más específicamente, veremos que las enseñanzas que salieron de la boca de oro
de El Que Así Llega pueden dividirse en varias categorías, entre las cuales se
cuentan el Hinayana y el Mahayana, las enseñanzas esotéricas y exotéricas, los
sutras provisionales y el verdadero. En el Sutra del loto, se lee: «Descartando
honestamente los medios hábiles, [predicaré sólo el Camino insuperable]». (13)
También: «El Honrado por el Mundo lleva largo tiempo exponiendo sus doctrinas,
y ahora es momento de que revele la verdad». (14) A la luz de tales
aseveraciones, ¿quién podría dudar [de que el Sutra del loto representa la
verdad esencial]? A ello se agregó el testimonio de El Que Así Llega Muchos
Tesoros, y los budas [de las diez direcciones] extendieron la lengua hacia el
cielo de Brahma como una prueba más de esa verdad.
Por lo tanto, el texto
completo de este sutra abarca, en realidad, tres textos; cada frase es tres
frases, y cada palabra es tres palabras, pues el beneficio del Sutra del lote
es tan inmenso que cada uno de sus términos corporifica el triple beneficio de
Shakyamuni, Muchos Tesoros y los budas de las diez direcciones.
Podríamos compararlo,
por ejemplo, con una joya que concede los deseos. Una joya de esta índole
equivale a cien joyas, [porque] así como una gema puede prodigar infinitos
tesoros, cien gemas también producen tesoros inagotables. O es, también, como
moler cien hierbas medicinales para preparar una píldora o cien píldoras. El
remedio tendrá el poder de curar la enfermedad, ya sea que se utilice para
hacer una gragea o para hacer cien. Otro ejemplo sería el inmenso mar, cada
gota contiene [el sabor de] las innumerables corrientes que desembocan en el
océano, y el océano contiene en sí mismo el sabor de todos los ríos y arroyos
que confluyen en él.
El Sutra del loto de la
Ley prodigiosa es una denominación general, mientras que cada uno de sus
veintiocho capítulos posee un nombre específico. De igual manera, a la India se
la conoce, de manera general, como la “Tierra de la Luna”, (15) aunque, en
forma específica, posee cinco regiones. Y también usamos el nombre «Japón» a
título general, pero mencionamos las sesenta y seis provincias (16) cuando
queremos ser mis precisos.
Las joyas que conceden
los deseos son las reliquias del buda Shakyamuni. Los reyes dragones las
recibieron y transportaron sobre sus cabezas, y Shakra, sosteniéndolas en sus
manos, produjo una lluvia de tesoros. (17) Si el cuerpo y los huesos del Buda
pudieron convertirse en gemas que conceden los deseos fue porque el gran
precepto (18) que él había observado durante innumerables kalpas embebió su
cuerpo de fragancia e impregnó sus huesos; así pues, cuerpo y huesos se
convirtieron enjoyas capaces de salvar a todos los seres.
Se dice que los
colmillos de un perro se disuelven al tocar los huesos de un tigre, o que el
espinazo de un pez se derrite bajo el aliento del cormorán. (19) Se afirma
también que si uno usa tendones de león para hacer el encordado de un koto y,
luego, hace sonar el instrumento, las cuerdas hechas con tendones de otros
animales se rompen sin que nadie las haya cortado. La prédica de la Ley que
emprende el Buda es como el rugido de un león, y el Sutra del loto es el rugido
más potente.
El Buda posee treinta y
dos rasgos. Cada uno de ellos condensa los centenares de méritos adquiridos por
el Buda. La protuberancia en la coronilla, el mechón de pelo blanco que crece
en su entrecejo y las demás características son como los frutos, mientras que
las prácticas que el Buda llevó a cabo en el pasado son como flores pródigas en
beneficios; así se presentan los treinta y dos rasgos en el cuerpo del Buda.
Una de las
características del Buda es su coronilla invisible. (20) El cuerpo del buda
Shakyamuni tenía casi cinco metros de altura. Un brahmán de la escuela Bastón
de Bambú quiso medirlo y no lo pudo lograr, porque cuando intentó mirarle la
coronilla se encontró con que le era imposible hacerlo. También el bodhisattva
Digno de Proclamar (21) trató en vano de mirar la coronilla del Buda, y lo
mismo le sucedió al rey Brahma. Puestos a hallar la razón, vemos que el Buda
adquirió esta característica en el pasado, a fuerza de tanto inclinar la cabeza
hasta el suelo para reverenciar a sus padres, su maestro y su soberano.
El más excelso de los
treinta y dos rasgos del Buda es su voz pura y potente. (22) En cierta medida,
es un rasgo que también poseen los reyes inferiores, los grandes reyes y los
reyes que hacen girar la rueda. Por eso, una sola palabra de cualquiera de
estos monarcas puede destruir el reino o imponer el orden en sus dominios. Los
edictos promulgados por los gobernantes constituyen una expresión de esta voz
pura y potente. Diez mil palabras pronunciadas por diez mil súbditos corrientes
no se equiparan a una sola palabra proferida por un rey. Las obras conocidas
como los Tres registros y Cinco cánones representan las palabras de reyes
inferiores.
Es esa voz pura y
potente lo que instaura el orden en este pequeño reino del Japón, lo que
permite al rey celestial Brahma gobernar a los habitantes de los tres mundos y
lo que permite al Buda imperar sobre Brahma, Shakra y las demás deidades. Las
palabras del Buda se han convertido en las escrituras que integran la totalidad
de los sutras y otorgan beneficios a todos los seres vivos. De todas ellas, el
Sutra del loto es la expresión escrita del propósito de Shakyamuni El Que Así
Llega; es su voz hecha texto. Por ende, lo que esas palabras encarnan es el
corazón del Buda. Es como el ejemplo de las semillas que germinan, se
convierten en plantas y dan arroz. Aunque la forma del arroz cambia, su esencia
es una sola.
El buda Shakyamuni y las
palabras escritas del Sutra del loto son dos cosas diferentes, pero su corazón
es el mismo. En consecuencia, cuando pose la vista en las palabras del Sutra
del loto, debe sentir que tiene ante sus ojos el cuerpo vivo de Shakyamuni El
Que Así Llega.
El buda Shakyamuni ya
sabe que usted ha enviado ofrendas desde tan lejos, hasta la provincia de Sado;
en verdad, ha sido un gesto sumamente leal y considerado de su parte.
Con mi profundo respeto,
Nichiren
En el noveno año de
Bun’ei (1272).
Respuesta a Shijo Saburo
Saemon-no-jo
ANTECEDENTES
Esta carta fue escrita en 1272 en Ichinosawa,
isla de Sado, y dirigida a Shijo Saburo Saemon-no-jo, más conocido como Shijo
Kingo, un samurái que vivía en Kamakura y practicaba las enseñanzas de Nichiren
Daishonin. El propósito de la carta es manifestar a Shijo Kingo su gratitud por
las ofrendas que este había enviado con un mensajero, destinadas al tercer
servicio anual en memoria de la madre del samurai (celebrado en el segundo
aniversario de su muerte).
A poco de que el
Daishonin llegara desterrado a la isla de Sado, Kingo le envió un mensajero con
diversas ofrendas. Por intermedio de este mismo emisario, el Daishonin
encomendó a Kingo el tratado La apertura de los ojos, que había terminado de
redactar en el segundo mes de 1272. Unos meses después, Kingo viajó
personalmente a Sado a visitar al Daishonin. Y le efectuó otra visita más el
quinto mes de 1273.
En este escrito,
Nichiren Daishonin analiza, en primer lugar, el poder que tiene una sola
persona, el soberano, para influir en toda una nación. Esto incide de especial
modo en la propagación de las enseñanzas budistas, ya que el respaldo del
gobernante asegura la prosperidad del budismo, en tanto que su oposición se
convierte en un gran obstáculo para difundirlo. Por medio de ejemplos
históricos, el Daishonin señala que los méritos comparativos de las diversas
escuelas budistas —que deberían establecerse en función de sus enseñanzas— con
frecuencia obedecen a las preferencias de los monarcas que ocupan el poder. Sus
propias tribulaciones, agrega, surgen porque él ha osado criticar las doctrinas
en las que tanto el soberano como los súbditos han depositado su fe.
Sin embargo, declara
que, a la luz del Sutra del Loto, él es el emisario del Buda y ha hecho su
advenimiento al Japón de acuerdo con el mandato de aquel. Además, el Sutra del
loto, cuya esencia es la propagación, ha sido refrendado por todos los budas y
corporifica todas las verdades. Cada palabra o frase del Sutra contiene el
mérito de todos los budas y, por ende, se compara con una joya que concede los
deseos, capaz de generar tesoros inagotables.
En el pasaje final, que
da título a esta carta, el Daishonin explica el significado de la «voz pura y
potente» del Buda. Designa esa voz como el más sobresaliente de los treinta y
dos rasgos distintivos del Buda, porque expresa su espíritu o intención. Esa
voz pura y potente se ha preservado en las palabras escritas del Sutra del Loto;
por lo tanto, ese Sutra es, en sí mismo, el cuerpo vivo del buda Shakyamuni.
En la época feudal en
que vivió el Daishonin, así como en la India y la China antiguas, el gobernante
y sus ministros ejercían sobre los súbditos un poder casi absoluto. Como esta
carta lo indica, sin el consentimiento del soberano era extremadamente difícil
propagar las enseñanzas budistas, y los monjes debían obtener el respaldo de
protectores poderosos con el fin de salvaguardar las enseñanzas. Sin embargo
hoy, en aquellos países donde la soberanía reside en el pueblo y está
garantizada la libertad religiosa, son los ciudadanos quienes llevan a cabo la
misión de proteger y propagar el budismo.
En esencia, el Daishonin
pone de relieve en esta carta que la grandeza del budismo verdadero está muy
por encima de cuestiones tales como la autoridad del gobernante.
NOTAS
1. Duque Huan (r. 685-643 a.C.). Decimoquinto gobernante del estado
de Ch’i, en la China. Reformó el sistema militar y apuntó a incrementar la
riqueza y el poderío militar de sus dominios. Cuando los señores feudales se
congregaron para formar una liga, en 651 a.C., el Duque pasó a ser su líder. El
relato sobre el ropaje de color púrpura se halla en Han FeiTzu.
2. Chuang (r. 613-591
a.C.). Vigésimo segundo gobernante del estado de Ch’u.
Las versiones más corrientes de esta anécdota, halladas en numerosas obras
filosóficas antiguas, citan que al rey Ling (r. 541-529 a.C.) le gustaban las
mujeres de cintura esbelta.
3. «Grandes preceptos» se refiere, aquí, a los diez buenos
preceptos que debían observar los creyentes laicos; consistían en prohibiciones
referidas a las diez malas acciones.
4. Tales criterios aparecen en la obra “Elogio al renacimiento en
la Tierra Pura”, de Shan-tao, que postula el Nembutsu o la práctica de invocar
el nombre del buda Amida como camino a la salvación.
5. Escoger el Nembutsu sobre todas las cosas.
6. Alusión al decimoctavo de los cuarenta y ocho juramentos que
el buda Amida supuestamente pronunció, mientras aún llevaba a cabo la práctica
del bodhisattva, con el nombre de Tesoro del Dharma.
7. Sutra del loto, cap. 3.
8. Referencia a la persecución de Tatsu-nokuchi, ocurrida en
1271.
9. En el Japón, el tercer servicio conmemorativo anual por los
difuntos en realidad se lleva a cabo en el segundo aniversario del
fallecimiento de una persona. Para la tradición japonesa, el segundo año
posterior al deceso de alguien se conmemora como si fuera el tercero. La
tradición también otorga gran importancia al séptimo, cuadragésimo noveno y
centésimo días posteriores a la muerte; y al primero, tercero, séptimo,
decimotercero, decimoséptimo, vigésimo tercero, vigésimo séptimo, trigésimo
tercero y quincuagésimo aniversarios de la defunción; en estas ocasiones, las
personas realizan ceremonias especiales en memoria de sus difuntos.
10. La expresión “administrador del témalo Hossho-ji” indica a
Shuntan (m. 1179), director administrativo dd Hossho-ji, un templo de la
escueta Tendai situado en Kioto. En 1177. Shuntan se reunió con otras personas
allegadas al emperador retirado Goshirakawa en una propiedad sita en
Shtshigatani, para planear una insurrección contra Taira no Kiyomori. Este, que
era Gran Ministro de Estado, ejercía un control militar absoluto sobre la
capital. El complot fue descubierto, y los conspiradores, arrestados. Shuntan,
junto con Fujiwara no Naritsune y Taira no Yasuyori, fue desterrado a la isla de
logashima, cincuenta kilómetros al sur de Kyushu. Al año siguiente, se les
concedió el perdón a Naritsune y aYasuyori, no así a Shunkan, quien permaneció
en d exilio hasta su muerte. Según el Heike monagatari (Cuento de Hcike).
Durante el tercer año de exilio Shunkan recibió en la isla la visita de un
joven llamado Ario, quien había estado a su servicio desde niño, el joven traía
consigo una carta que la hija de Shunkan le enviaba a su padre.
11. Yang Kung Fuente incierta.
12. Sutra del loto. cap. 10.
13. Ib., cap. 2.
14. Ib.
15. La “Tierra de la Luna” (en chino, Yüeh-chih) era el nombre
que se le daba a la India en la China y en el Japón. A fines del siglo III a.C,
una tribu de Asia central llamada Yüeh-chih puso bajo su control una parte de la
India. Como el budismo fue introducido en
la China a través de ese territorio, los chinos, al parecer, comenzaron a
considerar que la tierra de dcYüeh-chih (tribu de la Luna) equivalía a la India.
16. La frase “setenta y seis provincias” alude a la totalidad del
Japón en la Antigüedad Esa división geográfica del país estuvo vigente desde
813 hasta la Restauración Meiji, ocurrida en el último cuarto de centuria del
siglo XIX.
17. De acuerdo con el Tratado sobre la gran perfección de la
sabiduría, la deidad Shakra hizo llover tesoros sobre toda la tierra de
Jambudvipa, durante una batalla contra los asuras.
18. «Gran precepto» se refiere aquí a la verdad del Sutra del
loto.
19. Fuente desconocida. La primera analogía indica la dureza de
los huesos del tigre, lo que implica la superioridad de ese animal sobre otras
bestias. La segunda se refiere, quizá, a que los cormoranes digieren en su
totalidad los peces que devoran, incluido el espinazo.
20. La «coronilla invisible» es una de las ochenta
características del Buda. Dicho rasgo se describe, en general, como una
protuberancia carnosa en la coronilla, uno de los treinta y dos rasgos del
Buda. Se dice que ni los seres humanos ni los seres celestiales pueden verla;
representa la sabiduría inmensurable del Buda y también, su vida iluminada.
21. Bodhisattva que aparece en el “Sutra de los tesoros
acumulados” y en otras escrituras. En su comentario sobre “Gran concentración e
introspección”, Miao-lo dice que el bodhisattva “Digno de Proclamar” fracasó en
su intento de medir el cuerpo del Buda. Ello simboliza la grandeza del cuerpo y
de la sabiduría del Buda. En esta parte del Comentario sobre “Gran
concentración e introspección” se analiza un pasaje de “Gran concentración e Instrospección”,
deT’ien-t’ai.que sostiene que el gran rey celestial Brahma fue incapaz de
contemplar la coronilla del Buda.
22. También llamada «voz que llega hasta el cielo de Brahma».
Según el Tratado sobre la gran perfección de la sabiduría, la voz de un buda
deleita a quienes la escuchan; llega a lo profundo del corazón de la gente y
despierta sentimientos de reverencia.