¿QUÉ ES LA FE? LA FE ABARCA LA VERDAD, EL CORAJE, LA SABIDURÍA Y LA BUENA FORTUNA. INCLUYE LA COMPASIÓN Y LA HUMANIDAD, ASÍ COMO LA PAZ, LA CULTURA Y LA FELICIDAD. LA FE ES ESPERANZA ETERNA; ES EL SECRETO PARA EL AUTO-DESARROLLO SIN LÍMITES. LA FE ES EL PRINCIPIO BÁSICO DE CRECIMIENTO. (LAS DISCUSIONES SOBRE LA JUVENTUD, VOLUMEN 2, PÁGINAS 163/64).

¿QUÉ ES EL BUDISMO? ES EL NOMBRE DADO A LAS ENSEÑANZAS DE UN BUDA. "BUDA" SIGNIFICA "EL ILUMINADO”; ALGUIEN QUE PERCIBE LA ESENCIA O REALIDAD DE LA VIDA EN SU INTERIOR, ES UN SER ILUMINADO A LA VERDAD DE LA VIDA Y DEL UNIVERSO. A DIFERENCIA DE OTRAS RELIGIONES, EL BUDISMO NO ALEGA UNA REVELACIÓN DIVINA. COMIENZA CON UN HOMBRE, QUE A TRAVÉS DE SUS PROPIOS ESFUERZOS Y PERSEVERANCIA, DESCUBRIÓ LA REALIDAD DENTRO DE SÍ Y ENSEÑÓ QUE TODOS PODÍAN HACER LO MISMO. EL BUDA NO PUEDE SER DEFINIDO, COMO UN SER TRASCENDENTAL O SUPREMO. EN ESTE SENTIDO, EL BUDISMO, NO SOLO ES LA ENSEÑANZA DE UN BUDA, SINO LA ENSEÑANZA QUE POSIBILITA A TODAS LAS PERSONAS REVELAR SU NATURALEZA DE BUDA. EL BUDISMO ES UN SISTEMA PRÁCTICO DE ENSEÑANZA QUE NOS PERMITE CONCRETAR EL ESTADO IDEAL DE LA BUDEIDAD… LA PROPIA PERFECCIÓN.

¿QUE ES EL KOSEN-RUFU? “ES LA LUCHA PARA TRANSFORMAR LA VIDA DE LOS SERES HUMANOS, REVIRTIENDO LA OSCURIDAD QUE RESIDE EN EL INTERIOR DE SU VIDA, HACIENDOLO TOMAR CONCIENCIA DE SU NATURALEZA DE BUDA INHERENTE". LA ESENCIA DE “ESTABLECER LA ENSEÑANZA CORRECTA PARA ASEGURAR LA PAZ EN LA TIERRA” ESCRITO POR NICHIREN DAISHONIN, RADICA EN CONSTRUIR UNA RED DE PERSONAS DEDICADAS AL BIEN. PERO COMO ESTA CONTIENDA IMPLICA TRANSFORMAR DE RAÍZ LA VIDA DE LAS PERSONAS PROVOCARA RESISTENCIA EN CIERTOS SECTORES… ESTA GRAN BATALLA ES LA CLAVE PARA CREAR UN MUNDO DE PAZ Y DE FELICIDAD VERDADERAS, UNA TIERRA DE BUDAS.

YIGUIO Y KETA. PRÁCTICA PARA UNO MISMO Y PRÁCTICA PARA LOS DEMÁS. ESTOS ASPECTOS DEL BUDISMO VERDADERO SON: YIGUIO (PRÁCTICA PARA UNO MISMO) Y KETA (PRÁCTICA POR EL BIEN DE OTROS). AMBOS CONSTITUYEN UNA PRÁCTICA COMPLETA. SON COMO DOS RUEDAS QUE FUNCIONAN AL UNÍSONO PARA ADELANTAR NUESTRAS VIDAS, PARA MANIFESTAR NUESTRA ILUMINACIÓN INHERENTE.

¿QUE ES LA SOKA GAKKAI INTERNACIONAL (SGI)?...ES UNA ORGANIZACIÓN BASADA EN EL BUDISMO DE NICHIREN DAISHONIN, INSPIRADA EN EL RESPETO A LA VIDA, LA CONCIENCIA DE LOS DERECHOS HUMANOS, BUSCANDO DESPERTAR EN LAS PERSONAS EL ESPÍRITU DE RECONOCER, RESPETAR Y APRECIAR LAS SEMEJANZAS Y LAS DIFERENCIAS, PERMITIENDOLES FORTALECERSE Y TRANSFORMAR SU INTERIOR PARA DESARROLLAR SU MÁXIMO POTENCIAL, ASUMIENDO LA RESPONSABILIDAD DE SU PROPIA VIDA Y COMPROMETIENDOSE CON LA SOCIEDAD, EMPRENDER ACTIVIDADES EN SU VIDA COTIDIANA, PARA DESPLEGAR LA CAPACIDAD DE VIVIR CON CONFIANZA, CREANDO VALOR EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIA Y CONTRIBUYENDO AL BIENESTAR DE AMIGOS, FAMILIARES Y SU COMUNIDAD…

…UNA DE LAS DIFICULTADES QUE LOS LATINOS TIENEN PARA COMPRENDER EL BUDISMO, radica en lo que el término "religión" significa en su ámbito social… Las religiones occidentales tienen sistemas jerárquicos en los que las reglas y los dogmas se establecen desde arriba hacia abajo… Ellas están basadas en la creencia de una deidad sobrenatural… La relación entre el maestro y el discípulo es interpretada como la de una persona que ciegamente, sigue a otra… VER MAS…

EL ESFUERZO DE NO RENDIRSE JAMAS. Vivimos una vida fragmentada y llena de conflictos. Estamos divididos en centenas de grupos de seres humanos, limitados por el miedo, la vergüenza, la culpa, la ira, las obsesiones y las emociones… esta lucha interna hace que no nos podamos entender… ¿Por que pasa esto...? VER MAS…

LA RECITACION DE LOS CAPITULOS “MEDIOS HABILES” Y “DURACION DE LA VIDA”. Carta a la esposa de Hiki Daigaku Saburo Yoshimoto. Este Ghoso, nos acerca a un precepto conocido como “seguir las costumbres de la región”. El significa que, mientras no esté en juego ninguna trasgresión grave, no se debe ir contra las tradiciones y costumbres de un país, región o comunidad, aunque debamos apartarnos ligeramente de las enseñanzas. Este criterio fue establecido por el Buda... VER MAS…

LAS REUNIONES DE DIALOGO O ZADANKAI, SON UN OASIS…En la actualidad, el egoísmo desmedido, provoca profundos trastornos en el corazón humano y estamos perdiendo la coexistencia con la naturaleza; por ello estos mini cónclaves de miembros de todas las edades, razas, intereses y antecedentes, son un foro de intercambio rico y refrescante. En un mundo afectado por la "DESERTIFICACION SOCIAL", estas reuniones son un oasis, en el que los seres humanos en forma individual, se esfuerzan en concretar la paz mundial y la prosperidad de la sociedad humana. ...Como budistas, al establecer una condición de paz interior en la vida cotidiana, contribuimos con la paz del mundo, posibilitando a cada uno, desarrollar su potencial inherente... VER MAS…

38. SOBRE LA ORACIÓN. Nichiren, el shramana del Japón.

   Pregunta: De las distintas clases de oración basadas en las enseñanzas de las escuelas Guirnalda de Flores, Características del Dharma y Tres Tratados, de las tres escuelas del Hinayana, (1) o de las escuelas Palabra Verdadera o Tendai, ¿cuáles son eficaces?
   Respuesta: En cierto sentido, a todas se las puede considerar oraciones, puesto que representan la prédica del Buda. Pero las que se cumplen, sin falta, son las que se basan en el Sutra del Loto.
   Pregunta: ¿Por qué razón?
   Respuesta: Las personas de los dos vehículos jamás pudieron lograr la Budeidad -ni aun al cabo de kalpas numerosos como las partículas de polvo de la tierra- practicando los sutras correspondientes a los cuatro sabores. En cambio, les bastó con escuchar el Sutra del Loto apenas un instante para llegar a ser budas. Por tal razón, Shariputra, Mahakasbyapa y los otros conocidos como los mil doscientos [arhats] y los doce mil [arhats], (2) y todos los demás practicantes de los dos vehículos que lograron la Budeidad, sin falta responderán a las oraciones de quienes practiquen el Sutra del loto, y se harán cargo de los dolores que estos padezcan.
   De tal suerte, en el capítulo “Creencia y comprensión” [del Sutra del loto] leemos: «El Honrado por el Mundo, en su gran amor compasivo, se vale de algo extraordinario, con su piedad y bondad nos enseña y convierte, y nos brinda beneficios. ¿Quién podría retribuirle jamás, ni siquiera en incontables millones de kalpas. Aunque le ofrezcamos nuestras manos y pies, inclinemos nuestra cabeza en respetuoso gesto de sumisión y entreguemos toda suerte de ofrendas, ninguno de nosotros podría jamás llegar a retribuirle. Aunque lo alcemos y carguemos sobre nuestras cabezas, aunque lo llevemos en andas sobre los hombros, aunque durante kalpas numerosos como los granos de arena del Ganges lo reverenciemos de todo corazón, aunque vengamos con finos manjares, con incontables ropas alhajadas, con mantas y edredones, con clases diversas de pócimas y remedios, con sándalo “cabeza de buey” y toda clase de gemas exóticas, aunque construyamos torres en su memoria y cubramos el suelo con túnicas tachonadas de joyas, aunque hiciéramos todo esto a guisa de ofrenda, durante kalpas cuantiosos como los granos de arena del Ganges, así y todo, jamás saldaríamos nuestra deuda con él».
   En este pasaje del Sutra, los cuatro grandes discípulos que escuchan la voz, después de recibir el mensaje del capítulo «Parábolas y semejanzas» y de aprender cómo pueden llegar a ser budas, expresan la dificultad de saldar su deuda de gratitud con el Buda y con el Sutra del loto. Vemos entonces que para las personas de los dos vehículos, los practicantes de este Sutra son más importantes aun que sus propios padres, sus amados hijos, sus dos ojos, su cuerpo o su vida.
   No creo que los grandes discípulos que escuchaban la voz, como Shariputra y Maudgalyayana, lleguen a abandonar a un practicante que elogia cualquiera de las enseñanzas expuestas por el Buda en el transcurso de su existencia. Sin embargo, cabe la posibilidad de que sientan algún resquemor por los sutras predicados antes que el Sutra del loto. Porque, en ellos, se había advertido enérgicamente que «[los que escuchaban la voz] eran, dentro de las enseñanzas del Buda, como semillas echadas a perder». (3) Pero entonces, en un inesperado golpe de buena fortuna, todos esos discípulos que escuchaban la voz se convirtieron en Los Que Así Llegan, con nombres como Fulgor de Flor, Forma Extraordinaria y Brillo Universal. (4)   Habrán sentido como si los montes K’un-lun se abrieran ante ellos y pudieran entrar en esas montañas colmadas de tesoros. Por eso, expresan su agradecimiento diciendo: «Este cúmulo de joyas inapreciables ha llegado a nosotros sin que lo hayamos buscado». (5)
   No puede haber dudas, entonces, de que las personas de los dos vehículos protegerán al practicante del Sutra del loto. Hasta las criaturas inferiores reconocen sus deudas de gratitud: el ánsar conocido como ganso silvestre invariablemente cumple sus deberes filiales con el ave que le dio vida, cuando ella está por morir. Y el zorro jamás olvida su vieja colina. (6) Si hasta los animales hacen tales cosas, ¿cómo no habrían de actuar así los seres humanos?
   Un hombre llamado Wang Shou viajaba por un camino cuando, de pronto, se sintió exhausto y hambriento. A la vera de la ruta había un ciruelo cargado de frutos. Wang Shou se alimentó y sació el hambre. Pero pensó: «He comido los frutos de este ciruelo, que me han devuelto las fuerzas y el ánimo. No sería correcto que dejase de retribuir tales favores». Habiendo hablado así, se quitó la túnica y la colgó del árbol antes de proseguir su camino.
   Un hombre llamado Wang Yin tuvo sed mientras viajaba por una carretera. Cruzó un río y bebió de él, y luego arrojó una moneda a las aguas como pago por el favor recibido.
   Los dragones protegen de manera infalible a los monjes que llevan puesta la sobrepelliz budista. Esto se debe a que, en una ocasión, el Buda le dio a un dragón una sobrepelliz, y este, al colocarla sobre su amado hijo en el palacio de los dragones, impidió que el pequeño fuese devorado por las aves conocidas como garudas.
   Los garudas protegen sin falta a quienes tratan a sus padres con devoción filial. Los dragones solían sacudir el monte Sumeru para hacer caer de sus nidos a los pichones de garudas y devorarlos. Pero el Buda indicó a los garudas que tomaran las ofrendas de arroz, que los monjes apartaban de aquellas limosnas entregadas por personas con sentido de la devoción filial. Y les dijo que depositaran ese arroz en la cima del monte Sumeru. De esa forma, los garudas impidieron que los dragones devoraran a sus hijos.
   El cielo invariablemente protege a la persona que observa los preceptos y practica el bien. En casi todos los casos, los que nacen en el reino humano y no observan los preceptos ni practican el bien deben renacer en el reino de los asuras. Pero cuando los seres en el reino de los asuras crecen mucho en número, se tornan arrogantes y acaban ofendiendo a los cielos sin excepción.
   No obstante, si las personas que nacen en el mundo humano observan los preceptos y practican el bien, cuando mueren renacen sin falta en el reino de los seres celestiales. Y cuando los seres en este reino crecen mucho en número, los asuras se asustan y no osan actuar contra los cielos. Por ese motivo, los cielos protegen sin falta a los que observan los preceptos y practican el bien.
   Las personas de los dos vehículos superan a la gente común de los seis caminos en sabiduría y en virtudes derivadas de observar los preceptos. Por lo tanto, ¿cómo podrían abandonar a los que practican el Sutra del loto, si este sutra fue el medio que les permitió lograr la Budeidad?
   Por otro lado, los bodhisattvas y las personas comunes habían practicado durante incontables kalpas las enseñanzas de los muchos sutras predicados en los cuarenta y tantos años anteriores al Sutra del loto, con el fin de llegar a ser budas, sin que uno sólo de ellos pudiera lograr la Budeidad. En cambio, lo hicieron cuando practicaron el Sutra del loto. Esos budas de los mundos de las diez direcciones poseen los treinta y dos rasgos y las ochenta características distintivas, y son respetados por los seres vivos de los nueve estados así como las estrellas se agrupan alrededor de la Luna, o como las ocho montañas rodean el monte Sumeru; así como la población de los cuatro continentes venera al Sol o como las personas comunes admiran a los reyes que hacen girar la rueda. El hecho de que estos budas sean tan respetados ¿no se debe a los beneficios y recompensas del Sutra del loto?
   Por lo tanto, en el Sutra del loto, el Buda profiere esta advertencia: “No hay necesidad de entronizar allí las reliquias del Buda”. Y en el Sutra del nirvana se lee: «Lo que los budas adoptan como maestro es la Ley. Por ende, Los Que Así Llegan la honran, la respetan y le hacen ofrendas».

   En el pasaje del Sutra del loto, el Buda dice que sus reliquias no necesitan ser entronizadas en el stupa junto con el Sutra del loto. Y la cita del Sutra del nirvana afirma que los budas deben honrar, respetar y ofrendar al Sutra del loto.
   Los budas pudieron lograr la Budeidad, porque fueron iluminados por el Sutra del loto. Si no predicasen este Sutra a los demás, estarían negándoles las semillas de la Budeidad, lo cual sería una mala acción. Con ese motivo, Shakyamuni El Que Así Llega apareció en este mundo saha y se dispuso a exponerlo. Pero el Rey Demonio del Sexto Cielo, conocido también como la oscuridad fundamental, se apoderó del cuerpo de todas las personas y las indujo a odiar al Buda y a impedirle su prédica.
   Fue así como un rey llamado Virudhaka asesinó a quinientos miembros del clan shakya; Angulimala persiguió al Buda; Devadatta despeñó una inmensa piedra en dirección a él, y Chincha, hija de un brahmán, se ató una escudilla al vientre y fingió estar esperando un hijo engendrado por él.
   El noble de una ciudad brahmanista proclamó que impondría una pena de quinientos ryos de oro a cualquiera que invitase al Buda a la ciudad. Esto hizo que los pobladores vallaran el camino con espinos, obstruyeran las fuentes con estiércol, construyeran barricadas de púas en las puertas de la ciudad y envenenaran la comida del Buda, y todo a causa del odio que sentían por él.
   La monja Utpalavarna fue asesinada; Maudgalyayana murió a manos de un brahmán de la escuela Bastón de Bambú, y Kalodayin fue sepultado en bosta de caballo, y todo por hostilidad al Buda.
   No obstante, el Buda logró sobrevivir a sus muchas pruebas y, a los setenta y dos años, cuarenta y dos después de haber comenzado a predicar las enseñanzas budistas, en un monte de la India central llamado Gridhrakuta, al nordeste de la ciudad de Rajagriha, comenzó a predicar el Sutra del loto. Lo hizo durante ocho años. Y entonces, a orillas del río Ajitavati, en la ciudad de Kushinaeara, India oriental, en mitad de la noche del decimoquinto día del segundo mes, a sus ochenta años, entró en el nirvana.
   Pero antes, había revelado su iluminación en el Sutra del loto. Por lo tanto, las palabras de este Sutra son, en realidad, el corazón de Shakyamuni El Que Así Llega. Y ya que cada palabra constituye el alma del Buda, Shakyamuni El Que Así Llega protegerá a los que practiquen este Sutra como a sus propios ojos. Los acompañará del mismo modo que la sombra sigue al cuerpo. ¿Cómo pensar que las oraciones de tales personas puedan quedar sin respuesta?
   Durante los primeros cuarenta y tantos años de enseñanza del Buda, incontables bodhisattvas trataron de lograr la Budeidad mediante los sutras —desde el primero, el Sutra de La guirnalda de flores—, sin tener éxito en su propósito. Pero cuando el Buda predicó el capítulo «Medios hábiles» del Sutra del loto y anunció la sustitución concisa de los tres vehículos por el vehículo único, (8) «los bodhisattvas ávidos de llegar a ser budas, que, en número de ochenta mil, sumaban una nutrida fuerza, y los reyes que hacen girar la rueda, provenientes de diez mil millones de tierras, todos unen las palmas de sus manos y, con actitud reverente, anhelan escuchar las enseñanzas sobre lo perfectamente dotado». Y cuando, a raíz de ello, escucharon la sustitución extensa de los tres vehículos por el vehículo único, sintieron lo que dice el sutra: «Cuando los bodhisattvas escuchen esta Ley, se verán liberados de las redes de la duda». (9)
   En ese momento, llegó una congregación de bodhisattvas de este mundo y de otras regiones, incontables como cúmulos de nubes o constelaciones de estrellas. Y cuando el Buda dio comienzo al capítulo «La Torre de los Tesoros», se sumaron budas de las diez direcciones, cada uno acompañado de un séquito de incalculables bodhisattvas.
   Manjushri apareció desde el mar en compañía de incontables bodhisattvas, (10) además, vinieron los ochocientos mil millones de nayutas de bodhisattvas, (11) los bodhisattvas numerosos como los granos de arena de ocho ríos Ganges; (12) los que irrumpieron de la tierra, numerosos como las partículas de polvo de mil mundos; (13) los bodhisattvas numerosos como los granos de arena de seiscientos y de ochenta decenas de miles de millones de nayutas de ríos Ganges, que aparecen en el capítulo «Distinciones de beneficios»; los bodhisattvas multiplicados por mil; los bodhisattvas numerosos como las partículas de polvo de un mundo; los bodhisattvas numerosos como las partículas de polvo de un gran sistema planetario; los bodhisattvas numerosos como las partículas de polvo de un sistema planetario mediano; los bodhisattvas numerosos como las partículas de polvo de un sistema planetario pequeño; los bodhisattvas numerosos como las partículas de polvo de cuatro mundos de cuatro continentes o como las partículas de polvo de tres mundos de cuatro continentes, de dos mundos de cuatro continentes o de un mundo de cuatro continentes; y muchos otros seres cuantiosos como las partículas de polvo de ocho mundos.
   También acudieron los ochenta y cuatro mil bodhisattvas del capítulo «Rey de la Medicina»; los ochenta y cuatro mil bodhisattvas y los cuarenta y dos mil hijos celestiales del capítulo «Sonido Maravilloso»; las ochenta y cuatro mil personas del capítulo «El pórtico universal»; las sesenta y ocho mil personas del Capítulo«Dharani»; las ochenta y cuatro mil personas del capítulo «Rey Adorno Maravilloso»; los bodhisattvas numerosos como los granos de arena del Ganges y los del capítulo «El aliento [del bodhisattva Sabio Universal]», numerosos como las partículas de polvo de un gran sistema planetario.
   Si tuviésemos que contarlos, serían tantos como las partículas de polvo de los mundos de las diez direcciones, como las plantas y los árboles de estos mundos; como sus estrellas y sus gotas de lluvia. Todos estos seres lograron la Budeidad mediante el Sutra del loto, y todos viven sobre la tierra, bajo la tierra o en el cielo de nuestro actual gran sistema planetario.
   El honorable Mahakashyapa reside en el monte Kukkutapada; Manjushri habita en el monte Claro y Fresco; el bodhisattva Acervo de la Tierra lo hace en el monte Kharadiya; Percibir los Sonidos del Mundo vive en el monte Potalaka; el bodhisattva Maitreya mora en el cielo de Tushita; Nanda y los incontables otros reyes dragones y los reyes asuras residen en el fondo del mar o en la costa; Shakra habita en el cielo de las treinta y tres deidades; Brahma, en el cielo de la Cumbre del Ser; Maheshvara, en el sexto cielo de El Que Disfruta Libremente de las Cosas Conjuradas por los Demás; los cuatro reyes celestiales viven en las laderas del monte Sumeru; y el Sol, la Luna y las constelaciones aparecen ante nuestros ojos y refulgen sobre nuestras cabezas. Además, las deidades de los ríos, arroyos y montañas también se contaron entre los honorables que estuvieron presentes en la asamblea en que se predicó el Sutra del loto.
   Desde que el Buda expuso ese sutra, ya han transcurrido más de dos mil doscientos años. La vida de los seres humanos es corta; por lo tanto, hoy ya no quedan personas que hayan visto al Buda con sus propios ojos. Pero, en el reino celestial, la duración de un día es muy larga, como lo es también la vida de sus habitantes. Por tal motivo, todavía quedan incalculables seres celestiales que han visto al Buda y lo han escuchado predicar el Sutra del loto.
   Cincuenta años de vida humana son apenas un día y una noche en la vida de los seres que pueblan el cielo de los cuatro reyes celestiales. Y estos seres celestiales, con sus días y noches de tan larga duración, con meses de treinta días como aquellos, y años de doce meses como estos, viven hasta los quinientos años. Por lo tanto, más de dos mil doscientos años de vida humana equivalen apenas a cuarenta y cuatro días de vida para los que habitan el cielo de los cuatro reyes celestiales.
   Entonces, desde el punto de vista de las deidades del Sol y de la Luna, y del rey celestial Vaishravana, han pasado sólo cuarenta y cuatro días —o sea, menos de dos meses—, desde que el Buda falleció.
   Y desde el punto de vista de Shakra y de Brahma, no ha transcurrido ni siquiera un mes, ni siquiera una hora, desde que partió el Buda. En un lapso tan breve, ¿cómo podrían haber olvidado estos seres celestiales el juramento que hicieron en presencia del Buda, o la deuda de gratitud contraída con el Sutra que les hizo posible lograr la Budeidad, y haber abandonado a los practicantes del Sutra del loto? Si lo pensamos de este modo, sentimos una gran tranquilidad.
   Por eso, sabemos que las oraciones de un practicante del Sutra del loto serán respondidas tal como el eco acompaña el sonido, como la sombra sigue a un cuerpo, como la luna se refleja en el agua límpida, como el rocío se condensa sobre un espejo, (14) como el imán atrae al hierro, como el ámbar adhiere el polvo o como un espejo bruñido refleja el color de los objetos.
   Con respecto a las costumbres del mundo ordinario, aunque un hombre no tenga ganas de hacer determinada acción, frente al ruego de sus padres, soberano, maestros, esposa o hijos, o amigos de confianza, si es un individuo de conciencia hará a un lado sus propios deseos y sacrificará honra y provecho -y hasta la vida- con tal de llevarla a cabo. ¡Cuánto mayor será su empeño, entonces, si la tarea involucrada es algo que le dicta su propio corazón! En tal caso, ni siquiera sus padres, soberano o maestros podrían impedir que la llevara a cabo.
   Por esta razón, un sabio llamado Fan Yü-ch'i se cortó la cabeza para poder obsequiársela a Ching K’o. Y Chi-cha, habiendo jurado que daría su espada al señor de Hsü, la depositó sobre la tumba de su amo.
   En la asamblea del Pico del Aguila, la hija del Rey Dragón logró la Budeidad con la forma física que poseía. (15) En los suftas del Hinayana, a las mujeres se las despreciaba porque vivían constreñidas bajo las espesas nubes de los cinco impedimentos, y sujetas por las firmes cuerdas de las tres clases de obediencia; y en los sutras del Mahayana expuestos durante los primeros cuarenta y tantos años de prédica del Buda, a las mujeres se las rechazaba porque se las creía incapaces de mantener la práctica religiosa a lo largo de prolongados kalpas. O aunque se aceptaba que «podrían lograr la iluminación la primera vez que concibieran el deseo de hacerlo», (16) esto se indicaba sólo como una posibilidad teórica, sin ejemplos que lo corroboraran. Así que, de hecho, a las mujeres se les negaba el logro de la Budeidad.
   Así las cosas, ni siquiera una sola mujer en el reino humano o celestial tenía esperanza de hallar el Camino que le permitiera llegar a ser buda. ¡Cuántas menos esperanzas tendría esta niña [descrita en el Sufra del loto], una humilde criatura nacida entre dragones, que, lejos de haber alcanzado la madurez, apenas tenía ocho años! Y sin embargo, en contra de todo k) esperado y gracias a la instrucción de Manjushrí, en el corto lapso transcurrido entre los capítulos «Maestro de la Ley» y «Devadatta», mientras el Buda predicaba el capítulo «La Torre de los Tesoros», ella logró la Budeidad en medio del océano. ¡Fue un suceso extraordinario y espléndido! ¿Cómo podría haber ocurrido, de no haber sido por el poder del Sufra del loto, supremo entre todas las enseñanzas del Buda?
   Por eso, Miao-lo comenta así este hecho: «Aquí el Sutra demuestra su poder revelando que la práctica es superficial, pero el beneficio resultante es realmente profundo». (17) Ya que la niña dragona pudo lograr la Budeidad mediante este sutra, ella jamás abandonaría a un practicante del Sufra del loto, aun sin que el Buda tuviera que recordarle su obligación de protegerlo. Por eso, en la estrofa que pronunció en alabanza al Buda, expresó: «Despliego las doctrinas del gran vehículo para rescatar a los seres vivos del sufrimiento». (18)
   Su juramento fue el mismo que hizo toda su cohorte —es decir, la totalidad de las criaturas conocidas como dragones— en número tan vasto que «la boca no alcanza a expresar ni la mente, a escrutar». (19) El rey dragón Sagara, aun siendo una criatura inferior, amaba profundamente a su hija. Por lo tanto, tomó el mejor tesoro del gigantesco océano -una joya que concedía los deseos— e hizo que ella se lo entregara al Buda a modo de ofrenda, en reconocimiento por haber logrado la Budeidad con la forma física que poseía. Y el valor de esa joya era tan inmenso como el de un gran sistema planetario.
   Devadatta fue nieto del rey Simhahanu; a la vez, hijo del rey Dronodana —quien, por su parte, era tío del buda Shakyamuni— y hermano mayor del honorable Ananda. Su madre era hija del próspero Suprabuddha. Integraba, entonces, la familia de un rey que hacía girar la rueda y ostentaba una posición social encumbrada en el continente meridional de Jamdudvipa.
   Cuando Devadatta aún era parte del mundo secular, quiso casarse con una mujer llamada Yashodhara, que finalmente fue conquistada por el príncipe Siddhartha. Desde ese momento, Devadatta lo consideró su archienemigo de existencias pasadas.
   Tiempo después rompió relaciones con su familia y se unió a la Orden budista, pero en ocasiones, frente a grandes congregaciones de seres humanos y celestiales, el Buda lo censuró diciendo que era un necio o que comía los escupitajos ajenos. Por otro lado, al ser Devadatta un hombre muy apegado a la fama y al interés personal, envidiaba la atención de la que era objeto el Buda. Y en su afán de parecer más admirable que este, se propuso observar las cinco prácticas ascéticas. Forjó una pieza de hierro con la forma de una rueda de mil radios [para marcársela a fuego en las plantas de los pies], atrapó luciérnagas para ponérselas juntas en el entrecejo y hacer ver que llevaba un mechón de cabello blanco entre las cejas, y aprendió de memoria las sesenta mil y las ochenta mil enseñanzas alhajadas. (20) Erigió una plataforma de ordenación sobre el monte Gayashirsha y atrajo a su alrededor a muchos de los discípulos del Buda. Se untó las uñas con veneno para, así, emponzoñar los pies del Buda. Mató a golpes a la monja Utpalavarna y arrojó cuesta abajo una gigantesca roca en dirección al Buda, quien salió del incidente con un dedo del pie lastimado. Cometió tres faltas capitales y, en última instancia, se rodeó de cuanta mala persona había en las cinco regiones de la India con el afán de perjudicar al Buda, a sus discípulos y a sus seguidores laicos.
   El rey Bimbisara era el principal benefactor laico del Buda. Cada día, enviaba quinientos carruajes con ofrendas destinadas a este y a sus discípulos. Pero Devadatta, acicateado por su intensa envidia, comenzó a hablar con [el hijo del monarca,] el príncipe Ajatashatru y, alcabo de un tiempo, lo convenció de que eliminara a su padre, a quien atravesó con picas de dos metros de largo.
   Por fin, se abrió una profunda grieta en la tierra ante el pórtico septentrional de Rajagriha, la ciudad capital, y Devadatta cayó en la temible fortaleza del infierno Avichi. Y no quedó un solo ser en el gran sistema planetario que no fuese testigo de este hecho.
   Uno supondría que, a raíz de ello, Devadatta jamás podría escapar de la gran fortaleza del infierno del sufrimiento incesante, aunque pasaran tantos kalpas como partículas de polvo hay sobre la tierra. Y sin embargo, por sorprendente —y admirable— que esto pueda parecer, en el Sutra del loto leemos que llegó a ser [un buda llamado] El Que Así Llega Rey Celestial. Ahora bien, si Devadatta pudo llegar a ser un buda, con seguridad también pudieron escapar del penoso infierno del sufrimiento incesante todas las demás malas personas que se dejaron tentar por él, en número incalculable, ya que estas habían compartido sus mismas causas y efectos kármicos.
   Esto se debe por completo a los beneficios y recompensas del Sutra del loto. Gracias a ellos, Devadatta y las incontables personas que lo asistieron hoy pueden vivir en la casa de los practicantes del Sutra del loto [para brindarles su protección]. ¡Qué idea tan reconfortante!
   Los diversos bodhisattvas numerosos como las partículas de polvo de la tierra habían llegado hasta el nivel de la iluminación casi perfecta, es decir que se habían liberado de todo menos de su oscuridad fundamental. Cuando por fin tuvieron la fortuna de conocer a Shakyamuni El Que Así Llega, pensaron que podrían demoler la gran roca de la oscuridad fundamental. Con todo, en los primeros cuarenta y tantos años de su vida de prédica, Shakyamuni, señor de las enseñanzas, dijo que podía explicar las causas de la iluminación, pero no sus efectos.
   Y no les reveló claramente los beneficios de la perfecta iluminación. Fue así como ni uno sólo de ellos pudo avanzar hasta el estadio de la iluminación perfecta, en contra de todas sus expectativas.
   Pero durante sus ocho años de prédica en el Pico del Águila, el Buda reveló los efectos de la iluminación, conocidos como el vehículo único de la Budeidad. En ese momento, todos los bodhisattvas avanzaron al estadio de la iluminación perfecta v. entonces, su iluminación fue igual a la de Shakyamuni El Que Así Llega. Fue como si hubieran llegado a la cumbre del monte Sumeru y pudiesen ver en las cuatro direcciones. Todo se volvió brillante y claro, como si el sol hubiese irrumpido en mitad de una larga noche.
   Y sin que el Buda lo hubiera ordenado, decidieron propagar las enseñanzas del Sutra del loto y asumir como propios los sufrimientos de sus practicantes.
   Por eso, hicieron este juramento: «No nos preocupan el cuerpo o la existencia; sólo vivimos pendientes del Camino insuperable», (21) «Sin jamás escatimar el cuerpo o la vida» (22) o «Predicaremos este sutra a lo ancho y a lo largo». (23)
   Por otro lado, en ese lugar estaban el buda Shakyamuni, como padre cordial; el buda Muchos Tesoros, como madre bondadosa, y los budas de las diez direcciones, como progenitores afectuosos, presentes para sumar su testimonio. Así que fue como si hubiesen aparecido dos lunas o dos soles juntos.
   En ese momento, el Buda habló tres veces en son de advertencia: «Entonces, digo a la gran asamblea: cuando yo haya pasado a la extinción, ¿quién de vosotros podrá aceptar y mantener, leer y recitar este Sutra? ¡Que ahora, en presencia del Buda, esa persona dé un paso adelante y pronuncie su juramento!». (24)
   Al oír esto, los grandes bodhisattvas que colmaban cuatrocientas decenas de miles de millones de nayutas de tierras en cada una de las ocho direcciones se inclinaron, bajaron la cabeza, unieron las palmas de las manos y alzaron la voz al unísono proclamando: «Respetuosamente llevaremos a cabo todas estas cosas, tal como nos lo ha encomendado el Honrado por el Mundo». (25) Tres veces repitieron esta declaración, sin escatimar la voz. ¿Cómo no asumirían como propios los sufrimientos del practicante del Sutra del loto?
   Fan Yü-ch’i dio su cabeza a Ching K’o; Chi-cha depositó su espada sobre la tumba del señor de Hsü. Ambos hombres actuaron así para no dejar incumplidas sus promesas. Si estas personas oriundas de la China -una tierra distante de la cuna del budismo- pudieron sacrificar su vida o dejar sobre una sepultura una espada que apreciaban más que su propia existencia, ¡cuánto más cabría esperar de los grandes bodhisattvas, que desde el comienzo han sido seres de gran benevolencia, comprometidos a sufrir en bien de los demás! ¿Podrían abandonar al practicante del Sutra del loto, aun cuando el Buda no se lo hubiera prohibido?
   Más aún, si estos bodhisattvas pudieron lograr la Budeidad fue gracias al Sutra del loto; y como el Buda se lo recomendó especialmente, hicieron un solemne juramento en su presencia. Por eso, no puede haber dudas de que ayudarán al practicante del Sutra del loto.
   El Buda es el soberano de los mundos humano y celestial, y el padre de todos los seres vivos. Además, es el maestro que guía y abre el Camino. Alguien que es padre, si pertenece a una baja clase social, no puede ser al mismo tiempo soberano. Y alguien que es soberano, si no es padre, puede llegar a infundir temor. A la vez, aunque alguien sea soberano y padre, no necesariamente por eso habrá de ser maestro.
   Los diversos budas [salvo Shakyamuni] pueden ser considerados soberanos, ya que se los conoce como los Honrados por el Mundo. Pero como no se manifiestan en este mundo saha, no son maestros. Tampoco declaran: «Los seres vivos que habitan allí son, todos, mis hijos». Por tal razón, sólo el buda Shakyamuni cumple las tres funciones de soberano, maestro y padre.
   No obstante, durante los primeros cuarenta y tantos años de su vida de prédica. Shakyamuni maldijo a Devadatta, censuró a los practicantes que escuchaban la voz y rehusó enseñar a los bodhisattvas las doctrinas referidas a los frutos de la iluminación. Y esto llegó a perturbar en tal medida a las personas que, aunque no lo expresaran en forma abierta a los demás, por momentos se preguntaban si ese Buda, en realidad, no sería Papiyas, el Rey Demonio del Sexto Cielo.
   Siguieron albergando tales dudas durante más de cuarenta años, hasta que comenzó la prédica del Sutra del loto. Y entonces, durante esos ocho años en el Pico del Águila, apareció la Torre de los Tesoros en el aire, y los dos Budas (27) se sentaron en ella, lado a lado, como el sol y la luna. Y sobre la tierra fueron tomando posición los muchos otros budas, como un gigantesco macizo de montañas; y en el aire, como una constelación de estrellas, se ubicaron los bodhisattvas numerosos como las partículas de polvo de mil mundos, que habían irrumpido de la tierra. Y el Buda reveló los beneficios de los que gozan todos los budas como resultado de su iluminación. Fue como si alguien hubiese abierto un arca llena de tesoros ante la gente pobre para obsequiarle su contenido, o como si hubiesen quedado al descubierto las muchas riquezas ocultas en los montes K’un-lun.
   Durante esos ocho años, las personas que formaron parte de la asamblea tomaron profunda conciencia de estar viviendo hechos tan extraordinarios como prodigiosos; para ellas, fue como extraer puras piedras preciosas. Los bodhisattvas, sin escatimar la vida, sin ahorrar palabras, juraron llevar a cabo todo lo que el Buda les había encomendado. Y entonces, en el capítulo «La transferencia», Shakyamuni El Que Así Llega salió de la Torre de los Tesoros y cerró sus puertas. A partir de ese momento, todos los demás budas retornaron a sus tierras, y los bodhisattvas que habían llegado con ellos se marcharon en compañía de los budas.
   La gente se fue quedando más y más sola, hasta que, entonces, el Buda anunció: «En tres meses, ingresaré en el nirvana». (28) La noticia tomó a todos por sorpresa, y medró más aún su sensación de abandono y soledad.
   Pero como habían escuchado el Sutra del loto, los bodhisattvas, las personas de los dos vehículos y los demás seres humanos y celestiales sentían un inmenso agradecimiento al Buda por su gran bondad, y querían mostrarle que estaban dispuestos a sacrificar el cuerpo y la vida en bien del Sutra del loto. «¡Sería terrible -pensaron con el corazón trémulo de angustia-que el Buda realmente entrara en el nirvana, como acaba de anunciar!»
   En ese momento, el decimoquinto día del segundo mes, entre la hora del tigre y la hora de la liebre (entre las tres y las siete de la mañana), teniendo el Buda ochenta años, a orillas del río Ajitavati, en la ciudad de Kushinagara, país de Shravasti, India oriental, se oyó la voz del Buda anunciando que pasaría a la extinción. Su clamor remontó las alturas hasta el cielo de la Cumbre del Ser y reverberó en todo el gran sistema planetario. (29) Y los ojos de las personas se nublaron, y los corazones se llenaron de congoja.
   Y en las cinco regiones de la India —con sus dieciséis grandes estados, sus quinientos estados medianos, sus diez mil estados pequeños y sus incontables estados minúsculos esparcidos como granos de mijo—, la gente se congregó sin demorar en ataviarse o en juntar provisiones, y sin hacer distinciones de clase o de posición social. Y también formaron multitud bueyes y caballos, lobos y perros, águilas y buitres, tábanos y jejenes, hasta sumar cincuenta y dos especies distintas. Y el número de criaturas de cada especie era incontable como las partículas que forman la tierra, para no mencionar la cantidad acumulada de todas las especies juntas.
   Todas estas criaturas, como última ofrenda al Buda, trajeron flores, incienso, ropajes y alimentos. Y sus voces resonaron de pesar, lamentando que el puente alhajado de todos los seres vivos estuviera a punto de desplomarse; que el ojo de todos los seres pronto fuera a cerrarse; que el padre, soberano y maestro de todos los seres vivos se dispusiera a morir. Y, mesándose los cabellos, todos se entregaron al llanto. Pero, además de llorar, se golpearon la cabeza, se llevaron las manos al pecho angustiados y clamaron a gritos, sin mezquinar la voz. La sangre de sus lágrimas y la sangre del sudor que manó de todos ellos cayó sobre Kushinagara con más fuerza que un diluvio y con mayor abundancia que el agua de un caudaloso río. E hicieron tales cosas porque el Sutra del loto les había abierto el Camino de la Budeidad, y porque jamás llegarían a saldar la deuda de gratitud contraída con el Buda.
  Aun en medio de estas escenas de tristeza, hubo quienes declararon airados que había que cortarles la lengua a los enemigos del Buda, que jamás debía permitírseles sentarse en la asamblea junto a los demás. El bodhisattva Kashyapa juró que aparecería transfigurado en escarcha y granizo para asolar las tierras de los enemigos del Sutra del loto. En ese momento, el Buda —que estaba reclinado— se incorporó ligeramente y lo elogió diciéndole complacido: «¡Muy bien dicho, muy bien dicho!».
   Los demás bodhisattvas, adivinando cuáles podían ser los deseos del Buda, supusieron que si ellos también manifestaban su intención de atacar a los enemigos del Sutra del loto, podrían así prolongar un poco la vida de Shakyamuni-entonces, uno tras otro, fueron repitiendo ese juramento. De tal modo, los bodhi-sativas y los seres celestiales y humanos retaron a aparecer a los enemigos del Sutra del loto, con la esperanza de que, si cumplían el juramento hecho en presencia del Buda, harían entender a Shakyamuni, a Muchos Tesoros, y a los demás budas y Los Que Así Llegan que, fieles a dicha promesa, ninguno de ellos escatimaría la vida o la reputación a la hora de defender el Sutra del loto.
   Cabe preguntarse por qué han tardado tanto en aparecer los resultados de estos juramentos. Y sin embargo, aunque uno apuntara a la tierra y errase, o pudiera liar el firmamento; aunque la marea dejara de subir y bajar, o el sol saliera por el Poniente; jamás podría ocurrir que las oraciones del practicante del Sutra del loto quedaran sin respuesta. Si, por un raro caso fortuito, los bodhisattvas, los seres humanos y celestiales, las ocho clases de seres no humanos, los dos venerables, (30) las dos deidades celestiales (31) y las diez demonios dejaran de presentarse para proteger al practicante del Sutra del loto, estarían, allá arriba, mostrando desprecio a Shakyamuni y a los otros budas, y aquí abajo, siendo culpables de engañar a los seres de los nueve estados. (32)
   Si el practicante carece de méritos, si su sabiduría es insuficiente, si su persona es impura o no posee virtudes derivadas de observar los preceptos, esto no hace diferencia alguna: mientras entone Nam-myoho-renge-kyo, será protegido sin falta. Nadie desecha el oro tan sólo porque tenga un sucio envoltorio; nadie desprecia a los árboles de sándalo porque, a su alrededor, los “erandas” emanen un olor ofensivo: nadie deja de recoger flores de loto porque crezcan en un sucio estanque del valle. Si aquellos ignoraran al practicante del Sufra del loto, estarían faltando a su propio juramento.
   Ahora que han finalizado los días Primero y Medio de la Ley, las personas que observan los preceptos son tan difíciles de hallar como un tigre en la ciudad; es más extraordinario dar con una persona de sabiduría que encontrar los cuernos de un ch'i-lin. Hasta que asoma la luna, debemos valernos de un farol; cuando escasean las piedras preciosas, el oro y la plata hacen las veces de joyas. Es posible recompensar a un cuervo negro por los beneficios recibidos de un cuervo blanco; (33) también es posible saldar a un monje común la deuda de gratitud que uno ha contraído con un sacerdote venerable. (34) Si usted ora con fervor para obtener beneficios sin demora, ¿cómo pensar que sus oraciones puedan no obtener respuesta?
   Pregunta: Habiendo examinado los razonamientos y las pruebas documentales que usted mencionó, veo que así como hay un sol y una luna en el firmamento, así como hay plantas y árboles que crecen en el suelo, así como hay días y noches en nuestro país, mientras la tierra no se ponga boca abajo y mientras las mareas del océano sigan subiendo y bajando, sin duda alguna los que creen en el Sufra del loto obtendrán respuesta a sus oraciones en esta vida, y gozarán de buenas circunstancias en su próxima existencia.
   No obstante, durante los últimos veinte años o más, las eminentes autoridades de las escuelas Tendai y Palabra Verdadera han orado muchas veces por importantes cuestiones de Estado, sin que tales plegarias tuviesen la menor eficacia. A decir verdad, las oraciones de estos sacerdotes parecen tener menos respuesta que las de creyentes en enseñanzas no budistas. Esto me lleva a pensar si las declaraciones del Sutra del loto serán falsas en algún sentido, si acaso el error estará en el proceder de los practicantes del sutra o si sus acciones serán inapropiadas a la época o a la capacidad del pueblo. Y esto me infunde ciertas dudas sobre mi futura existencia.
   Pero, dejando a un lado esta cuestión por el momento, oigo decir que usted fue discípulo de los sacerdotes del monte Hiei. Dicen que las faltas de los padres recaen sobre los hijos, y que los errores de los maestros repercuten en los discípulos. Cuando los sacerdotes del monte Hiei quemaron los recintos y pagodas del templo Onjo-ji y del Templo de la Montaña, (35) junto a miles y decenas de miles de imágenes y de Sutras budistas, ¡cometieron un acto espantoso, que sumió al pueblo en el caos y lo predispuso en contra del monte Hiei! ¿Qué opina usted? Tiempo atrás oí hablar de este episodio, pero me gustaría que me refiriera más detalles. Tengo un sinfín de preguntas... Cuando los sacerdotes se comportan con semejante maldad, siento que ya no actúan basados en el espíritu de los tres tesoros, y que el cielo y la tierra no deberían brindarles protección. En tal caso, sus oraciones no tendrían por qué ser respondidas. ¿Cuál es su opinión?
   Respuesta: Ya he hablado de estos asuntos en otra oportunidad, pero volveré a resumirlos esta vez; es un hecho de importancia decisiva para el Japón, aunque hay muchas personas que no llegan a comprenderlo y, al hablar de él, sólo profundizan su karma negativo.
   En primer lugar, con respecto al origen del Templo del monte Hiei, fue fundado por el gran maestro Dengyo durante el reinado del emperador Kammu, unos doscientos años después de que el budismo ingresara en el país. Tiempo antes, el príncipe Shotoku ya había declarado que Kioto —la futura capital— parecía un sitio muy conveniente para instalar la residencia imperial. Pero la fundación efectiva de la capital en ese lugar se pospuso, y sólo tuvo lugar cuando la escuela T ien-t ai o Tendai ya había sido introducida en el país. De acuerdo con los registros del principe Jogu —o Shotoku—, este señaló: “Doscientos años o más después de mi muerte, la Ley budista se propagará en todo el Japón”. (36) Luego, en la era Enrvaku (782-806), el gran maestro Dengyo fundó el Templo del monte Hiei. y el emperador Kammu estableció la capital, Heiankyo. De este modo se cumplió la predicción formulada por el príncipe Shotoku.
   Así pues, el Templo de la Montaña y la dinastía real convivieron como el pino y el ciprés, o como las orquídeas y la hierba. Cuando el pino se marchita, lo mismo le ocurre al ciprés; cuando las orquídeas se amustian, también se agosta la hierba. Del mismo modo, parecía que la prosperidad de la dinastía producía felicidad al Templo de la Montaña, y que este se entristecía al ver la decadencia del poder real. Ahora que el mundo ha cambiado, y que el poder ha pasado a manos del gobierno de la región de Kanto, (37) ¿qué pensarán ambos?
   El tercer año de la era Jokyu (1221), signo cíclico kanoto-mi, el decimonoveno día del cuarto mes -aproximadamente cuando se produjeron los choques entre la Corte y los guerreros bárbaros- (38), se emplazaron altares por órdenes del Emperador Retirado de Oki, y, por primera vez, se realizaron quince ceremonias secretas a cargo de cuarenta y un oficiantes, con el fin de derrotar al gobierno de Kanto mediante el poder de estas rogativas.
   Se realizó la ceremonia de la rueda de oro de un solo ideograma (a cargo del administrador sacerdotal Jien, prior de la escuela Tendai, y de doce sacerdotes asistentes, por orden del regente imperial Motomichi); también, la ceremonia de los cuatro reyes celestiales (presidida por el administrador sacerdotal imperial del templo Joko-ji [Shinsho] con la participación de ocho sacerdotes asistentes, por orden de la dama Shumeimon’in, en el palacio Hirose); la ceremonia del sabio rey Inamovible (llevada a cabo por el administrador sacerdotal Joho y ocho sacerdotes asistentes, bajo la dirección del señor feudal Kazan in Zemmon [Fujiwara Tadatsune]); la ceremonia de Gran Virtud Imponente (realizada por el administrador sacerdotal Kangon junto a ocho sacerdotes asistentes, por orden de la dama Shichijoin); la ceremonia del rey que hace girar la rueda (oficiada por el administrador sacerdotal Joken y ocho sacerdotes acompañantes por orden de la misma persona anterior); la ceremonia de los diez altares de Gran Virtud Imponente (llevada a cabo mayormente en el edificio principal del templo, a cargo de diez sacerdotes -el administrador sacerdotal Kakucho; Shunsho Sello del Dharma; Eishin Sello del Dharma; Goen Sello del Dharma; el supervisor sacerdotal Yuen; el administrador sacerdotal Jiken; el supervisor sacerdotal Kenjo; el supervisor sacerdotal Senson; el supervisor sacerdotal Gyohen, y Jikaku Ojo del Dharma— cada uno en compañía de seis sacerdotes asistentes); la ceremonia de la Rueda que Concede los Deseos (realizada por el administrador sacerdotal Myokoin y ocho sacerdotes, por orden de la dama Gishumon’in); y la ceremonia del rey celestial Vaishravana (realizada por el administrador sacerdotal Jojuin [Ryo-son] de Mii, junto a seis sacerdotes auxiliares, por orden de Shichin).
   Y también, en un solo día, se mandaron hacer objetos de devoción y se llevaron a cabo rituales basados en ellos —como la ceremonia del sabio rey Colmado de Ansias- según el método prescrito (oficiados por el superior del templo Ninna-ji, en el palacio Shishin-den, desde el tercer día del quinto mes y durante los catorce días siguientes); la ceremonia de Ojo del Buda (realizada por el administrador sacerdotal Daijo durante veintiún días); la ceremonia de los seis ideogramas (presidida por el supervisor sacerdotal Kaiga); la ceremonia del sabio rey Colmado de Ansias (realizada por el administrador sacerdotal Kangon durante siete días); la ceremonia de [el rey] Inamovible (oficiada por el administrador sacerdotal del templo Kanju-ji y por otros ocho sacerdotes asistentes, todos con posiciones jerárquicas en el clero); la ceremonia de Gran Virtud Imponente (presidida por el administrador sacerdotal Aki); y la ceremonia del niño Mazo de Diamantes (oficiada por la misma persona). Así se completa la lista de las quince ceremonias realizadas frente a los mencionados altares.
   El decimoquinto día del quinto mes, Iga Taro Hogan Mitsusue (39) fue atacado y derrotado en la capital; la noticia llegó a Kamakura el decimonoveno día del mismo mes. Cuando en la capital se supo que el día veintiuno había partido un numeroso ejército con el propósito de atacar la ciudad, se llevaron a cabo las restantes ceremonias desde el octavo día del sexto mes. Entre ellas, la del Honorable Rey de las Estrellas (ejecutada por el administrador sacerdotal Kakucho), la del sabio rey Gran Comandante (realizada por el supervisor sacerdotal Zou), la de los cinco altares (oficiada por el administrador sacerdotal Daijo; Eishin Sello del Dharma; el supervisor sacerdotal Zenson; el supervisor sacerdotal Yuen; y el supervisor sacerdotal Gyohen), y la ceremonia del Sutra de la protección (presidida por el superior del Ninna-ji y oficiada por segunda vez en nuestro país).
   El vigésimo primer día del quinto mes, el gobernador de Musashi (40) partió hacia la capital por la ruta de Tokai-do, mientras que el jefe del clan Genji de Kai (41) tomó la carretera de Tosando, y el señor de Shikibu (42) avanzó por la ruta de Hokuriku. El quinto día del sexto mes, las fuerzas defensivas de Otsu fueron derrotadas por el clan Genji de Kai, y los días decimotercero y decimocuarto del sexto mes, ambos bandos se midieron en combate en el puente de Uji. El decimocuarto día, las fuerzas que defendían la ciudad fueron vencidas, y el decimoquinto día del mismo mes, el gobernador de Musashi tomó el cuartel general de Rokujo en compañía de sus hombres.
   El undécimo día del séptimo mes, el emperador retirado Gotoba fue desterrado a la provincia insular de Oki; el emperador retirado Tsuchimikado fue expulsado a la provincia de Awa, y el emperador retirado Juntoku fue exiliado a la provincia insular de Sado. Además, siete miembros de la Corte fueron ejecutados.
   La gran doctrina maléfica de estas ceremonias, con el transcurso de los años, fue extendiéndose en forma continua hacia la región de Kanto, donde sus principales defensores y asiduos oficiantes llegaron a ser los superintendentes y los sacerdotes de los diversos templos. Pero quienes, desde un primer momento, llevaron a cabo tales ceremonias eran personas que no sabían distinguir las enseñanzas correctas de las erróneas; ni las doctrinas superiores de las inferiores. Como, para ellos, bastaba con venerar los tres tesoros, se lanzaron a emplear dichas ceremonias sin dudarlo. Pero ahora, no sólo las provincias homónimas, sino también los priores y superintendentes de los templos To-ji, Onjo-ji y del monte Hiei están bajo jurisdicción de las autoridades de Kanto. Y por eso estas últimas están en posición de apoyar tales ceremonias.
   Pregunta: ¿Por qué insiste en decir que las enseñanzas de la escuela Palabra Verdadera son doctrinas incorrectas?
   Respuesta: El gran maestro Kobo expresó: «El Sufra Mahavairochana ocupa el primer lugar; el Sutra de la guirnalda de flores, el segundo; y el Sutra del loto, el tercero». (43) Pero uno debería examinar este orden detenidamente. ¿En qué sutra el Buda analizó el valor relativo de estas tres enseñanzas y emitió ese dictamen? Si, en verdad, existiera un sutra que afirmase que el Sutra Mahavairochana ocupa el primer lugar; el Sutra de la guirnalda de flores, el segundo, y el Sutra del loto, el tercero, en tal caso deberíamos dar por válida dicha aseveración. Pero como no hay pasaje alguno que lo sostenga, no podemos aceptarla.
   El Sutra del loto afirma: «¡Rey de la Medicina, ahora te digo que he predicado diversos sutras y que, de todos ellos, el Sutra del loto es el primero!». (44) Aquí, el Buda se refiere a todas las enseñanzas que ha expuesto y declara que, de todas ellas, el Sutra del loto ocupa el primer lugar. La prédica del Buda y los escritos del gran maestro Kobo difieren entre sí como el fuego y el agua. Deberíamos examinar y esclarecer esta cuestión.
   Durante varios cientos de años, los sacerdotes sin rango y los de alta posición han venido estudiando los escritos de Kobo; todos —eminentes y modestos, importantes y humildes— han depositado en ellos su fe, y han honrado al Sutra Mahavairochana considerándolo el más prominente de los sutras. Pero esto no concuerda con la intención del Buda. Las personas reflexivas deberían examinar este punto con suma atención. Pues si creemos en escritos que no concuerdan con el propósito del Buda, ¿de qué manera esperamos lograr la Budeidad? Y si, a la hora de orar por la nación, seguimos tales enseñanzas, ¿qué otra cosa más que infortunios podremos cosechar?
   Además, Kobo escribe: «Los maestros budistas de la China pugnaron entre sí por robar la mantequilla clarificada». (45) Esta declaración significa que el gran maestro T’ien-t’ai y otros robaron la mantequilla clarificada representada por las enseñanzas de la escuela Palabra Verdadera y dijeron que era la mantequilla clarificada del Sutra del loto. Esta observación es el punto más relevante.
   Cuando el gran maestro T’ien-t’ai, basado en una frase del Sutra del nirvana, (46) comparó el Sutra del loto con la mantequilla clarificada, dijo que, de todos los sufras, el que merecía compararse con dicho sabor era el Sutra del loto. La enseñanza de la escuela Palabra Verdadera pasó de la India a la China doscientos años o más después de la época de T’ien-t’ai. ¿Cómo podría T’ien-t’ai haber hurtado la mantequilla clarificada de la escuela Palabra Verdadera y decir que pertenecía al Sutra del loto? ¡De todos los hechos extraños, sería el más inconcebible!
   ¿Con qué pruebas se llama ladrones a personas que vivieron doscientos años antes de que la escuela Palabra Verdadera se difundiera en la China? ¿Debemos creer en estos escritos del gran maestro Kobo? ¿O en el Sutra del nirvana, donde el Buda compara el Sutra del loto con la mantequilla clarificada?
   Si afirmamos que el gran maestro T’ien-t’ai es un ladrón, ¿cómo debemos interpretar dicha cita del Sutra del nirvana? Y si damos por válido este pasaje y concluimos que los escritos de Kobo son incorrectos, ¿qué nos cabe pensar de las personas que creen en tales enseñanzas erróneas? Lo único que puedo decir es que deberíamos comparar los escritos del gran maestro Kobo con las aseveraciones del Buda, y luego depositar nuestra fe en lo que demuestre ser correcto.
   Pregunta: Sigo dudando. El Sutra Mahavairochana representa la enseñanza expuesta por Mahavairochana El Que Así Llega. En tal caso, usar la doctrina predicada por el buda Shakyamuni para cuestionar la que expuso Mahavairochana El Que Así Llega no me parece razonable en absoluto, ¿o sí?
   Respuesta: ¿Quiénes fueron los padres de Mahavairochana El Que Así Llega, y en qué país hizo su advenimiento cuando expuso el Sutra Mahavairochana? Aun cuando hubiese aparecido en el mundo sencillamente sin padres, ¿en qué sutra se lee que un buda como este aparecerá en el mundo para exponer su enseñanza durante los cinco mil seiscientos setenta millones de años transcurridos entre la muerte del buda Shakyamuni y la aparición de Maitreya el Honorable Benevolente. Si no existen pasajes que lo demuestren, ¿a qué creer en semejante afirmación?                                    Las doctrinas de la escuela Palabra Verdadera abundan en este tipo de aseveraciones infundadas, y por eso digo que son enseñanzas erróneas.
   La lista de errores es casi interminable. Apenas he dado uno o dos ejemplos. Además de creer en la escuela Palabra Verdadera, el gobierno confía en las escuelas Nembutsu y Zen. Tales doctrinas representan enseñanzas provisionales, como las predicadas antes de que la verdad se revelase en forma cabal. Lejos de ser principios que conduzcan a lograr la Budeidad, crean un karma que lo condena a uno al infierno del sufrimiento incesante. Aquellos que los practican son culpables de denigrar la Ley; ¿cómo esperar, entonces, que sus oraciones tengan respuesta?
   El gobernante de una nación ocupa ese cargo porque, en el pasado, practicó la enseñanza correcta y prestó servicio al Buda. Si los soberanos -grandes y pequeños- logran adquirir territorios y dominios, es gracias a los cálculos de los reyes celestiales Brahma y Shakra, a las deidades del Sol y de la Luna, a los cuatro reyes celestiales y a otras funciones. Por eso, el sutra afirma: «Ahora, cuando empleo las cinco clases de visión para percibir claramente el pasado, el presente y el futuro, veo que, en sus existencias pasadas, todos los gobernantes prestaron servicio a quinientos budas, y que por esa razón pudieron llegar a ser emperadores y soberanos». (47)
   Pero si uno vuelve las espaldas al Sutra del loto y sigue a los errados maestros de las escuelas Palabra Verdadera, Zen y Nembutsu, aunque lleve a cabo toda suerte de buenas acciones, estas jamás coincidirán con el propósito del Buda y se opondrán a la intención de las funciones universales. Habría que reflexionar profundamente sobre esta cuestión.
   Es muy extraordinario nacer como ser humano. Pero cuando uno, habiendo nacido como tal, no se empeña en discernir las doctrinas correctas de las incorrectas para poder así lograr la Budeidad en el futuro, no está desarrollando el auténtico valor de la vida humana.
   Por otro lado, cuando el gran maestro Jikaku regresó de la China, se opuso a las doctrinas de su primer mentor, el gran maestro Dengyo, y se dedicó a propagar las doctrinas de la escuela Palabra Verdadera en el monte Hiei. Para ello, ofrendó plegarias y sostuvo que, en respuesta a ellas, había tenido un sueño en el cual disparaba una flecha al sol y lo hacía rodar y rodar. Durante más de cuatrocientos años, la gente interpretó este relato como un sueño auspicioso. Pero, en un país como el Japón, en realidad constituye un singular presagio nefasto. El rey Chou de la dinastía Yin disparó una flecha al sol, y este hecho le valió la muerte. Aunque este sueño se relacione con la reencarnación [de un buda], debería evaluarlo con sumo cuidado.
   Lo que acabo de exponer aquí, en respuesta a sus preguntas, es apenas un pelo en el cuero de nueve cabezas de ganado.

   ANTECEDENTES
   Las oraciones basadas en el Sutra del loto no dejan de producir resultados, escribe Nichiren Daishonin. En cambio, recalca que las plegarias basadas en enseñanzas equivocadas, además de no obtener respuesta, causan sufrimiento tanto a aquellos que oran como a las personas por quienes se lleva a cabo la oración.
   Este es el tema de Sobre la oración, escrito por Nichiren Daishonin el noveno año de Bunei (1272), cuando cumplía su exilio en la isla de Sado. Se cree que esta carta responde a ciertas preguntas formuladas por Sairen-bo, un discípulo del Daishonin que había sido sacerdote de la rama de la Montaña [Jikaku] perteneciente a la escuela Tendai, y que por entonces también se hallaba desterrado en Sado.
   Sairen-bo y el Daishonin intercambiaron una serie de cartas referidas a varias importantes doctrinas budistas. En esta, el Daishonin distingue entre la eficacia de la oración basada en las escuelas que imperaban en el Japón de esa época -como Guirnalda de Flores, Características del Dharma, Preceptos, Palabra Verdadera y Tendai- y las oraciones basadas en el Sutra del loto. Las autoridades de la Corte    Imperial y del sogunato confiaban en gran medida en las oraciones y enseñanzas de las escuelas Palabra Verdadera, Tendai, Zen y Nembutsu.
   El Daishonin afirma que las fuerzas imperiales fueron vencidas en los disturbios de Jokyu -lucha armada por el poder entre la Corte Imperial y el sogunato de Kamakura, en 1221-, debido a la ineficacia de las oraciones que habían realizado los sacerdotes de aquellas escuelas. La Corte, convencida de que esas oraciones tenían poder, les había solicitado rogativas por la victoria y la protección.
   Sin embargo, pese a todo, las fuerzas imperiales terminaron vencidas en combate y tres emperadores retirados acabaron desterrados a islas remotas. Esto prueba —concluye el Daishonin— que tales oraciones, lejos de obtener respuesta, provocan desventuras.
   Por otro lado, las oraciones verdaderas son las que se basan en el Sutra del loto, dice. Luego, señala dos razones: todos los budas, bodhisattvas, personas de los dos vehículos (practicantes que escuchan la voz y practicantes que toman conciencia de las causas), seres humanos y seres celestiales presentes en la asamblea del Sufra del loto sienten un inmenso agradecimiento por haber logrado la Budeidad mediante ese sufra. Para saldar esa deuda de gratitud, sin falta protegerán a los que practiquen el Sutra del loto.
   En particular, menciona a la hija del Rey Dragón y al malvado Devadatta, haciendo notar que, como fue muy extraordinario que ellos lograran la Budeidad, su deuda de gratitud es proporcionalmente grande; por eso, asegura a Sairen-bo que ellos también protegerán a los practicantes del Sutra del loto.
   Asimismo, refuta con rigor la declaración hecha por Kobo, fundador de la escuela Palabra Verdadera en el Japón, quien en su Tratado sobre los diez niveles de la mente asegura que el Sutra Mahavairochana ocupa el primer lugar; el Sutra de la guirnalda de flores, el segundo, y el Sutra del loto, el tercero. Para fundamentar que las doctrinas de la escuela Palabra Verdadera son erradas, el Daishonin cita palabras del Buda en el Sutra del loto: «¡He predicado diversos sutras y, de todos ellos, el Sutra del loto es el primero!».
   La frase que encabeza la carta, «Nichiren, el shramana del Japón», expresa su convicción de ser un verdadero shramana —es decir, una persona que busca el Camino— y de ser, también, el devoto del Sutra del loto. Shakyamuni, también en su búsqueda del Camino, logró la iluminación en la India. Al darse esta denominación, Nichiren Daishonin indica su confianza en que es el auténtico shramana del Japón y el Buda del Último Día de la Ley.
   Para finalizar, exhorta a Sairen-bo a orar basado en las doctrinas correctas del Sutra del loto y a desplegar su verdadero potencial como ser humano, a través de aspirar al logro de la Budeidad.

   NOTAS
1. Las tres escuelas del Hinayana, en este texto, son Tesoro del Análisis del Dharma, Establecimiento de la Verdad y Preceptos.
2. La expresión «mil doscientos [arhats]» se refiere a los discípulos del Buda cuya iluminación se anunció en el capítulo «La profecía de iluminación a los quinientos discípulos» del Surra del loto. A todos se les dio el título Los Que Así Llegan Brillo Universal. El término «doce mil [arhats]» se aplica a los que se dieron cita en la asamblea donde fue predicado el Sutra del loto.
3. Paráfrasis de un pasaje del Sutra Vimalakirti: «Con respecto a la Ley del Buda, se han convertido en semillas putrefactas».
4. Fulgor de Flor y Forma Extraordinaria son los nombres que recibirían Shariputra y Subhuti cuando lograran la iluminación, según predijo el Buda en los capítulos «Parábolas y semejanzas» y «La anunciación de profecías» del Sutra del loto. Con respecto al título Brillo Universal, véase la nota 2.
5. Sutra del loto, cap. 4.
6. Episodio mencionado en “Nueve piezas”, en las Elegías de Ch’u. Un comentario sobre esta última obra, escrito por Chu Hsi de la dinastía Sung, señala: «El zorro viejo siempre muere con la cabeza vuelta en dirección a la colina. Y esto ocurre porque jamás olvida el sido donde nació». Se desconoce la fuente del relato sobre el ganso silvestre.
7. Sutra del loto, cap. 10.
8. Shakyamuni expresó de manera concisa “sustitución de los tres vehículos por el vehículo único” cuando reveló el verdadero aspecto de todos los fenómenos, es decir, los diez factores de la vida. Por eso, se dice que esta es la expresión «concisa» de aquel concepto. Shakyamuni desarrolló la idea en el capítulo “Medios hábiles” y en los siguientes; esta explicación más amplia corresponde a la sustitución “extensa” de los tres vehículos por el vehículo único.
9. Sutra del loto, cap. 2.
10. Ib., cap. 12.
11. Ib., cap. 13. Este número de bodhisattvas juró frente al buda Shakyamuni que propagaría el Sutra en Los mundos de las diez direcciones, cuando aquel hubiese fallecido.
12. Ib., cap. 15. Estos bodhisattvas de otros mundos juraron difundir el sutra en el mundo salta con posterioridad a la muerte del Buda.
13. Ib. Alusión a los numerosos bodhisattvas conocidos como «Bodhisattvas de la Tierra».
14. De noche, sobre la superficie de los espejos se condensa vapor. Se decía que los espejos extraían la humedad de la luna.
15. Sutra del loto, cap. 12.
16. Sutra de la guirnalda de flores.
17. Comentario sobre «Palabras y frases del “Sutra del loto”».
18. Sutra del loto, cap. 12.
19. Ib.
20. La «impronta en forma de rueda de mil rayos» es una de las treinta y dos características que, se dice, poseen los budas. Son marcas en las plantas de ambos pies. El «mechón de cabello blanco», del cual se decía que irradiaba luz, era otra de las treinta y dos características. Las «sesenta mil y ochenta mil enseñanzas alhajadas» son, respectivamente, las doctrinas del brahmanismo y las enseñanzas budistas.
21. Sutra del loto, cap. 13.
22. Ib.
23. Ib., cap. 21.
24. Ib., cap. 11.
25. Ib., cap. 22.
26. Ib., cap. 3. Son palabras propias del buda Shakyamuni.
27. El término «dos budas» alude a Shakyamuni y a Muchos Tesoros. El acontecimiento narrado aparece en el capítulo «La Torre de los Tesoros», del Sutra del loto.
28. Sutra Sabio Universal, epílogo del Sutra del loto.
29. Este suceso se relata en el Sutra del nirvana.
30. Referencia a los bodhisattvas Rey de la Medicina y Valeroso Dador, que juraron proteger a los practicantes del Sutra del loto en el capítulo «Dharani» del Sutra del loto.
31. Vaishravana y Defensor de la Nación, dos de los cuatro reyes celestiales.
32. «Nueve estados» se refiere a los primeros nueve de los diez estados, es decir, estados de vida transitorios y caracterizados por la ilusión.
33. La historia se narra en Comentario acerca del «Tratado sobre la observación de la mente», de Chang-an. Una serpiente se disponía a morder al Rey, que descansaba sobre la hierba. Entonces, un cuervo blanco descendió para alertar al soberano. Salvado del peligro, este ordenó a sus vasallos que encontraran al ave, pero la buscaron en vano. Decidido a expresar su gratitud, el monarca concedió sus favores a un cuervo negro.
34. La expresión «monje común» aquí se aplica a los practicantes del Sutra del loto en el Último Día de la Ley. «Sacerdote venerable», en cambio, indica al buda Shakyamuni.

35. «Templo de la Montaña» se refiere al Enryaku-ji, situado en el monte Hiei.
36. Compilación de registros sobre el príncipe Jogu.
37. El «gobierno de la región de Kanto» era el gobierno de Kamakura asentado en Kanto (Japón oriental). La Corte Imperial, en cambio, funcionaba en Kioto, en la región occidental del país.
38. Referencia a los disturbios de jokyu, provocados por el emperador retirado Gotoba y otros dos soberanos retirados, que intentaron derrocar el sogunato de Kamakura. Las fuerzas imperiales resultaron vencidas, a raíz de ello,Gotoba fue desterrado a la isla de Oki. Por eso se lo llamaba el Emperador Retirado de Oki.
39. Iga Taro Hogan Mitsusue (ni. 1221) fue un magistrado que desempeñó funciones en Kioto.
40. La expresión «gobernador de Musashi» se refiere a HojoYasutoki (1183-1242) quien luego sería regente del gobierno de Kamakura.
41. Aquí.Takeda Nobumitsu. La expresión «clan Genji de Kai» se refiere a una poderosa familia descendiente del clan Genji, de amplia influencia en las provincias de Kai y de Shinano.
42. «Señor de Shikibu» es otro de los nombres con que se conocía a Hojo Tomotoki (1193-1245), hermano menor de Hojo Yasutoki.
43 Paráfrasis de una declaración que aparece en el Tratado sobre los diez niveles de la mente.
44. Sutra deI loto, cap. 10.
45. Comparación entre el budismo exotérico y el esotérico. Kobo comparaba las enseñanzas de la escuela Tierra Pura con la mantequilla clarificada, que es el más fino de los cinco sabores.
46. En el Sutra del Nirvana se menciona el proceso por el cual la leche se convierte en mantequilla clarificada, y se dice que esta última representa el mejor de los cinco sabores,
47, Sutra de los reyes Benevolentes.