Las enfermedades
psicosomáticas son en la actualidad las más comunes entre las denominadas
enfermedades modernas.
Una investigación
realizada en un hospital universitario de los Estados Unidos asevera que un
tercio de los casos involucran enfermedades psicosomáticas, son causadas por
tensiones espirituales como la ira y el odio; las enfermedades
psicosomáticas aparecen en una variedad de condiciones físicas: angina pectoris,
hipertensión, arritmia, úlceras de estómago y duodeno, diabetes y dermatopatía.
Acerca de la relación
entre cuerpo y mente, el Dr. Mitsuhiko Miura, profesor de la Universidad de
Gunma de Japón dice: “Los sentimientos de rencor y enemistad causan una
depresión en las actividades del estómago e intestino. Cuando uno se siente
avergonzado no sólo se tornará roja su cara sino que su estómago e intestino
aparecerán rojizos debido a la congestión”. Por ello la medicina
psicosomática da mucha importancia a la investigación de tales interacciones
entre cuerpo y mente. En los últimos años dichas investigaciones han ido
incrementándose y los resultados indican que existe una estrecha relación entre
las enfermedades físicas y la condición mental del ser humano.
Al Sr. Tsutomu Yoda, de
43 años, que vive en la Prefectura de Saitama, le fue dado el sobrenombre “Sr.
Ambulancia” porque sufrió nueve paros cardíacos en un año y cada vez fue
trasladado en ambulancia.
Su historia: Un día
estaba en el tren en viaje hacia su oficina. Escuchaba el monótono traqueteo
del tren tratando de relajar sus nervios, causados por problemas en su trabajo.
Mientras intentaba
calmar sus pensamientos contra su jefe, con el cual no se llevaba bien, su ira
apareció de pronto. Fue un impulso inconsciente. Explotó su ánimo; él
mismo se sorprendió.
Por varios meses el Sr.
Yoda había sufrido a raíz del enfrentamiento con su jefe. Antes que ese jefe
llegara, él administraba con entusiasmo el restaurante de una gran tienda. Luego
el restaurante quedó a cargo del nuevo jefe. Además el Sr. Yoda había sido
agredido de palabra: “He ocupado este puesto para poder despedirlo de la
empresa”.
Yoda había empezado como
aprendiz de cocinero hasta lograr el puesto de jefe. Pero ahora todos sus
conocimientos en la profesión se le venían en contra. Ver que el nuevo jefe no
mostraba ningún sentimiento para reconocer el talento del chef, hizo que
empezara a odiarlo.
Sin embargo, al pensar en su familia no tuvo coraje para
proceder. Ira y paciencia —esas dos emociones poco equilibradas— no
podían mantenerlo a salvo por mucho tiempo.
El Sr. Yoda no sabía por
qué tenía tanta hambre. Siempre tenía deseos de ir al baño. Un sudor frío le
chorreaba por el cuerpo. Le apareció una seria palpitación en el corazón.
Padecía mucha sed, sentía que se le ahogaba el corazón y luego el temor a la
muerte comenzó a acompañar a los espasmos de angina pectoris. Cuando la ira
contra su jefe y otros compañeros excedió sus límites, a cualquier hora y en
cualquier lugar, siempre explotó en forma de ataque de corazón.
Varios tratamientos han
sido probados para las enfermedades psicosomáticas. El profesor Torjiro
Ikemi de la Universidad de Kyushu, autor de “La Medicina del Auto-Control”
describe el fin de tales tratamientos. “Cuando nacemos, todos poseemos
nueva fuerza vital. A medida que vamos creciendo el conducto de nuestro corazón
por el cual fluye nuestra fuerza vital se va oxidando. Los tratamientos
psicológicos intentan cambiarlo y quitar el óxido para que la fuerza vital
pueda fluir nuevamente”. Pero, como él explica aún no existe una
psicoterapia capaz de curar todo tipo de neurosis y de enfermedades
psicosomáticas.
Yoda consultó al
Dr. Kosabu Abe, médico especialista de Tokyo y vice responsable de la División
de Doctores de la Soka Gakkai. Luego de escuchar pacientemente el
relato de Yoda acerca de la evolución de su enfermedad, el Dr. Abe explicó al
respecto de esto, la causa fundamental de las enfermedades psicosomáticas de
este tipo. El doctor le hablaba suavemente pero sus palabras fueron
severas: “El problema es que Ud. siempre piensa que sus sufrimientos son todos
a causa de su jefe”.
La corrosión del
corazón o la distorsión mental a la cual se refería el Dr. Ikemi es lo que el
Budismo denomina deseos mundanos y karma. Librándose de las impurezas y
corrigiendo la mente ensuciada por el karma uno puede refrescar su fuerza vital
como el agua que brota de una fuente.
La orientación del Dr.
Abe le abrió los ojos al Sr. Yoda.
Esa misma noche Yoda tuvo
sólo una determinación frente al Gojonzon: “Nunca podré escapar de mi
sufrimiento. Mi enfermedad es causada por los tres venenos: la
avaricia, la ira y la estupidez. No hay otra manera de curarme que vencerla a
través de revelar mi fuerza interior desde las profundidades de mi vida”.
Su fuerte determinación
dió como resultado días de trabajo fructíferos, actividades religiosas e
invocación del Daimoku. El espasmo de la angina no volvió por mucho tiempo
hasta que casi pudo olvidarlo. Al mismo tiempo pudo comprender que su jefe, que
había sido el único objeto de su odio, se habla convertido en una “buena
influencia“posibilitándole crecer.
Un año después los
espasmos habían desaparecido. Su medio ambiente laboral había cambiado. Cuando
a Yoda le mandaron dejar el restaurante para un puesto más alto en la empresa
se sintió muy feliz y su jefe lo felicitó. Con lágrimas en los ojos el jefe le
dijo: “Vuelva a verme si tiene problemas“. Hoy en día Yoda y su mujer son
vigorosos líderes de la Divisiones de señores y de damas de su comunidad.
Las enfermedades
psicosomáticas son básicamente enfermedades mentales causadas por los deseos
mundanos y el karma que actúan en la vida de un ser humano. Por lo tanto, jamás
podrán superar sus sufrimientos si continúan tratando de evitarlos.