¿QUÉ ES LA FE? LA FE ABARCA LA VERDAD, EL CORAJE, LA SABIDURÍA Y LA BUENA FORTUNA. INCLUYE LA COMPASIÓN Y LA HUMANIDAD, ASÍ COMO LA PAZ, LA CULTURA Y LA FELICIDAD. LA FE ES ESPERANZA ETERNA; ES EL SECRETO PARA EL AUTO-DESARROLLO SIN LÍMITES. LA FE ES EL PRINCIPIO BÁSICO DE CRECIMIENTO. (LAS DISCUSIONES SOBRE LA JUVENTUD, VOLUMEN 2, PÁGINAS 163/64).

¿QUÉ ES EL BUDISMO? ES EL NOMBRE DADO A LAS ENSEÑANZAS DE UN BUDA. "BUDA" SIGNIFICA "EL ILUMINADO”; ALGUIEN QUE PERCIBE LA ESENCIA O REALIDAD DE LA VIDA EN SU INTERIOR, ES UN SER ILUMINADO A LA VERDAD DE LA VIDA Y DEL UNIVERSO. A DIFERENCIA DE OTRAS RELIGIONES, EL BUDISMO NO ALEGA UNA REVELACIÓN DIVINA. COMIENZA CON UN HOMBRE, QUE A TRAVÉS DE SUS PROPIOS ESFUERZOS Y PERSEVERANCIA, DESCUBRIÓ LA REALIDAD DENTRO DE SÍ Y ENSEÑÓ QUE TODOS PODÍAN HACER LO MISMO. EL BUDA NO PUEDE SER DEFINIDO, COMO UN SER TRASCENDENTAL O SUPREMO. EN ESTE SENTIDO, EL BUDISMO, NO SOLO ES LA ENSEÑANZA DE UN BUDA, SINO LA ENSEÑANZA QUE POSIBILITA A TODAS LAS PERSONAS REVELAR SU NATURALEZA DE BUDA. EL BUDISMO ES UN SISTEMA PRÁCTICO DE ENSEÑANZA QUE NOS PERMITE CONCRETAR EL ESTADO IDEAL DE LA BUDEIDAD… LA PROPIA PERFECCIÓN.

¿QUE ES EL KOSEN-RUFU? “ES LA LUCHA PARA TRANSFORMAR LA VIDA DE LOS SERES HUMANOS, REVIRTIENDO LA OSCURIDAD QUE RESIDE EN EL INTERIOR DE SU VIDA, HACIENDOLO TOMAR CONCIENCIA DE SU NATURALEZA DE BUDA INHERENTE". LA ESENCIA DE “ESTABLECER LA ENSEÑANZA CORRECTA PARA ASEGURAR LA PAZ EN LA TIERRA” ESCRITO POR NICHIREN DAISHONIN, RADICA EN CONSTRUIR UNA RED DE PERSONAS DEDICADAS AL BIEN. PERO COMO ESTA CONTIENDA IMPLICA TRANSFORMAR DE RAÍZ LA VIDA DE LAS PERSONAS PROVOCARA RESISTENCIA EN CIERTOS SECTORES… ESTA GRAN BATALLA ES LA CLAVE PARA CREAR UN MUNDO DE PAZ Y DE FELICIDAD VERDADERAS, UNA TIERRA DE BUDAS.

YIGUIO Y KETA. PRÁCTICA PARA UNO MISMO Y PRÁCTICA PARA LOS DEMÁS. ESTOS ASPECTOS DEL BUDISMO VERDADERO SON: YIGUIO (PRÁCTICA PARA UNO MISMO) Y KETA (PRÁCTICA POR EL BIEN DE OTROS). AMBOS CONSTITUYEN UNA PRÁCTICA COMPLETA. SON COMO DOS RUEDAS QUE FUNCIONAN AL UNÍSONO PARA ADELANTAR NUESTRAS VIDAS, PARA MANIFESTAR NUESTRA ILUMINACIÓN INHERENTE.

¿QUE ES LA SOKA GAKKAI INTERNACIONAL (SGI)?...ES UNA ORGANIZACIÓN BASADA EN EL BUDISMO DE NICHIREN DAISHONIN, INSPIRADA EN EL RESPETO A LA VIDA, LA CONCIENCIA DE LOS DERECHOS HUMANOS, BUSCANDO DESPERTAR EN LAS PERSONAS EL ESPÍRITU DE RECONOCER, RESPETAR Y APRECIAR LAS SEMEJANZAS Y LAS DIFERENCIAS, PERMITIENDOLES FORTALECERSE Y TRANSFORMAR SU INTERIOR PARA DESARROLLAR SU MÁXIMO POTENCIAL, ASUMIENDO LA RESPONSABILIDAD DE SU PROPIA VIDA Y COMPROMETIENDOSE CON LA SOCIEDAD, EMPRENDER ACTIVIDADES EN SU VIDA COTIDIANA, PARA DESPLEGAR LA CAPACIDAD DE VIVIR CON CONFIANZA, CREANDO VALOR EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIA Y CONTRIBUYENDO AL BIENESTAR DE AMIGOS, FAMILIARES Y SU COMUNIDAD…

…UNA DE LAS DIFICULTADES QUE LOS LATINOS TIENEN PARA COMPRENDER EL BUDISMO, radica en lo que el término "religión" significa en su ámbito social… Las religiones occidentales tienen sistemas jerárquicos en los que las reglas y los dogmas se establecen desde arriba hacia abajo… Ellas están basadas en la creencia de una deidad sobrenatural… La relación entre el maestro y el discípulo es interpretada como la de una persona que ciegamente, sigue a otra… VER MAS…

EL ESFUERZO DE NO RENDIRSE JAMAS. Vivimos una vida fragmentada y llena de conflictos. Estamos divididos en centenas de grupos de seres humanos, limitados por el miedo, la vergüenza, la culpa, la ira, las obsesiones y las emociones… esta lucha interna hace que no nos podamos entender… ¿Por que pasa esto...? VER MAS…

LA RECITACION DE LOS CAPITULOS “MEDIOS HABILES” Y “DURACION DE LA VIDA”. Carta a la esposa de Hiki Daigaku Saburo Yoshimoto. Este Ghoso, nos acerca a un precepto conocido como “seguir las costumbres de la región”. El significa que, mientras no esté en juego ninguna trasgresión grave, no se debe ir contra las tradiciones y costumbres de un país, región o comunidad, aunque debamos apartarnos ligeramente de las enseñanzas. Este criterio fue establecido por el Buda... VER MAS…

LAS REUNIONES DE DIALOGO O ZADANKAI, SON UN OASIS…En la actualidad, el egoísmo desmedido, provoca profundos trastornos en el corazón humano y estamos perdiendo la coexistencia con la naturaleza; por ello estos mini cónclaves de miembros de todas las edades, razas, intereses y antecedentes, son un foro de intercambio rico y refrescante. En un mundo afectado por la "DESERTIFICACION SOCIAL", estas reuniones son un oasis, en el que los seres humanos en forma individual, se esfuerzan en concretar la paz mundial y la prosperidad de la sociedad humana. ...Como budistas, al establecer una condición de paz interior en la vida cotidiana, contribuimos con la paz del mundo, posibilitando a cada uno, desarrollar su potencial inherente... VER MAS…

GOSHO: CARTA A DOMYO ZENMON

En ella,Nichiren Daishonin describe 4 formas en las que se pueden expresar nuestras oraciones al Gohonzon y aparecer por lo tanto los beneficios resultantes (No hay oración sin respuesta).


Él dice:
En lo que concierne a la oración, hay oración conspicua y respuesta conspicua, oración conspicua y respuesta inconspicua, oración inconspicua y respuesta inconspicua y oración inconspicua y respuesta conspicua. Sin embargo, lo importante es simplemente que si usted mantiene la fe en este sutra, todos sus deseos presentes y futuros se cumplirán (Gosho Zenshu, pág. 1242).


Consideremos cada uno de estos cuatro modos individualmente.


ORACIÓN CONSPICUA: significa invocar al Gohonzon con un deseo muy claro o específico en nuestros corazones. Por ejemplo, si nuestro hijo o alguna otra persona que está particularmente cerca de nosotros cae seriamente enferma, nosotros oraremos por su recuperación fervorosamente, con ese solo pensamiento.


La expresión “oración conspicua y respuesta conspicua” (kenki kenno) se refiere a esos casos en los que en respuesta a tales oraciones específicas, los beneficios aparecen inmediatamente y en una forma claramente reconocible.


ORACIÓN CONSPICUA Y RESPUESTA INCONSPICUA (KENKI MYO'O): significa que, en respuesta a una oración definida, uno recibe el beneficio pero sin darse cuenta inmediatamente del mismo. Aun cuando invoquemos sinceramente no siempre podemos ver aparecer cambios tangibles en nuestras circunstancias presentes, sin embargo nuestras oraciones son respondidas gradualmente en una forma que no podemos percibir directamente. Por ejemplo, supongamos que uno invoca para encontrar un cónyuge apropiado con quien compartir su misión por el kosen-rufu. Aun cuando no pueda encontrar una persona apropiada, está, sin embargo acumulando la buena fortuna necesaria para disfrutar de un gratificante matrimonio en el futuro. Este proceso podría compararse al crecimiento de los árboles o a la subida de la marea; uno no puede verlo en el momento, pero después de un tiempo se hace inconfundiblemente evidente.


La expresión “oración inconspicua” contrasta con la expresión “oración conspicua” y significa que uno invoca al Gohonzon fervorosamente pero sin ningún deseo dominante o específico en la mente. “Oración inconspicua y respuesta inconspicua” (myoki myo'o) significa que uno continúa fervorosamente su fe y práctica al Gohonzon, y aun cuando el beneficio evidente no aparezca en forma inmediata, con el transcurso del tiempo de vida de esa persona se convierte progresivamente en una vida de alegría y plenitud.


Finalmente, ORACIÓN INCONSPICUA Y RESPUESTA CONSPICUA (MYOKY KENNO), significa que cuando mantenemos nuestra fe en el Gohonzon activamente día tras día, a causa de nuestra oración inconspicua, el beneficio se manifestará sin falta en los momentos decisivos. Si uno mantiene una fe firme, aun sin un deseo específico en mente, esa persona estará protegida infaliblemente en tiempos de crisis, y de cuando en cuando aparecerán beneficios totalmente inesperados.


Así, el Daishonin enseña que dependiendo del tiempo, las circunstancias y las diferencias kármicas individuales, el poder del Buda y de la Ley corporificados en el Gohonzon pueden responder a nuestras oraciones en diferentes maneras, algunas veces en una forma que nadie puede dejar de reconocer de inmediato, y otras veces de un modo que nos lleva un tiempo darnos cuenta claramente. “Sin embargo”, él dice, “lo importante es simplemente que si usted mantiene la fe en este sutra, todos sus deseos presentes y futuros se cumplirán”.


“Este sutra” aquí indica al Gohonzon. Esta oración es realmente la parte clave del pasaje del Gosho mencionado. Si sólo continuamos devocionándonos al Gohonzon y mantenemos nuestra fe constantemente, sin falta, manifestaremos la iluminación, disfrutando de completa plenitud en esta vida, así también como en futuras existencias.


Deberíamos hacer todos los esfuerzos para confiar en la palabra del Daishonin que dice que esto es realmente “lo importante”. Si tenemos una oración determinada en la mente o no, si algún beneficio inmediato a nuestras oraciones parece estar próximo o no, mientras continuemos manteniendo la fe e invoquemos Nam Myoho Renge Kyo, nuestra oración está generando definitivamente una respuesta del Gohonzon, haciendo que la vida de Nam Myoho Renge Kyo o la Budeidad innata dentro nuestro se manifieste.


Puesto que todos los beneficios están contenidos en Nam Myoho Renge Kyo, con el tiempo alcanzaremos seguramente un estado en el que podamos decir con absoluta convicción personal, que todos nuestros deseos se han cumplido.




(2/4) HAGAMOS QUE LA «VIDA» SEA EL CONCEPTO CLAVE EN LA ERA PRÓXIMA.

Fragmentos del tercer punto de la serie de diálogos sobre el Sutra del Loto entre el presidente de la SGI, Daisaku Ikeda y el titular del Departamento de Estudios de la Soka Gakkai, Katsuji Saito, y con los vice responsables, Takanori Endo y Haruo Suda. Este material de estudio ha sido inicialmente  publicado en el Daibyakurenge, revista mensual de estudios de la Soka Gakkai (1995-2000).También, ha sido publicado en el Seikyo Times,  Living Buddhism, revista mensual de la SGI-USA. Traducciones en varios idiomas  han sido publicadas en los periódicos y revistas de la SGI en diversos países del mundo.

… la forma en que un país se maneja en situaciones de desastre nos dice mucho acerca de su cultura. Las emergencias revelan hasta qué punto una nación valora la vida humana.



Debemos trabajar en pos de una era signada por el valor supremo de la vida.
Para lograrlo, es absolutamente esencial que tengamos una filo­sofía capaz de esclarecer el prodigio, la dignidad y el potencial infinito de la vida.


[ . . .]


. . . la iluminación del señor Toda fue un momento histórico, en que la Soka Gakkai se reveló claramente como heredera genuina del Budismo de Nichiren Daishonin. Ese fue el punto de partida de todas nuestras actividades de propagación y del desarrollo que hoy alcanzamos.


...fue un acontecimiento histórico en los anales del Budismo. El señor Toda revivió el Budismo en la época contempo­ránea y lo tomó accesible a cualquiera.


...sus palabras transmitieron la total convicción de que ese profundo esclarecimiento había consolidado el núcleo filosófico y religioso de la Soka Gakkai.
La verdad con respecto a la cual se iluminó el señor Toda es idéntica a la enseñanza suprema de Nichiren Daishonin. ...


con ella el señor Toda abrió un camino en el intrincado estancamiento que mantenía inmóvil a la humanidad hasta ese momento. Nuestra misión, como discípulos de él, es extender esta ruta en todas las direcciones y en todos los planos.


[ . . . ]


El Sutra del Loto nos enseña que todos los seres humanos pueden manifestar la Budeidad. ¿Qué es, entonces, la entidad real de un «buda»? ¿Qué quiere decir `manifestar la Budeidad'? Son preguntas esenciales, para todas las enseñanzas budistas. El señor Toda contempló estos interrogantes y buscó resolverlos.
Entonces, de pronto, la palabra «vida» se encendió en su mente. Por fin, percibía que el Buda era la vida en sí misma:


La vida no existe ni es inexistente,
no es causada ni está condicionada,
no es sí misma ni es otra,
no es cuadrada ni redonda,
no es corta ni larga,
no es carmesí ni es púrpura,
ni es de ningún otro color.


Los pensamientos del señor Toda corrían exultantes.
¡El Buda es la vida en sí misma!
¡Es una expresión de la vida!
¡El Buda no es algo que existe fuera de nosotros mismos, sino dentro de nuestro ser! ¡No! ¡Es algo que también existe afuera de nuestra vida!
¡Es una entidad de la vida cósmica!


El señor Toda solía utilizar la palabra «vida» precisamente porque había percibido el estado de Buda como una entidad real.


«Vida» es una palabra simple, familiar, que utilizamos a diario. Pero, al mismo tiempo, es un término que expresa la esencia más profunda de la Ley budista, es una sola palabra que contiene un significado infinito. Todos los seres humanos están dotados de vida, de modo que este vocablo posee un significado práctico y concreto para cada persona. De este modo, el esclarecimiento del señor Toda volvió al Budismo comprensible para todos.


La vida, además, posee una diversidad enorme, pletórica de energía y de riqueza. Al mismo tiempo, opera de acuerdo con ciertas leyes y tiene un ritmo definido. La doctrina según la cual cada instante de la vida posee tres mil estados (ichinen sanzen) describe esta armonía en la diversidad. El que ha percibido la esencia de este principio es un buda, es una persona en estado de Buda.


La vida, a la vez, es libre e ilimitada. Es una entidad abierta en comu­nicación constante con el mundo externo. Siempre está intercambiando energía, materia, información... Pero, así como es abierta, también mantiene su autono­mía. La vida está caracterizada por esta apertura al universo entero, por esta libertad armoniosa.


La condición infinita e inconmensurable de la Budeidad puede describirse como un estado de vida en que se logra libertad, apertura y armonía en su máxima expresión. Nichiren Daishonin dice que myo [de myoho, `Ley Mística'] posee tres significados: «abrir», «estar perfectamente dotado» y «revivir». Estos son los atributos de la vida y son, también, los atributos de un buda.


. . . Nichiren Daishonin declara: «Las ochenta y cuatro mil enseñanzas budistas [ es decir, las innumerables enseñanzas que predicó Shakyamuni durante su existencia ] son el diario de nuestro propio ser».'


[ . . . ]


El señor Toda describió, en una oportunidad, lo que sintió luego de haber experimentado ese esclarecimiento en la cárcel. Esto fue lo que le dijo a la persona que lo estaba escuchando:


Es como estar tendido de espaldas en un amplio espacio abierto, contemplando el cielo, con los brazos y las piernas bien extendidas. Todo lo que uno desea aparece instantáneamente. Por mucho que uno obsequie a los demás, siempre hay más y jamás se extingue. Trate de ver si puede lograr un estado de vida así. ¡Si realmente lo desea, le sugiero que pase una temporada en la cárcel por la causa del Sutra del Loto y por la propagación del Budismo de Nichiren Daishonin!


El propósito del Budismo, en última instancia, es transformar nuestro estado de vida interior.


[ . . . ]


. . . Cuando el señor Toda escribió su tesis «La filosofía de la vida», no expuso una teoría intelectual. Tampoco la obtuvo a partir de un método científico de análisis y de síntesis. Sin embargo, al mismo tiempo, tampoco es incompatible con la ciencia o con la razón. El señor Toda extrajo su filosofía de vida de las profundidades del Sutra del Loto, en su desesperada contienda sin reservas en pos de la verdad suprema, en esa lucha que libró con todo su ser. En verdad, su filosofía de vida representa la «Sabiduría del Sutra del Loto».


Por ende, la tesis de Josei Toda no sólo nos informa sobre la naturaleza de la vida, sino que también posee la capacidad de transformar nuestro modo de pensar. Y abre, en nuestra vida diaria, una dimensión real de esperanza y de acción práctica. Es una filosofía de relevancia práctica; una doctrina «real» que nos hace tomar contacto con una poderosa energía vital.


Cuando traducimos fielmente esta filosofía en la práctica, se inicia nuestra epopeya personal de transformación; empezamos a convertir una vida de impotencia y de desesperación en una de satisfacción y de felicidad.


Esa transformación del individuo es el primer paso para toda otra clase de revolución; es la primera vuelta de tuerca en el proceso hacia un género humano más fuerte, más sabio, más enriquecido.


[ . . . ]


La «revolución humana» es una expresión contemporánea que se refiere al «logro de la iluminación» en cada individuo, mientras que la «revolu­ción capaz de abarcarlo todo» se refiere al kosen-rufu.


La relación que media entre ambos movimientos nos hace pensar en la Tierra, que, así como gira alrededor de su eje, simultáneamente órbita alrededor del Sol. La revolución de la Tierra sobre su eje produce los días y las noches, mientras que su desplazamiento en derredor del Sol da origen a las cuatro estaciones. Bañados por la luz de la Ley budista, también experimentamos «el día y la noche» a medida que vamos creando la historia de nuestra propia revolución humana hacia el avance infinito. También pasamos por «inviernos y primaveras» a medida que representamos la epopeya exultante del kosen-rufu a lo largo de temporadas de cambios constantes. La Soka Gakkai comienza y termina con la filosofía de vida expuesta por el señor Toda; su punto primordial yace en la conciencia de que el buda es la vida, tal como nuestro segundo presidente desentrañó.


[ . . . ]


«El Buda es la vida en sí»
... La palabra «vida» posee un tono científico y a la vez cálido.


... En la palabra «buda», lo que tiende a dominar en la representación mental de la gente es la imagen de ser supremo; de algún modo, lo que el pensamiento tiende a conceptualizar es un ser distante y separado de la vida de uno. En la palabra «Ley», el énfasis está en lo impersonal, como ocurre cuando hablamos de «regla» o de «fenómeno». Y no hay una denotación de calidez. Esencialmente, el Buda y la Ley no son dos cosas separadas ni distintas: la palabra «vida» las abarca a ambas.


Todas las personas están dotadas de vida; la vida es inmensurablemente preciada. No hay quien pueda negarlo. La declaración de que «el buda es la vida» revela que la mismísima esencia del Budismo -el Buda y la Ley- está en nuestro propio ser.


[ . . . ]


El señor Toda solía decir: «Aunque hablemos de `la vida a través de las tres existencias' o de la `vida eterna', es algo que nadie ha visto jamás». Así y todo, creo que vale la pena tratar de bosquejar el concepto de vida eterna como punto de referencia y solía explicarlo así:
Utilizamos la palabra yo [para referirnos a nosotros mismos], pero el término, en realidad, se refiere al universo. Cuando nos preguntamos en qué sentido la vida universal se diferencia de la vida de cada uno de nosotros, la única distinción que se nos ocurre es la del cuerpo y la mente. Nuestra vida y la vida del universo son lo mismo.


Tendemos a pensar que el universo y los seres humanos son dos entida­des separadas, pero el señor Toda declaraba que eran idénticas, que ambas eran entidades de la vida.


La tesis del señor Toda sobre la filosofía de la vida señala que el universo es la vida, en sí, y que esa vida, junto con el universo, es eterna e imperecedera. Dijo: «Así como dormimos y nos despertamos, y luego nos volvemos a dormir, así vivimos y morimos, y luego volvemos a vivir: nuestra vida subsiste eternamente». También declaró:


Cuando nos despertamos, por la mañana, retomamos nuestras actividades basados en el mismo propósito y en el mismo pensamiento con que las dejamos la noche anterior. Del mismo modo, en cada nueva existencia debemos vivir basados en el resultado de las causas «kármicas» creadas en nuestras vidas anteriores.


Supongamos que hay un árbol muy alto; y que, a este árbol, lo denominamos «universo». En él crecen incontables hojas y flores. ¿Es posible considerar las vidas individuales como una analogía de las hojas y flores del árbol?


Una vez, alguien le formuló al señor Toda la misma pregunta. Y ésta fue la respuesta que él dijo:
No creo que sea atinado pensar que nuestras vidas brotan de algo [así como las flores y hojas brotan de las ramas de un árbol]. Supongamos que, en esta taza de té que tengo enfrente, hay agua. Y que ese agua es el universo.


Si sopla el viento sobre la superficie del agua, en ella se agitará un oleaje. Esas olas son nuestras existencias. Y también representan una de las funciones del universo. Por lo tanto, si deja de soplar el viento, también desaparecen las olas, y el agua vuelve a su estado original.


En otras palabras, dice que cuando comparamos el universo con el océa­no, nuestras vidas serían como el oleaje que aparece y desaparece sobre la superficie del universo.


Las olas y el océano no son entidades separadas. Lo que afirma el señor Toda es que las olas no son sino parte de la actividad incesante del océano.


[ . . . ]


No hay un «tú» separado, que extraiga cosas del universo …Así como en el océano se mecen las olas, el universo se mece con un ondular de «vidas humanas» ...Por lo tanto, eso que consideramos como la muerte, el espacio vacío o la nada es sólo el resquicio que media entre las crestas de este interminable y ondulante océano de la vida. (Alan Watts)


El señor Toda explicaba: «Más que hablar de que estamos `fusionados' con el universo, yo diría que somos la vida del universo. Y que la vida, en sí, genera cambios».


El señor Toda la describía como «la mismísima base de todas las cosas, a la cual percibimos como algo sujeto a cambios y a fluctua­ciones». Sin embargo, la esencia real de la vida, explicaba, «no fluye ni es estática; es como el espacio vacío».


Su entidad es, al mismo tiempo, el macrocosmos infinito y cada uno de los microcosmos que representan las incontables vidas individuales. Esta enorme entidad vital siempre experimenta cambios dinámicos pero, a la vez, es eterna e imperecedera. El Buda y la Ley Mística son nombres que le damos a esta entidad innegable, a la vida cósmica. Todos somos corporificaciones de esta entidad sublime.
El Sutra del Loto enseña «la verdadera entidad de todos los fenómenos» (en japonés, shoho jisso). «Todos los fenómenos» se refiere a cada criatura viviente en sentido individual.


La «verdadera entidad» de estos fenómenos es la vida cósmica en sí. El señor Toda expresaba esta verdad inefable diciendo que «el Buda es la vida en sí». Cuando uno llega a comprenderlo, ya no puede albergar ningún pensamiento de matar a nada o a nadie, porque destruir algo es sólo destruirse uno mismo.


La escritora y educadora norteamericana Helen Keller (1880-1968), que perdió la vista y el oído, escribió en una oportunidad: “Aquí, en medio del aire de todos los días, siento el rumor y el caer de lluvias etéreas. Estoy consciente del esplendor que mantiene unidas a todas las cosas que hay sobre la Tierra con todas las cosas que hay en el cielo.”


Helen Keller, a pesar de ser ciega y sorda, «veía» claramente la interrelación entre el macrocosmos y el microcosmos.


El Budismo postula cinco clases de visión: el ojo de los mortales comunes, el ojo divino, el ojo de la sabiduría, el ojo de la Ley y el ojo del Buda. Helen Keller pudo haber mirado el mundo con el ojo de su misma vida: una visión mucho más aguda y perceptiva que la de los ojos comunes de los «mortales». O, para decirlo de otro modo, tal vez la vida sólo pueda «verse» de verdad cuando uno la escruta en su más profundo nivel.


La ciencia moderna podría ser considerada una suerte de «ojo de la sabiduría», pero la tendencia en el campo científico ha sido examinar la vida como si fuera una especie de máquina, compuesta de múltiples partes. La ciencia también ha tratado de comprender la vida y a los seres humanos a través de dividirlos en elementos opuestos, como el cuerpo y el espíritu, el objeto y el sujeto. Ha intentado capturar las funciones de la vida reduciéndolas a cosas materiales.


Pero aunque podamos explicar un aspecto de la vida a través de teorías mecanicistas, de dualismos y de reduccionismos, ello no nos brinda una imagen de la vida que refleje su integridad dinámica.


En verdad, la ciencia ha alentado una visión materialista del hombre y de la vida, una perspectiva en la cual las relaciones de oposición no. sólo dominan entre los seres vivos, sino también entre estos y su ambiente. Y dicha forma de pensar, a su vez, inclinó al ser humano hacia la destrucción ambiental y la explotación del mundo natural.


[ . . . ]


La ciencia comienza a observar seriamente la interdependencia que hay entre todas las cosas, que el Budismo describe como «origen dependiente» (en japonés, engi).


También está saliendo a la luz, nuevamente, la visión unificada de la naturaleza y de los fenómenos vitales que expuso el gran literato alemán Johan Wolfgang von Goethe (1749-1832), quien escribió, por ejemplo:
Inevitablemente llegará la hora de que el pensamiento mecanicista y atomicista quede fuera de la mente de todos los hombres sabios y de que, en cambio, se llegue a ver la química y la dinámica de todos los fenómenos. Cuando eso ocurra, la divinidad de la naturaleza viviente se desplegará con mucha mayor claridad delante de nuestros ojos.


Los fenómenos, sin duda alguna, representan la Ley. Las perso­nas están comenzando a darse cuenta de que el mundo no está hecho de «cosas» sino de «fenómenos». El Sutra del Loto, como ya he dicho, enseña la verdadera entidad de todos esos fenómenos.


... Aun los campos más «materialistas» de la ciencia están viéndose en la nece­sidad de adoptar un enfoque fenoménico de la vida y del mundo. Se nos ocurre el ejemplo de la mecánica cuántica. Algunos físicos todavía tratan de encontrar pruebas concluyentes de la existencia de partículas irreductibles y últimas, pero lo que hallan es que las partículas elementales sólo pueden ser definidas en el marco teórico de la teoría de los campos cuánticos.


Otro buen ejemplo es la investigación del ADN (ácido desoxirribonucleico), dentro del campo de la biología molecular. Hasta ahora, los científicos han tratado de partir la molécula de ADN y de considerar separadamente la función de cada segmento de información genética. Es otro intento de comprender el ADN con un enfoque materialista, como si fuese una suerte de máquina.


Aunque el método básico de estudio tal vez siga siendo el mismo, en tiempos recientes otros científicos han tratado de esclarecer la función de moléculas enteras de ADN, propias de determinadas especies (por ejemplo, el ADN del genoma humano) y de descifrar, a partir de ellas, la historia de la vida sobre la Tierra. Los científicos calculan que esto les permitirá investigar la historia de la interacción entre los seres vivos y las respuestas de la vida a su ambiente desde que surgió la vida sobre este planeta.


Por lo tanto, si bien la ciencia sigue anclada en lo «material», parece que comenzamos a ver un desplazamiento hacia lo fenoménico, hacia la vida; que dejamos de ver las cosas como objetos estáticos para entender que poseen una historia viva que contamos.
Hay algo muy importante que recordar acerca de esto que cuentan: no es el ADN el que creó la vida, sino a la inversa: la vida es quien lo creó. El universo es en sí la vida; la vida es en sí el universo. La vida es la creadora, y también es lo creado.


[ . . . ]


Las palabras clave para la centuria que viene (Siglo XXI) serán «vida» y «fuerza vital». En un discurso," el señor Václav Havel (ex presidente de Checoslovaquia) preguntaba qué era necesario para que la democracia de hoy revitalizara la humanidad. Según su diagnóstico, las sociedades democráticas estaban aquejadas por el mal del «materialismo» y por «la negación de toda espiritualidad». Exhibían un «orgulloso desdén por todo lo que fuese `suprapersonal'», un «consumismo frenético», «una ausencia de fe en el orden superior de las cosas o, simplemen­te, en la eternidad».


Decía este líder lo siguiente:
Si comparase la democracia con una radiación dadora de vida, diría que, si bien desde el punto de vista político es la única esperanza para la humanidad, sólo podrá tener un impacto benéfico sobre nosotros si resuena en la dimensión más profunda e íntima de nuestra naturaleza humana.


Si tomamos la democracia como una «radiación dadora de vida», es vital que se difunda por el mundo, decía Havel. Pero, tal como se muestra hoy en día, es obvio que ha perdido algo de vista. «¿En dónde reside la dimensión olvidada de la democracia que podría darle resonancia universal?», se pregun­taba antes de concluir:


Para que la democracia, además de sobrevivir, se expanda exitosamente y resuelva los conflictos de las culturas, en mi opinión, debe volver a descubrir y renovar sus propios orígenes trascendentales. Debe reafirmar su valoración del orden «no material», que no sólo se encuentra sobre nosotros, sino en y entre nosotros, y que es la única fuente confiable y posible para que el hombre se respete a sí mismo y sienta respeto genuino por los demás.


[. . . ]


La autoridad de un orden democrático mundial no se construye sobre ninguna otra cosa más que sobre la autoridad revitalizada del universo.


Desde una perspectiva budista, el «orden no material» puede describirse como el «orden de la vida». El presidente Havel decía que debíamos revivir el respeto hacia dicho orden y restaurar la autoridad del universo. Tal como ha indicado, las personas están buscando en todo el mundo un orden social que sea libre, pero no desenfrenado; una sociedad de rica espiritualidad. Al mismo tiempo, ansían llegar a una visión coherente de la vida, a una sabiduria renovada que sirva como base de dicho orden social. Ha llegado la hora de que los líderes políticos del mundo comiencen a buscar esta clase de sabiduría.


(3/4) UNA ESCRITURA QUE APELA A TODAS LAS PERSONAS

Fragmentos del tercer punto de la serie de diálogos sobre el Sutra del Loto entre el presidente de la SGI, Daisaku Ikeda y el titular del Departamento de Estudios de la Soka Gakkai, Katsuji Saito, y con los vice responsables, Takanori Endo y Haruo Suda. Este material de estudio ha sido inicialmente publicado en el Daibyakurenge, revista mensual de estudios de la Soka Gakkai (1995-2000).También, ha sido publicado en el Seikyo Times, Living Buddhism, revista mensual de la SGI-USA. Traducciones en varios idiomas han sido publicadas en los periódicos y revistas de la SGI en diversos países del mundo.


Presidente Ikeda: … En el mundo hay muchas personas que todavía no conocen el Budismo de Nichiren Daishonin o que tal vez se han enterado de su existencia, pero adolecen de graves errores de comprensión sobre esta filosofía o aún no han tomado contacto con su verdadera naturaleza.


Suda: En el Japón, en el pasado, las autoridades militaristas solían distorsionar y explotar las enseñanzas del Daishonin, por lo cual muchos pensaban que constituían una doctrina ultranacionalista y exacerbadamente patriótica. Pero, en realidad, no podría haber nada más lejos de la verdad.


Presidente Ikeda: Nichiren Daishonin expuso la esencia del Sutra del Loto; por eso, estudiar el Sutra del Loto es lo mismo que estudiar las enseñanzas del Daishonin. Del mismo modo, el estudio de las enseñanzas del Daishonin conduce a la comprensión del Sutra del Loto. Es como una moneda que puede verse en sus dos caras. En consecuencia, cuando analizamos el Sutra del Loto, no estamos sólo estudiando las enseñanzas del buda Shakyamuni. Estamos emprendiendo la tarea mucho más comprometida de explo­rar las enseñanzas del Daishonin con la mira puesta en el futuro distante.


[ . . . ]


Presidente Ikeda: Las enseñanzas del Budismo se expusieron para la felicidad de todas las personas; no hay discriminación alguna que pueda hacerse: ni entre hombres y mujeres ni entre sacerdotes o laicos, ni por raza, nivel académico, posición social, poder o riqueza. En verdad, el Budismo se expuso precisamente para permitir que lograran la suprema felicidad los oprimidos, los discriminados, los que han debido soportar los sufrimientos más amargos. Acá está el verdadero poder del Budismo, la genuina sabiduría del Sutra del Loto.


[ . . . ]


Presidente Ikeda: El Sutra del Loto es, en sí, una escritura abierta a las personas. Se ha mantenido vivo a lo largo de los siglos, precisamente porque aquellos que lo abrazaron y lo propagaron tuvieron la actitud de estar siempre junto al pueblo para exponer sus enseñanzas.


[ . . . ]


Suda: En el gosho "La esencia del Sutra del Loto", Nichiren Daishonin dice que tanto la enseñanza teórica como la enseñan­za esencial fueron expuestas en bien de todas las personas que vivirían después de la muerte de Shakyamuni; el sutra concluye que se enseñó particularmente para las personas del Ultimo Día de la Ley. Pero, además, llega a decir que, en sentido especí­fico, el sutra se expuso para el "mismísimo Nichiren".


Presidente Ikeda: En dicha afirmación --"En bien de los que vivirían después de la muerte del Buda, de las personas del Ultimo Día de la Ley"--, se observa la misericordia del Sutra del Loto, que alcanza a todas las personas.


Esta escritura enseña que la "única gran razón" por la cual los budas aparecen en este mundo --en otras palabras, el propósito supremo del advenimiento de los budas-- es permitir que todos los seres manifiesten la Budeidad.


Esta meta no podría lograrse si las enseñanzas predicadas por el buda Shakyamuni no tuvieran eficacia para toda la gente que viviese después de su muerte, particularmente en la época corrupta conocida como Ultimo Día de la Ley. Por ende, es inconcebible que el buda no haya dejado enseñanzas para los que vivirían en épocas posteriores. El Sutra del Loto es la misericordiosa escritura que enseñó, precisamente, por dicha razón.


Nichiren Daishonin leyó el Sutra del Loto con su vida, y por eso reveló y propagó


Nam-myoho-renge-kyo, como la Ley secreta implícita en este sutra, concebida para permitir que todos fuesen felices. Por eso declaró que, entre todas las personas que vivían en el Ultimo Día de la Ley, el Sutra del Loto había sido expuesto especialmente para él.


Nichiren Daishonin abrió el camino que permitiría concre­tar el ideal del Sutra del Loto --llevar la felicidad a todas las personas del Ultimo Día de la Ley, cuando las enseñanzas del Buda, según lo que se decía, estarían a punto de perecer. El Daishonin pudo declarar que el Sutra del Loto había sido expuesto específicamente para él, a partir de esta toma de conciencia de su propia misión. En tal sentido, nosotros también podemos considerar que el Sutra del Loto predice la aparición del Daishonin en el Ultimo Día de la Ley.


Suda: Si un buda declarase que no le importa el futuro de las personas de épocas posteriores a su muerte y se negara a enseñarles el camino hacia la felicidad, sería sin duda un buda cruel e impiadoso.


El capítulo 16 del Sutra del Loto es muy concluyente acerca de la salvación de aquellos que nacerán después de la muerte del Buda. Esto también se ve con claridad en la célebre parábola del excelente médico y sus hijos enfermos, contenida en dicho capítulo.


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Presidente Ikeda: Buda es una persona que ha tomado conciencia de la realidad de su propio ser y, como se desprende de ello, también de la realidad de la vida de todos los seres humanos. En esto consiste la sabiduría del Buda y la sabiduría del Sutra del Loto.


Por lo tanto, es claro que el Sutra del Loto se expuso para todos los seres humanos, con el propósito de permitirles que logren una auténtica independencia. Naturalmente, no discrimina, en ningún sentido, entre sacerdotes y laicos, entre hombres y mujeres, ricos y pobres, personas de clase alta y baja, entre jóvenes y viejos. Es, exclusiva y entera­mente, para todo el género humano, para las personas comunes.


Saito: En el sutra que se conoce como su "declaración para la propagación", Shakyamuni señala que él transmite la Ley "para la felicidad, el beneficio y la paz de las personas". ...


Presidente Ikeda: … El Sutra del Loto enseña que todos poseemos por igual el potencial para lograr la Budeidad y que todos poseemos la capacidad de disfrutar el estado de felicidad absoluta. Es digno de destacar que el propósito de Shakyamuni, es decir, poner la Budeidad al alcance de todas las personas, queda reflejado en el lenguaje que utiliza para predicar las enseñanzas budistas: la lengua de Magadha, que era el idioma común y corriente del pueblo.


Endo: El Brahmanismo ortodoxo de esa época insistía en que las enseñanzas sagradas sólo podían ser transmitidas en el lenguaje sagrado de los Vedas, que sólo utilizaban las clases cultas y de alta estirpe. Desde la Antigüedad, la gente de castas inferiores y los que estaban excluidos de este sistema por ser intocables o parias tenían prohibido usar este lenguaje.


Suda: En cierta ocasión, dos de los seguidores de Shakyamuni le dijeron: "Al predicar las enseñanzas excelentes y honorables en el idioma nativo del pueblo, lesionas la dignidad del Budismo. De ahora en adelante, por favor predica en el altísimo y noble lenguaje de los Vedas". Estos seguidores eran dos hermanos cultos, pertenecientes a la clase brahmana, que se habían sumado a la Orden budista porque la prédica del Buda los había conmovido profundamente. Pero Shakyamuni les contestó: "¡Jamás!", y con eso dio por terminada la cuestión. Se dice que, inclusive, había dispuesto un castigo para todo aquel que osara predicar el Budismo en el lenguaje de los Vedas.


Presidente Ikeda: Ese episodio demuestra claramente el poderoso deseo de Shakyamuni de poner el Budismo al alcance de todos, sea cual fuere la posición social de la gente.


El Daishonin también escribió muchas de sus cartas para seguidores laicos en el sistema de escritura silábica japonesa llamada hiragana, para que pudiesen leerlas con facilidad. [En otras palabras, utilizó el lenguaje cotidiano de la gente, en lugar de emplear la escritura clásica china que se usaba para los textos formales de aquellos días.] Se sabe bien que, después de su muerte, un grupo de sacerdotes de alto rango que se contaban entre sus seguidores consideraron que esos escritos hiragana eran un "deshonor" que no encajaba en la imagen previsible de un Buda, y fue así como los quemaron o procesaron el papel de los manuscritos para volver a usarlo, con lo cual destruyeron importantes escritos del Daishonin.


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Presidente Ikeda: … El Budismo Mahayana no propone una compleja lista de mandamientos o reglas de conducta para constreñir a la gente. Respeta la libertad y la autonomía del individuo. Pero cuando ponemos las enseñanzas del Mahayana frente al espejo de la condición humana, lo que se ve es un modelo de liderazgo sumamente exigente y serio, que no consiente ninguna irresponsabilidad.


Suda: El Sutra del Loto --pináculo del Budismo Mahayana-- critica duramente la corrupción y la perversión moral en los líderes religiosos y en los sacerdotes. Hay una célebre parte en verso, contenida en el capítulo "Alentar la devoción" (13º o "Kanji"), que habla de los tres enemigos poderosos del Budismo y describe a los sacerdotes que fingen haber logrado la iluminación cuando, en verdad, lo único que les importa es satisfacer sus propios deseos codiciosos.


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Presidente Ikeda: Hay que reconocer un hecho triste pero cierto: la corrupción de los sacerdotes comenzó poco después de la muerte de Shakyamuni. La religión siempre corre peligro de alejarse del pueblo, cuando sus líderes se olvidan de reflexionar minuciosamente sobre su comportamiento y pasan a creerse imbuidos de autoridad.


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Endo: Nichiko Shonin, el 59º sumo prelado, observó: "La división entre sacerdotes y laicos siempre fue una convención social; no puede ser considerada como algo necesariamente correcto".


En otras palabras, según la época y la sociedad, puede no ser apropiado distinguir entre sacerdotes y laicos.


Suda: Tal vez pudo haber cierto significado en la diferencia entre laicado y clero, en épocas en que los laicos no tenían acceso a los conocimientos detallados sobre religión y estaban forzados a depender de la clase sacerdotal, "especializada" en asuntos de la fe. Pero hoy todos los miembros de la sociedad tienen acceso a la información y la educación; los sacerdotes ya no pueden alegar que poseen autoridad o conocimiento exclu­sivo sobre asuntos religiosos.


Saito: Podríamos pensar que esta diferencia entre laicos y sacerdotes, entre clérigos profesionales y seguidores laicos, responde a una cuestión de funciones, pero no de esencia. No es cuestión de superioridad jerárquica, sino de distintas tareas que cumplir.


Presidente Ikeda: En la SGI no tenemos "profesionales" de la religión. Nuestros miembros viven en la sociedad, en el mundo secular, y no sólo estudian la doctrina budista, sino que llevan a cabo la propagación de las enseñanzas del Daishonin y realizan diversas ceremonias y servicios religiosos. La nuestra es una religión en la cual las personas comunes desempeñan un papel activo y asumen todas las responsabilidades.


El fundador de la Soka Gakkai, Tsunesaburo Makiguchi, nos pedía que fuésemos practicantes activos, no creyentes pasivos. Nosotros nos hemos puesto de pie para responder a su exhortación.


En las instituciones religiosas tradicionales, hay un pequeño grupo de clérigos que monopolizan la autoridad, mientras que a los laicos se les pide que obedezcan. Esa clase de estructura ya no es adecuada, sin duda, en esta sociedad contemporánea que se asoma al siglo XXI.


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Presidente Ikeda: Sólo los que luchan diariamente con la realidad de la vida y del mundo comprenden a los que enfrentan estas mismas dificultades. Hay una tendencia inevitable a abandonar las organizaciones centradas en una clase privilegiada para ir hacia otras basadas en la gente común, con miras a que la religión pueda abrirse seriamente al pueblo.


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Suda: Creo que la religión tiene que trascender la tendencia a considerar a los hombres como niños, a mantenerlos en ese estado, sin concederles la capacidad de pensar por sí mismos. El doctor Harvey Cox, presidente del Departamento de Teología Aplicada de la Escuela de Estudios Religiosos de la Universidad de Harvard recalcó este punto en un reciente artículo que escribió para el Seikyo Shimbun, el periódico de la Soka Gakkai.


En su libro La seducción del espíritu, el doctor Cox escribe: "... en última instancia, los que sostienen verdade­ramente la religión son siempre las personas comunes y anónimas".


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Presidente Ikeda: Jamás olvidaré las palabras del doctor Cox, esa primera vez que dialogamos en la Universidad Soka [el 2 de mayo de 1992]. Dijo que los ideales por los cuales había vivido y muerto el doctor King eran los mismos que la filosofía del Budismo, sobre la cual se basa la SGI. Y señaló, también, que su objetivo personal era concretar dicho ideal, dicho sistema de valores, en su propia vida.


Saito: El doctor Cox estudió la doctrina del Cristianismo. A pesar de las diferencias que median entre ambas religiones, siente una gran afinidad por el Budismo. El hecho de que alguien posea una visión prejuiciosa de la vida o una perspectiva correcta es algo que no puede medirse tan sólo por el nombre de la religión que practica o de la doctrina a la cual adhiere.


Presidente Ikeda: Nichiren Daishonin dijo que algunas personas llegaban a formular una visión correcta de la vida a través de otros sistemas de pensamiento y de otras filosofías que no eran el Budismo. Según sus propias palabras, alguien que conoce el Sutra del Loto pero alberga prejuicios o no trata de captar su auténtica grandeza es inferior a los sabios y santos de las enseñanzas no budistas.


También escribió: "Cuando uno conoce el Sutra del Loto, comprende el significado de todos los asuntos mundanos". La sabiduría del Sutra del Loto mejora la sociedad y da felicidad a las personas. Si no sirve para lograr estos fines, no es verdadera sabiduría budista. En un nivel más amplio, creo que cualquier clase de sabiduría que mejore la condición de la humanidad, que contribuya a su felicidad, es la sabiduría del Sutra del Loto.


¿Qué puede hacer cada uno de nosotros, como ser humano anónimo, por los demás y por la sociedad? Una religión para el pueblo, una religión para el siglo XXI, debe infundir esta conciencia en forma inextinguible y brindar energía para llevarla a la concreción. Este es el espíritu del Sutra del Loto.


Walt Whitman, el poeta del pueblo, escribe:
¡Vamos! ¿Qué has pensado de ti mismo?
¿Te has tenido entonces a ti mismo en menos de lo que eres?
¿Has creído tú mismo que el Presidente es más grande que tú?
¿O que el rico es mejor que tú? ¿O que la persona instruida es más discreta que tú?


Y, en otro poema, dice:
¿Qué supones que quiero darte a entender de mil maneras, si no es que el hombre o la mujer valen tanto como Dios?
¿Y que no hay ningún Dios que sea más divino que Tú mismo?


"Tú mismo" puede interpretarse, en este poema, como "la vida". Y éste es el reino del Budismo y el mundo del Sutra del Loto. No hay nada tan digno de respeto ni tan grandioso como "tú, tú mismo". Este es el mensaje que el Sutra del Loto transmite a todas y a cada una de las personas.

(4/4) "ESTO ES LO QUE YO ESCUCHÉ": EL LATIR DE LA INSEPARABILIDAD ENTRE MAESTRO Y DISCÍPULO.

Fragmentos del cuarto punto de la serie de diálogos sobre el Sutra del Loto entre el presidente de la SGI, Daisaku Ikeda y el titular del Departamento de Estudios de la Soka Gakkai, Katsuji Saito, y con los vice responsables, Takanori Endo y Haruo Suda. Este material de estudio ha sido inicialmente publicado en el Daibyakurenge, revista mensual de estudios de la Soka Gakkai (1995-2000).También, ha sido publicado en el Seikyo Times, Living Buddhism, revista mensual de la SGI-USA. Traducciones en varios idiomas han sido publicadas en los periódicos y revistas de la SGI en diversos países del mundo.


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Presidente Ikeda: … A partir de esta entrega, iniciamos el análisis del capítulo primero del sutra, es decir, la "Introducción".


Saito: Como lo indica el nombre, es el capítulo inaugu­ral del Sutra del Loto. Se lo puede dividir en tres partes, según su contenido.


La primera parte está dada por la frase "Esto es lo que yo escuché" ([1]), tras lo cual se presenta la congregación de seres vivientes de toda clase, reunida en el monte Gridhrakuta (Pico del Aguila), en la ciudad de Rajagriha.


Suda: La frase "Esto es lo que yo escuché" o "Así lo escuché", como se la suele traducir, aparece al comienzo de casi todos los sutras. Sería como una frase hecha, ¿no?


Presidente Ikeda: Sí, pero en el caso del Sutra del Loto, el acto de "escuchar" posee un profundo significado, y se insiste en ello a lo largo de toda la escritura. Entonces, aunque "Esto es lo que yo escuché" pueda tomarse como una fórmula establecida en casi todos los sutras, en el caso del Sutra del Loto es especialmente importante. Es un punto para tener en cuenta y que, además, guarda especial trascendencia en el Budismo de Nichiren Daishonin.


Saito: La segunda parte del capítulo "Introducción" comienza cuando Shakyamuni entra en "el samadhi del lugar de los infi­nitos significados"([2]) y manifiesta una diversidad de extraordinarios fenómenos.


Suda: "El samadhi del lugar de los infinitos significados" se refiere a un estado de meditación en el cual uno concentra la mente en la Ley fundamental que es origen de las inmensurables enseñanzas del buda.


Presidente Ikeda: El nombre de esta meditación implica que el Sutra del Loto que el buda se dispone a enseñar es la enseñan­za suprema, de la cual derivan y en la cual se basan todos los demás sutras. El Sutra de los Infinitos Significados o Sutra Muryogi, que sirve de prólogo al Sutra del Loto, señala: "De una sola Ley derivan infinitos significados". Esa Ley única, esa enseñanza suprema, es lo que se enseña en el Sutra del Loto.


Endo: Shakyamuni va a despertar serenamente de esa meditación en el capítulo segundo, "Medios hábiles", en el cual comenzará de lleno la prédica del Sutra del Loto. Pero el primer capítulo tiene el fin de describir esta serie de fenómenos prodigiosos que manifiesta Shakyamuni con sus poderes trascendentales mientras se halla en estado de profunda meditación.


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Presidente Ikeda: El señor Toda no quería que el Sutra del Loto fuese tomado como una historia fantasiosa, alejada de la realidad. Ni que se creyera que el budismo era una abstracción inconsistente. Por otro lado, estaba convencido de que el Sutra del Loto y el budismo no tenían nada que ver con la fantasía ni con la abstracción. Sabía positivamente que el Sutra del Loto era la Ley de la vida, la Ley que existe en lo profundo del ser de cada persona.


Entonces, si uno ve las cosas desde este punto de vista, se torna evidente que el rayo de luz que brotó del mechón de pelo blanco que había entre las cejas del buda y que iluminó toda la tierra hacia el Este era la profunda verdad de la vida. En el "Ongi Kuden" (Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente), el Daishonin dice: "La luz que emanaba del mechón de pelo blanco es Nam-myoho-renge-kyo".([3]) Precisamente porque es la luz de la Ley Mística, iluminaba todas las tie­rras y todos los estados, desde el infierno del sufrimiento incesante (es decir, el Infierno Avichi) hasta el mundo celes­tial más elevado (el Cielo Akanishtha). La Ley Mística tiene el poder de conducir a la iluminación incluso a las personas que están en el infierno del sufrimiento incesante.


Endo: Cada uno de los mundos iluminados por dicha luz se describe con profusión de vívidos detalles; es como si uno estuviera viendo una película épica. El buda de cada tierra está predicando la Ley, y los que han abrazado la enseñanza están practicándola de muchas formas distintas. En ciertas tierras, el buda ya ha fallecido, y sus seguidores, por amor y respeto a él, erigen stupas o torres funerarias, como ofrenda de fe.


Presidente Ikeda: Sí, es como una película, de dimensiones colosales, proyectada sobre la pantalla del universo entero. Todo el cosmos es el escenario del Sutra del Loto; todos los budas han logrado su iluminación basados en la Ley Mística. Y es el Sutra del Loto el que revela esa Ley fundamental, Nam- myoho-renge-kyo. Como preludio a la presentación de dicha Ley, suceden presagios sorprendentes en gran cantidad.


En relación con estos eventos, dice el Sutra del Loto: "En ese momento, Manjushri observó [...]: 'Supongo que el buda, el Honrado por el Mundo, ahora desea exponer la gran Ley, hacer caer la lluvia de la gran Ley, soplar en la caraco­la de la gran Ley, elucidar el significado de la gran Ley. [...] Desea hacer que todos los seres vivientes escuchen y comprendan la Ley, en la cual es tan difícil creer para todos los seres del mundo. Por eso, ha manifestado este portento auspicioso [al hacer que salga un haz de luz del mechón de pelo blanco que tiene entre las cejas]'".([4])


Saito: La tercera y última parte de la "Introducción" está dedicada a describir dichos eventos auspiciosos. El bodhisatt­va Maitreya, como representante de todos los que están escu­chando en la asamblea, es portavoz de la sorpresa y de la duda que sienten todos. Así pues, le pregunta a Shakyamuni por qué ha manifestado todos esos fenómenos impactantes. El bodhisatt­va Manjushri responde las preguntas de Maitreya.


En su contestación, Manjushri habla de experiencias vividas en existencias pasadas. Describe que, en el pasado, un buda llamado Brillo del Sol y de la Luna exhibió la misma clase de fenómenos prodigiosos, al predicar el Sutra del Loto. Sobre esa base, afirma Manjushri, hay que pensar que Shakyamuni está por predicar también el Sutra del Loto.


UN SUTRA DEL LOTO UNIVERSAL
Presidente Ikeda: Tanto la enseñanza suprema que predicó el buda Brillo del Sol y de la Luna como la enseñanza que Shakyamuni se disponía a transmitir en ese momento eran el Sutra del Loto. Esto es un punto muy importante.


En ese mismo capítulo, Manjushri llega a decir que, además de ese buda Brillo del Sol y de la Luna, a quien había conocido en una existencia anterior, hubo veinte mil budas más, todos llamados Brillo del Sol y de la Luna, que vivieron con anterioridad. Con ello estaba diciendo que la gran ense­ñanza suprema que enseñaban todos esos budas era el Sutra del Loto. Pero no se detiene allí...


En el capítulo séptimo, "La parábola de la ciudad fantas­ma", aparece otro buda llamado Excelencia de la Gran Sabiduría Universal, que predicó el Sutra del Loto. Y en el capítulo vigésimo, "El bodhisattva Fukyo (Jamás Despreciar)", aparece otro buda llamado Rey del Sonido Imponente, que también trans­mitió dicho sutra.


Tras la muerte del buda Brillo del Sol y de la Luna, predicó el Sutra del Loto su discípulo, el bodhisattva Espléndidamente Brillante. Tras la muerte del buda Excelencia de la Gran Sabiduría Universal, siguieron predicando el Sutra del Loto sus dieciséis discípulos bodhisattvas. Tras la muerte del buda Rey del Sonido Imponente, recitó el llamado "Sutra del Loto de los veinticuatro caracteres"([5]) el bodhisattva Fukyo. Entonces, vemos que el Sutra del Loto es siempre una enseñanza para la época posterior a la muerte de los budas.


El sutra también relata que los diversos Sutras del Loto predicados por esos budas del pasado fueron enseñanzas increí­blemente largas. El Sutra del Loto del buda Brillo del Sol y de la Luna se predicó a lo largo del período inconcebiblemente largo de sesenta kalpas menores.([6]) El Sutra del Loto del buda Rey del Sonido Imponente estaba compuesto por "veinte mil, diez mil, un millón de versos".([7]) El Sutra del Loto del buda Excelencia de la Gran Sabiduría Universal se expuso durante más de ocho mil kalpas y estaba formado por versos numerosos como los granos de arena del río Ganges.


Todo esto significa que el Sutra del Loto no sólo es el sutra de veintiocho capítulos expuesto por Shakyamuni que hoy conocemos y leemos. Aunque las formas de la prédica eran muy distintas, todas esas enseñanzas eran el Sutra del Loto.


Saito: ...Lo cual nos lleva a concluir que hay un Sutra del Loto "universal".


Presidente Ikeda: Sí. El señor Toda, que había captado su mismísima esencia, brinda una perspectiva muy notable sobre el Sutra del Loto:




El mismo Sutra del Loto se expresa de formas distintas, según el buda que lo predica, la época en que se lo expone y la capacidad de comprensión de las personas que reciben la enseñanza. Aunque la verdad esencial del Sutra del Loto es la misma en todos los casos, hay diferencias en la forma de exposición, según el lazo débil o fuerte que los seres vivientes de determinada época tengan con el budismo.


La persona "promedio", con un conocimiento superficial del budismo, pensará que sólo Shakyamuni predicó el Sutra del Loto. Pero, en verdad, ese Sutra del Loto dice que el bodhisattva Fukyo y el buda Excelencia de la Gran Sabiduría Universal también enseñaron el Sutra del Loto. Y el gran maestro T'ien-t'ai también lo enseñó.([8])




La verdad suprema es una sola, pero se la expresa de muy diversas formas. No obstante ello, todas estas formas son el Sutra del Loto. El Sutra del Loto universal es la enseñanza en la cual un buda revela y hace accesible a la gente la Ley con respecto a la cual él mismo está iluminado, la Ley para poder lograr la budeidad, de tal forma que las personas logren la auténtica felicidad y la tranquilidad.


Nichiren Daishonin habló del Sutra del Loto desde el punto de vista de tres formas: amplia, abreviada y esencial. La forma esencial del Sutra del Loto fue su propio
Nam-myoho- renge-kyo. Y la práctica más apropiada para la época de hoy es ésa, el Sutra del Loto esencial.


El Daishonin no identificó específicamente cuáles eran las formas amplia y abreviada del Sutra del Loto. Pero si pensamos en las enormes y extensísimas versiones del sutra que predicaron los budas del pasado, como formas "amplias", podría decirse que el Sutra del Loto de los veintiocho capítulos es la forma "abreviada". O, si consideramos el sutra de veintiocho capítulos como forma amplia, la forma abreviada sería el Sutra del Loto de veinticuatro caracteres del bodhisattva Fukyo.


El señor Toda también hablaba de tres clases de Sutra del Loto. El primero era el Sutra del Loto de veintiocho capítulos; el segundo, el Maka Shikan de T'ien-t'ai (Profunda con­centración e introspección), y el tercero, el Nam-myoho-renge- kyo de Nichiren Daishonin.


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EL SIGNIFICADO DE "ESTO ES LO QUE YO ESCUCHÉ"


Saito: Creo que también podemos interpretar el significado de "Esto es lo que yo escuché" --palabras iniciales del capítulo "Introducción"-- desde el punto de vista del Sutra del Loto universal.


La cuestión sería a qué se refiere "esto", en otras palabras, cuál es el contenido real de eso que se escuchó. Por supuesto, superficialmente, alude a los veintiocho capítulos del Sutra del Loto. Pero en verdad va mucho más allá de eso.


Endo: El gran maestro Miao-lo da una interpretación convencio­nal de lo que se escuchó o de "la sustancia de una doctrina escuchada de boca del buda": dice que se refiere a la totali­dad de los veintiocho capítulos del Sutra del Loto. Pero Nichiren Daishonin se adentra mucho más allá y declara que "la sustancia de la doctrina" se refiere al "corazón de todos los fenómenos".([9]) En otras palabras, a Myoho-renge-kyo.


El Daishonin elucida este tema en el "Ongi Kuden", cuando se refiere a la declaración de T'ien-t'ai en el Hokke Mongu (Palabras y frases del Sutra del Loto):


"Esto" [de "Esto es lo que yo escuché"] indica "la sustancia de una doctrina escuchada de boca del buda", mientras que "lo que escuché" alude a "la persona capaz de sostener dicha doctrina".([10])


Presidente Ikeda: En este caso, para leer el sutra, el Daishonin aplica el principio de "texto, significado e intención". "Texto" se refiere al contenido literal del sutra. "Significado" indica la doctrina o principio que dicho texto refleja. Cuando uno se restringe a examinar sólo el aspecto literal de una escritura, se queda en el umbral del "significado".


Pero de nada sirve analizar en detalle el "texto" y el "significado" del Sutra del Loto, si no llegamos a su corazón, es decir, a su verdadera "intención". El Daishonin llega a la conclusión de que "'la sustancia de la doctrina' no es otra que Nam-myoho-renge-kyo".([11])


"La sustancia de la doctrina", "el corazón de todos los fenómenos" es la mismísima sabiduría del buda, que late y palpita en los veintiocho capítulos del sutra. Y esa sabiduría es Nam-myoho-renge-kyo.


"Esto es lo que yo escuché", en otras palabras, haber escuchado dicha sabiduría tal como es, se refiere a la fe y al camino de maestro y discípulo. Sólo mediante la fe de los discípulos en el maestro aquellos pueden ingresar en el mundo de la sabiduría de buda. Como señaló T'ien-t'ai en su Maka Shikan, "el budismo es como un océano, en el cual sólo se ingresa por medio de la fe".


Desde esta perspectiva, "esto es lo que yo escuché", desde el punto de vista del Sutra del Loto, significa concentrar todo nuestro ser en captar la resonancia palpitante de la vida del buda y conectarnos directamente con ella. "Esto" se refiere a la fe y a la comprensión, gracias a las cuales aquel que recibe las enseñanzas puede "escucharlas exactamente como se las ha predicado" y grabarlas así en su corazón. Y ya que esta actividad involucra todo nuestro ser, se usa la expresión "lo que yo escuché", "lo que escuché 'yo'", y no lo que escucharon los oídos, pues esto no es un fenómeno auditivo, sino algo que se lleva a cabo con toda la vida de uno.


El "yo" de la frase suele referirse a Ananda ([12]), el discípulo de Shakyamuni a quien se le atribuye el papel central en la compilación de las escrituras. Pero hoy, en este Ultimo Día de la Ley, el "corazón" o verdadera esencia de ese "yo" es cada una de las personas. Cada uno de nosotros escucha la enseñanza del Daishonin de Nam-myoho-renge-kyo con todo su ser y abraza la fe en él. He aquí el verdadero significado de "Esto es lo que yo escuché".


El Daishonin afirma:
El significado que hay detrás de cada palabra y frase de los veintiocho capítulos del sutra se refiere a escuchar esta doctrina para aplicarla en la propia vida; esto queda resumido en las palabras "Esto es lo que yo escuché". Lo que se escucha es
Nam-myoho-renge-kyo. Por lo tanto, dice el sutra, "todos logran entrar en el Camino del buda".([13])


No debemos leer el sutra como si fuera algo separado de nosotros mismos. En cambio, deberíamos "escucharlo" para "aplicarlo a nuestra propia vida", como la "mismísima Ley de nuestro propio ser".


Endo: Es una explicación muy clara...


En el Daichido Ron, Nagarjuna escribe: "El significado de 'esto' [en 'Esto es lo que yo escuché'] es la fe". Y T'ien- t'ai escribe en su Hokke Mongu: "'Esto' [en la misma cita] indica tener fe y creer [en las enseñanzas del sutra, tal como son]". Nagarjuna utiliza una alegoría muy interesante con res­pecto a la fe. La fe, afirma, es como un cuero suave; pero la falta de fe es como el cuero duro. El cuero suave puede ser utilizado en muchas aplicaciones prácticas, pero el cuero duro, no. En otras palabras, los que poseen fe pueden seguir las enseñanzas del buda y escucharlas tal como él las ha proclamado; pero para los que no tienen fe, esto es imposible.


T'ien-t'ai habla de "tener fe y seguir". Creo que aquí hay algo muy importante. Además, define qué es seguir: es cuando "uno avanza para seguir las enseñanzas del buda así como un estudiante sigue las instrucciones de su profesor". Cuando uno mantiene la fe con fidelidad, sin desviarse de lo correcto, se establece el camino de maestro y discípulo.


Presidente Ikeda: La esencia de "Esto es lo que yo escuché" es la inseparabilidad entre el maestro y el discípulo. Y esta es la quintaesencia de la transmisión budista. En esa gesta humana que es la relación de maestro y discípulo, existe mutua consonancia y respuesta entre el deseo de un buda de salvar a todas las personas y el deseo del discípulo que quiere corporificar y propagar las enseñanzas de su maestro. Y el epítome de esta coincidencia es la frase "Esto es lo que yo escuché".


Por otro lado, el Sutra del Loto es una escritura para la época posterior a la muerte del buda. Ya en el estadio del capítulo "Introducción" comienzan a desarrollarse los temas básicos del sutra: cómo salvar a los seres animados después de la muerte del buda y quiénes serán los que, en ese momento, mantengan y propaguen el Sutra del Loto. Un ejemplo de ello es el relato sobre el bodhisattva Espléndidamente Brillante, discípulo del buda Brillo del Sol y de la Luna, quien predicó el Sutra del Loto después de la muerte del maestro y condujo a la iluminación a los demás, entre los cuales se contaban, precisamente, los ocho príncipes hijos del buda.


Saito: El deseo de los budas es ayudar a los seres animados, durante toda la eternidad, a lograr la iluminación. Ese es el propósito con el cual hacen su advenimiento en el mundo.


Presidente Ikeda: Sí. El Daishonin escribe: "Si la misericor­dia de Nichiren es realmente grande y amplia, Nam-myoho-renge- kyo se propagará durante diez mil años y más aún, durante toda la eternidad".([14])


En otro orden de cosas, también es cierto que la persona que realmente se preocupa por los demás tiene la capacidad de conmover el corazón de la gente aún después de haber muerto. Podemos poner el ejemplo del Mahatma Gandhi: él dijo una vez que, si su alma podía servir para iluminar a la humanidad, que él seguiría hablando aun desde la tumba.


Y la lucha de los discípulos que comparten la determinación apasionada de su maestro y desean salvar a las personas aun en el futuro contribuye enormemente a lograrlo. La Ley sin falta da origen a acciones misericordiosas. Ocurre que todo anda muy bien mientras el maestro está con vida. Pero cuando él ya no está, se pone a prueba realmente la fortaleza del vínculo entre maestro y discípulo. El budismo es así de estricto.


Cuando todos lloraban la muerte de Shakyamuni, un monje anciano se puso de pie:
Deteneos, amigos. No estéis tristes. No os lamentéis. En buena hora nos hemos librado de ese severo practicante. Siempre nos fastidiaba diciéndonos qué era bueno hacer, qué era malo hacer... De ahora en más, hagamos lo que nos plazca. Y no hagamos más lo que no tenemos ganas de hacer.([15])


Estoy seguro de que no podrán creer los sentimientos que tenía ese monje. Pero, si hemos de ser honestos, así funciona la mente de la mayoría de las personas...


Por esa razón, ustedes, como líderes del siglo XXI, son dueños de una misión realmente profunda.


Saito: En efecto... Es algo que uno tendría que recordar a cada instante.


Pero volvamos al capítulo "Introducción". Tras la muerte del buda Brillo del Sol y de la Luna, su discípulo, el bodhisattva Espléndidamente Brillante, predicó el Sutra del Loto del mismo modo que su maestro había hecho. Me pregunto si esto podría considerarse como la práctica de "Esto es lo que yo escuché".


Presidente Ikeda: Sí, creo que sí. La muerte del buda fue un verdadero punto decisivo, en que el bodhisattva Espléndidamente Brillante dejó de ser un discípulo "que buscaba ser conducido a la iluminación" y pasó a ser uno "que conducía a otros a la iluminación". He aquí el espíritu del Sutra del Loto.


La esencia de "Esto es lo que yo escuché" es que el discípulo se ponga de pie con la determinación autónoma de guiar a los demás a la felicidad, así como su maestro hizo con él. Es la declaración de librar una lucha histórica, de asumir cualquier adversidad prontamente, con tal de poder llevar a los demás a la iluminación.


La compilación del Sutra del Loto de los veintiocho capítulos, tras la muerte de Shakyamuni, fue posible gracias a sus discípulos, que se congregaron y compartieron unos con otros "eso que ellos habían escuchado", por su puro deseo de salvar a todos los seres vivientes, basados en el mismo estado de vida que el buda. En tal sentido, podemos decir que el Sutra del Loto corporifica el espíritu de la inseparabilidad entre maestro y discípulo.


Quizá desde cierta perspectiva, la iluminación del señor Toda en la cárcel también pueda describirse como su propia experiencia personal de "eso que él escuchó", mientras sufría persecuciones en nombre de la Ley. Allí, él "escuchó" las palabras del sutra "Yo siempre estoy aquí, predicando la Ley"([16]), tal como expuso el Buda original, Nichiren Daishonin.


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EL SIGNIFICADO DE ESCUCHAR LA LEY: LA VOZ CUMPLE LA FUNCIÓN DEL BUDA


Suda: Creo que escuchar tiene un significado muy profundo en relación con la vida humana. El oído se desarrolla antes que la vista o el olfato.


Endo: David Burrows, profesor de Música en la Universidad de Nueva York, tiene una información muy interesante al respecto:


El feto en el vientre materno se sobresalta ante el sonido de un portazo. Se ha podido registrar la rica y cálida cacofonía que reina en el útero: los latidos del corazón de la madre y su respiración se cuentan entre los primeros indicios que tiene un bebe de que existe un mundo fuera de su propia piel.([17])


Suda: Al parecer, el oído es el primero de los sentidos en desarrollarse. Pero, en sentido más amplio, creo que escuchar no es exactamente lo mismo que oír. Se refiere al poder de la vida, capaz de percibir el misterioso ritmo que palpita en el universo.
Nichiren Daishonin escribe: "En este mundo saha, colmado de conflictos, la iluminación se logra a través de escuchar".([18]) A partir de mi propia experiencia, puedo decir que yo olvido fácilmente lo que leo en un libro, pero cuando escucho con atención una conferencia, la impresión que me provoca es muchas veces más fuerte que la de cualquier lectura. Y los contenidos quedan grabados en mi memoria.


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Presidente Ikeda: Estoy seguro de que Shakyamuni pudo inspirar profundamente a las personas y revivir su espíritu porque tenía una voz tan maravillosa. Era la voz de la verdad, que corporificaba la Ley de la iluminación, con respecto a la cual él se había esclarecido en lo más profundo de su ser.


La voz es la vibración de toda la entidad viviente. En la voz se revelan la personalidad y el ser de una persona. Un escritor francés dijo, en una oportunidad, que la voz es el segundo rostro. Aunque uno oculte su verdadera apariencia, no puede esconder la voz.


Suda: Hay un artículo muy interesante que apareció en la publicación científica británica Nature, donde se consignan los resultados de un experimento sobre la credibilidad de diversos medios de comunicación.([19]) Una misma persona llevó a cabo dos entrevistas: una, cierta; la otra, llena de falsedades. Ambas se volcaron a través de tres medios: la prensa, la radio y la televisión. Es decir que las dos entrevistas se publicaron, se transmitieron y se televisaron, y entonces se les pidió a los públicos respectivos, es decir, a los lectores, a la audiencia radial y a los televidentes, que decidieran cuál de las dos entrevistas, en cada medio, era falsa.


La televisión consiguió engañar a la mayoría de la gente. Pero, entre los que escucharon la radio, un setenta y cinco por ciento pudo reconocer la falsa historia. Los lectores de diarios se ubicaron en el medio entre ambas posiciones. Creo que es fácil interpretar esto: es más fácil ser engañado por las imágenes visuales que por la voz.


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Presidente Ikeda: El daimoku es el ritmo fundamental del universo, la más venerada entre las voces.
El Daishonin escribe:
Cuando pronunciamos Myoho-renge-kyo una sola vez, con ese solo sonido convocamos y manifestamos la naturaleza de buda de todos los budas [...] y de todos los demás seres vivientes. Este beneficio es inmensurable e ilimitado.([20])


Y también afirma:


Nosotros somos como el huevo, ignorantes y no iluminados, pero cuando nos nutre la invocación de Nam-myoho-renge-kyo [...] somos libres de surcar el firmamento de la realidad última.([21])


En otro gosho, escribe: "Sólo yo, Nichiren, hoy invoco Nam-myoho-renge-kyo, sin escatimar la voz".([22]) No escatimar la voz no quiere decir hablar a los gritos o con volumen muy fuerte. Se refiere a la gran voz misericordiosa, que busca conducir a toda la gente a la iluminación.


Sin escatimar la voz y el corazón, en inseparabilidad con el Daishonin, en la SGI estamos llevando a cabo nuestras actividades para propagar las enseñanzas budistas.


En la SGI resuenan muchas voces. La más fundamental es nuestra sincera invocación de daimoku. Pero también escuchamos la cálida voz del aliento, la vibrante voz del coraje, la honesta voz de la dicha, la seria voz del compromiso, la clara voz de la sabiduría. Son, todas, fuente de un manantial de beneficios sin límites.


La SGI está llevando a cabo la gloriosa labor del buda: propagar ampliamente la Ley Mística, con todas esas voces que se consagran sin reservas.


[1] Nota del Editor: Todas las citas del Sutra del Loto han sido extraídas de The Lotus Sutra (El Sutra del Loto), trad. al inglés por Burton Watson, Editorial de la Universidad de Columbia, Nueva York, 1993, cap. 1, pág. 3. En adelante se abreviará como The Lotus Sutra.
[2] Ib., cap. 1, pág. 5.
[3] Gosho Zenshu, pág. 712.
[4] The Lotus Sutra, cap. 1, págs. 13-14.
[5] Son las palabras que el bodhisattva Fukyo (Jamás Despreciar) decía a todas las personas. Como en chino abarcan veinticuatro ideogramas, de ahí viene el nombre que se le da.
[6] Kalpa: (Pal. sánscrita.) Período de tiempo extremadamente largo. Las fuentes varían un poco en la forma de definirlo. Según cierta explicación, la duración de un kalpa menor es de aproxiadamente dieciséis millones de años.
[7] The Lotus Sutra, cap. 20, pág. 267.
[8] Toda Josei Zenshu (Obras completas de Josei Toda), Seikyo Shimbunsha, Tokio, 1983, vol. 3, pág. 54.
[9] Gosho Zenshu, pág. 709.
[10] Ib., pág. 708.
[11] Ib., pág. 709.
[12] Ananda: Uno de los diez discípulos principales de Shakyamuni. Era el que mejor escuchaba las enseñanzas y, por eso, desempeñó un papel clave en la primera compilación de los sutras, tras la muerte del Buda.
[13] Gosho Zenshu, pág. 794.
[14] The Major Writings of Nichiren Daishonin, vol. 4, pág. 271.
[15] Genshi Bukkyo no Seiritsu (El establecimiento del Budismo temprano), edit. por Hajime Nakamura, Shunjusha, Tokio, 1992, pág. 307.
[16] The Lotus Sutra, cap. 16, pág. 229.
[17] BURROWS, David: Sound, Speech and Music (El sonido, la voz y la música), Editorial de la Universidad de Massachusetts, Amherst, 1990, pág. 17.
[18] Gosho Zenshu, pág. 415.
[19] WISEMAN, Richard: "The megalab truth test" (La prueba de la verdad en el "megalaboratorio"), en Nature, vol. 373, 2 de febrero de 1995, pág. 391.
[20] The Major Writings of Nichiren Daishonin, vol. 6, pág. 207.
[21] Los principales escritos de Nichiren Daishonin, vol. 1, pág. 264.
[22] The Major Writings of Nichiren Daishonin, vol. 4, pág. 272.



CÓMO ENFRENTAR LAS PÉRDIDAS. Por Daisaku Ikeda.

El dolor de la partida de los seres queridos es uno de los sufrimientos inevitables de la vida.


El budismo identifica el dolor de la partida de los seres amados como uno de los
sufrimientos inevitables de la vida. Es una verdad y no podemos evitar experimentar la tristeza por una separación.


La impermanencia de la vida es un hecho del que no se puede escapar. No obstante, mientras una cosa es saber en teoría que cada momento de nuestra vida puede ser el último, es mucho más difícil vivir y actuar en un nivel práctico, basados en esa creencia. Muchos de nosotros tendemos a imaginar que siempre habrá otra oportunidad de encontrarnos y hablar con nuestros amigos y
parientes, de modo que no importa si algunas cosas quedan sin decirse.


Cada vez que tengo la oportunidad de conocer a alguien, trato de dar lo mejor de mí, ya que ese puede ser nuestro último encuentro. Nunca doy cabida a lamentaciones, esforzándome en concentrar todo mi ser en cada momento.


Shakyamuni, el Buda que vivió en la India hace más de dos mil años, perdió a su madre cuando apenas tenía una semana de nacido. Mientras crecía, constantemente se preguntaba: "¿Por qué mi madre murió?, ¿Dónde se fue?, ¿Dónde puedo ir para encontrarme con ella?, ¿Qué es esta cosa llamada "muerte" que me quitó a mi madre?, ¿Qué es la vida?"


La tristeza por la pérdida de su madre, se convirtió en un poderoso recurso que le permitió desarrollar una profunda misericordia por otros y buscar la verdad de la vida.


Un día conoció a una madre cuyo hijo había muerto; ella estaba vagando con una mirada de dolor con el pequeño cuerpo aferrado al de ella: "Por favor dame alguna medicina para salvar a mi niño" le imploró a Shakyamuni con sus ojos llorosos.


Él de alguna manera quería infundirle valor a ella, le propuso que fuera por algunas semillas de amapola para que pudiera hacer la medicina, pero que sólo las buscara en casa de familias que nunca hubiesen experimentado la pérdida de un ser querido.


La mujer corrió al pueblo y buscó las semillas en cada casa de familia. Pero a pesar de que muchas tenían las semillas de amapola, no había ni un solo hogar en el cual no hubiese habido una muerte. Esta perturbada madre gradualmente comenzó a darse cuenta de que cada familia vivía con la tristeza de la pérdida de seres queridos oculta en sus corazones gracias a esta
experiencia ella entendió que no estaba sola en sus sentimientos de dolor.


Probablemente ninguna palabra puede reconfortar el corazón de una madre que ha perdido a su hijo. Alguien con verdadera sabiduría, al conocer a una mujer cuyo hijo ha muerto, simplemente debe sentarse a su lado y quedarse allí sin decir ni una sola palabra. Aun cuando no haya intercambio de palabras, esas cálidas vibraciones de afecto y solidaridad desde lo más profundo de la vida de esa persona, serán percibidas.


Desde el punto de vista budista, los vínculos que unen a las personas no son de esta existencia nada más. Debido a que los que han muerto viven dentro de nosotros, nuestra felicidad está compartida de forma natural con ellos. Lo más importante para los que estamos vivos en este momento, es vivir con esperanza y esforzarnos para se felices.


Al lograr nuestra propia felicidad podemos enviar "ondas" invisibles de felicidad a todos aquellos que han fallecido. Pero si nos permitimos agobiarnos por la tristeza, el difunto también sentirá esta tristeza, porque somos inseparables.


Cuando conocí a Sonia Ghandi, viuda del Primer Ministro de la India Rajiv Ghandi, no mucho tiempo después de la trágica muerte de su esposo, le dije: "Las vidas de aquellos que han sufrido las más grandes tragedias resplandecen con el más grandiosos brillo. Por favor cambie su destino en una fuente de gran valor. Si usted está triste, su esposo se afligirá con usted. Si usted se levanta con una sonrisa, su esposo estará feliz también". Me siento muy contento de decir eso con gran coraje y ver que ahora ella está continuando la labor de su marido.


Cuando uno se enfrenta a una gran tragedia, pierde la dirección de su vida, tiene que decidir si mantener su espíritu y continuar viviendo con toda su fuerza o dejarse derrumbar por la decepción.


Existen muchos ejemplos donde las personas que han perdido a su madre o padre a temprana edad han logrado grandes cosas. Mi amigo Oswald Mbuyiseni Mtshali, un famoso poeta sudafricano, una vez me dijo que el primer poema que escribió fue a su madre. Él dijo: "La muerte de mi madre fue un gran impacto para mí, tan grande que casi no me pude recuperar de él. Me tomó mucho tiempo superarlo. Pero eventualmente yo notaba algo: que cualquier fuerza que yo tenía me la había dado mi madre. Las palabras de mi madre permanecían vivas en mí. Mi madre vivía dentro de mí. Cuando me di cuenta de ello, un poema para mi madre surgió espontáneamente desde lo más profundo de mi corazón".


Luchando para sobreponernos a la pena y tristeza que acompaña a la muerte, nos hacemos más conscientes de la dignidad de la vida y compartimos el sufrimiento de otros como el nuestro.


La biblioteca de la universidad de Harvard fue donada por una mujer que perdió a su hijo en el trágico hundimiento del Titanic. en 1912. Su hijo, Harry Elkins Widener, quien murió a la edad de 27 años, era egresado de Harvard, tenía pasión por la lectura y había coleccionado muchos libros. Él había hecho un viaje de compra de libros cuando abordó el Titanic, junto con sus padres.
Harry era un hijo adorable para su madre, un joven galante y heroico. Viendo a su madre a salvo en el bote salvavidas, se quedó atrás con su padre en el barco que se hundía. Su colección de más de tres mil valiosos libros fue donada a la universidad, pero no había lugar donde ponerlos. Esto impulsó a su madre a donar grandes cantidades de dinero a fin de que se pudiera construir una biblioteca. Más allá de esta tragedia, vino un invalorable regalo para innumerables estudiantes.

Aquéllos que pueden superar el dolor y continuar viviendo con fuerza y coraje, merecen respeto.


Admiremos mucho a quien puede superar sus propios sufrimientos y seguir adelante para dejar tras de sí algo de valor para las generaciones futuras.